Por Burgos Dijital
En una situación sin precedentes en la que por el bien común la gente se queda en casa a esperar que descubran un medicamento, una vacuna, una receta mágica, el uso de una quinina o del dióxido de cloro, incluso un vodka con tónica y limón, cualquier brebaje que dé la oportunidad a los medios de comunicación de poner en grandes titulares “la pandemia ha finalizado, la farmacéutica X tiene el antivirus COVID-19″ lo más esperado, para seguir con fabricará más de siete mil millones de dosis, eso si es en dosis única e incluyendo a los niños, o multiplicado por 1,2,3,4 dependiendo del tratamiento, y sin pretender calcular los beneficios de la susodicha empresa química, tendría producción para varios años, esos titulares se harían virales inmediatamente, dando varias vueltas al globo, terráqueo.
Se podrá salir a las calles, se olvidarían los aplausos al viento de las 20 h y se dejarán las frases que han formado parte del dia a dia “ahora toca paciencia”, “vivirlo como se pueda, ya saldrá la vacuna”, “este virus es para los ancianos y los débiles”, ” nos están engañando”, “el qué habrá detrás de esto” o las voces más rancias y novias de la muerte “el 8M fue un genocidio” .
El fotógrafo J. Contreras quiere dejar algunos cachitos de esta realidad inmortalizados en sus fotografías, cachitos de realidad como él las define, que describen secuencias de esta “pesadilla vírica”, en una breve edición de El Megáfono, mostrando una colección de 26 fotografías adornadas con texto de fácil digestión para que el virus de la lectura se propague a la velocidad de la luz y sigan quedando esas imágenes de hechos que serán historía y necesariamente incluída en los libros de texto.
J. Contreras deja estos enlaces para conocer El Megáfono, leer y descargar.
