Por Jorge Contreras
Hace décadas, no había autovías, sino cañadas reales. Por los puertos no pasaban coches ni camiones, sino pastores con sus ovejas. Hoy las cañadas están soterradas por chalets, carreteras o bajo la maleza. Los puertos se han apagado y los pastores casi han desaparecido. Y aunque poca gente lo conozca, durante siglos fueron el motor económico de Castilla y de muchas otras regiones puesto que la lana de oveja merina iba a los puertos de Santander y Laredo y era exportada a toda Europa.
Desde hace unos meses vivo más de cerca este mundo del pastoreo. Así pues, el pasado 3 de julio ya que la Fundación Monte Mediterráneo realizó la trashumancia desde Prioro (León) al Puerto de Pandetrave (León) por la Cañada Real Leonesa llegando a destino el día 6 de julio, donde se quedarán hasta mediados de octubre, me aventuré a realizarla junto con dos pastores, un trabajador de la fundación y unas personas interesadas en ello, realizando así un total de 38,55 km por vías pecuarias pasando por Boca de Huérgano, Villafrea de la Reina, Los Espejos de la Reina, Barniedo de la Reina, Portilla de la Reina, hasta llegar al puerto.
Un dato que me llama la atención de este “peregrinaje pastoril” es que en la montaña leonesa la trashumancia se consideraba una fiesta.
El transcurso de la trashumancia era muy diverso pues pasaba por pueblos, bosques, pantanos, caminos y carreteras. Y la gente de los pueblos sacaba comida y bebida y también acompañaban a los pastores parte del trayecto. En la actualidad aún la gente mayor y los más niños siguen disfrutando de esta tradición acompañando al rebaño, algo que todavía cala y los pocos pastores que quedan siguen blandiendo su vara ayudando a mover el rebaño.
Ahora la Fundación Monte Mediterráneo, en la que trabaja Juan Luis Gázquez Guerrero y por la que se contrata a José Rodríguez Durán (Cáceres, 54 años) y su tocayo J. Morgado Galet (Torremocha, Cáceres, 59 años), se encarga a nivel administrativo y burocrático de la contratación de pastores y la búsqueda de ganaderos al igual que de los puertos. Ésta lucha por la mejora, conservación y regeneración del medio natural. Y también tiene la dehesa San Francisco que la gestiona de forma ecológica y sostenible, trabajada de forma tradicional, con ganadería de raza autóctona. Asimismo, tiene una gran cantidad de proyectos de erasmus, reforestación, trashumancia, etc.
Juan Luis Gázquez Guerrero (Cogollos de Guadix, Granada, 29 años) me habló que su principal motivo por el que quiere recuperar la trashumancia es por la falta de pastos frescos en el sur. Esto provoca el éxodo pastoril al norte, trayendo consigo una oportunidad que beneficia la tierra, ya que es abonada y el ganado transporta en su lana miles de semillas. Por otro lado, realiza una tarea fundamental desbrozando bosques y puertos e incluso reduciendo la contaminación al no consumir piensos. Además, gracias a estos movimientos, se intenta hacer un llamamiento para que futuros pastores continúen con la labor del pastoreo, pero la falta de motivación y las condiciones a las que se someten, aleja a las interesadas de los objetivos por conservar el pastoreo vivo. Por eso desde la fundación luchan por una mejora en las condiciones de este oficio y se me ha concedido la oportunidad de vivirlo en primera persona.
CON UN OJO ABIERTO Y EL OÍDO ATENTO
8:20 de la mañana. El sol despunta, y José Rodríguez Durán se levanta y como cada mañana se lava la cara en el pilón o en el manantial, este siempre lo hace con una sonrisa y le brinda a la mañana una canción a capela, antes de reunirse con su compañero José Morgado Galet para desayunar.Los desayunos son ligeros, un café, unas magdalenas o un par de galletas y ¡a funcionar!
9:30. Los dos pastores ya se han preparado el almuerzo. La jornada pinta larga y el tiempo no perdona. Haga frío, calor o llueva, Rodríguez y Morgado están dispuestos a trabajar de sol a sol.
