Por Burgos Dijital
La polémica vuelve al Hospital Universitario de Burgos. Parece ya más que evidente que esta infraestructura se ha convertido en el gran agujero negro que absorbe cada vez un mayor número de recursos ya no solo por el aumento aritmético del canon sino también por la multitud de reparaciones que se siguen realizando, lo cual está dejando al resto del sistema de salud de Castilla y León absolutamente asfixiado.
Mientras se disparaban todas las alarmas tras la publicación de la instrucción interna de la Subdirectora Médica Ana Lucía Fernández Éroles para falsear los datos de las listas de espera quirúrgica, el HUBU sufría su enésimo “accidente”, como si se tratara de la causa física de la desafortunada gestión interna de Ortiz de Valdivielso, recientemente honrado por la Legión.
Una grieta exterior de casi 400 metros se había abierto desde el ascensor panorámico hasta el túnel de Urgencias. Al parecer, y según informan desde el mismo hospital, esta grieta ya estaba presente cuando se inauguró tan sólo hace 4 años pero con el paso del tiempo se ha ido agrandando hasta convertirse en un acuciante problema, que ha provocado incluso hundimientos del hormigón.
Estas mismas fuentes, aseguran que aparentemente no afecta a la estructura del edificio pero que es una prueba más del chapucero proceso de construcción. A esta grieta se le suman otras tantas que han aparecido incluso en el bloque D de hospitalización.
Cuentan que “el hormigón que se puso en obra se asienta en un terreno sin compactar convenientemente y sin mallazo, que evitaría su agrietamiento. Esas son las principales razones que han provocado el hundimiento.”
A día de hoy, se está realizando una nueva reforma pero a juicio de los trabajadores públicos “se ha optado por otra nueva chapuza, ya que lo lógico es que se levantara todo el hormigón afectado por las grietas, compactando el firme y colocando el mallazo.”
La empresa subcontratada por Eficanza ha optado por la opción más fácil y rápida, ya que han cortado alrededor de la grieta más importante, quitando el hormigón y rellenando los huecos con nuevo hormigón. Los operarios aseguran que “esta solución es transitoria: las grietas volverán a aparecer con el consiguiente hundimiento del hormigón.”
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