Las ovejas tienen que comer en las camperas que previamente han ido buscando. Rodríguez comenta que en este puerto tienen más casas que un ministro. Y aunque son 4 meses los que estos pastores pasan custodiando los puertos, ya es el segundo año para Morgado por lo que ya siente que lo tiene controlado.“En este puerto tenemos más casas que un ministro, dos tiendas de campaña y dos chozos.”
Cuando el temporal no acompaña, sólo tienen que sacar los paraguas. Y para la hora de dormir o comer, nuestros pastores se refugian en la tienda de campaña, éstas no son muy resistentes si se levanta el viento así como plan B tienen el refugio en los chozos que, aunque pequeños, sus chimeneas hacen de ese espacio escueto uno más acogedor.
Y no es por vender un AirBnB rural al más puro rededor natural pero, de una placa solar para poder cargar sus móviles y de una pequeña bombilla que alumbre el interior. Se suele decir que en la simpleza está la virtud, pero lo cierto es que las condiciones deberían mejorar.
10:20. Los pastores, uno a cada lado del rebaño, se colocan para que estas no se desvíen. ¿Y su set-up o equipo básico? Vara, 9 perros (Suri, Lasy, Pinky, Teo, Dama, Luna, …) y camino firme para el pastoreo y la defensa ante lobos.
10:45. ¿Qué es la figura del pastor, qué representa? Ambos se miran y lo tienen claro: “el pastor ha de estar pendiente del rebaño, si el lobo ve que está acompañado y protegido es difícil que ataque, nosotros dormimos hasta cerca de él.”.
Seguimos caminando un trecho más y, la verdad, se nota quiénes ponen empeño y cariño en lo que hacen porque luego el trabajo bien hecho repercute en los resultados. Sí ven que las condiciones laborales y de vida deben mejorar en el puerto.
11:30. Los días en el puerto suelen ser monótonos, solitarios y largos por lo que otra de las dificultades es la falta de cobertura haciendo de ella un handicap de cara a comunicarse con la familia. El hecho de recorrer varios kilómetros para poder llamar, puede echar atrás a cualquier persona acostumbrada a tener cobertura a todas horas. Y al igual que la cobertura, otro inconveniente es la comida ya que han de bajar al pueblo más cercano, pero sus trayectos ya frecuentes les hacen ya conocidos así que son bien recibidos allá donde vayan. Su fama atrae desde turistas, ganaderos hasta gente de los pueblos cercanos.
12:45. ¡Hora de comer! Hora en la que las viandas, un poco de chorizo, queso y pan siempre entran bien tras una larga caminata. Al mediodía cuando el sol calienta descansan las ovejas y los pastores comen, siempre vigilando al rebaño. Rodríguez me cuenta que con el paso del tiempo vayan conociendo las ovejas por su forma de balar, por el sonido de las campanillas, si están cojas o van a parir.
Disfrutamos de un pequeño descanso en el camino para reposar el almuerzo y pronto retomamos el camino.“Pastar hasta jartarse, beber y volver al redil.”
17:20. Lo que Morgado más destaca de una jornada de pastoreo son los ritmos lentos y el silencio. Cuando el rebaño está en la campera y se siente “jarta” va subiendo poco a poco a uno de los caminos mientras carea. Morgado y Rodríguez las esperan, no hay prisa, pronto serán las ocho y sin embargo sigue haciendo sol como si fuera primera hora de la mañana.
20:30 y aún el sol nos ilumina. Las ovejas vuelven a dar el último bocado en la campera antes de llegar al abrevadero. Cuando finalmente se han “jartado” éstas beben agua y ellas solas se dirigen al redil. Morgado y Rodríguez revisan el ganado por si alguna se ha quedado rezagada y curan a las ovejas que lo necesiten.
21:40. Cena y cierre. Llegada la noche se llega a la campera acordada, se montan las tiendas de campaña, el pastor eléctrico y se cena. Una vez cerradas, se dirigen al campamento donde les espera una fogata para animar el cuerpo, purificar el alma y sanar heridas.
En la cena, Morgado me cuenta entre carcajadas que, aunque la gente se piense que los pastores están pasados de moda, él es un influencer de esos y muchas noches graba algún video donde cuenta cómo ha ido la jornada y la sube a su Facebook.
Tras cenar, charlar un rato sobre sus vivencias o anécdotas personales ya que llevan muchos años como amigos, toca despedirme de ellos. Mañana será otro día.
Buen artículo, me ha encantado.