En la mañana del domingo 19 de marzo, las autoridades tributarias israelíes allanaron la casa de Omar Barghouti, prominente defensor de los derechos humanos palestinos y cofundador del movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) por la libertad, la justicia y la igualdad del pueblo palestino. Ese primer día, detuvieron e interrogaron a Omar y a su esposa Safa durante 16 horas. Omar hoy está siendo sometido al cuarto día de interrogatorios.
A continuación se presenta la respuesta del Comité Nacional Palestino de BDS(BNC) ante esta situación y los esfuerzos sistemáticos del gobierno israelí para criminalizar el movimiento BDS, intimidar a las y los activistas y detener la libertad de expresión:
Un destacado defensor de los derechos humanos palestinos y cofundador del movimiento BDS, Omar Barghouti, ha sido sometido durante años a intensas amenazas, intimidación y represión por diversos grupos del gobierno de extrema derecha israelí, particularmente después de considerar al movimiento como una “amenaza estratégica” para todo su sistema de injusticia contra el pueblo palestino.
En una conferencia celebrada en la Jerusalén ocupada en marzo de 2016, varios ministros del gobierno israelí amenazaron a Omar y a las y los defensores de los derechos humanos del BDS con medidas severas, incluyendo la “eliminación civil dirigida”, un eufemismo para el asesinato civil. El año pasado, el Ministerio de Asuntos Estratégicos estableció una “unidad de reputación”, tal como fue expuesta en el diario israelí Haaretz. El trabajo de esta unidad es empañar la reputación de las personas defensoras del BDS y las redes de derechos humanos que apoyan al movimiento.
Este es el contexto en el que debe entenderse la investigación del departamento fiscal de Israel sobre Omar y su esposa, Safa. Tras no conseguir intimidarlos a través de amenazarles con revocar la residencia permanente de Omar en Israel, y después de que la prohibición de viaje impuesta a Omar resultara inútil a la hora de detener su trabajo de defensa de los derechos humanos, el gobierno israelí ha recurrido a fabricar un caso relacionado con los supuestos ingresos de Omar fuera de Israel para empañar su imagen e intimidarlo.
El hecho de que esta investigación incluya una prohibición de viajar y que ocurra unas semanas antes de que Omar Barghouti viaje a los Estados Unidos para recibir el Premio Gandhi dela Paz conjuntamente con Ralph Nader, en una ceremonia en la Universidad de Yale, demuestra el verdadero motivo represor de estas acciones.
El hecho de que el gobierno israelí divulgase las fabricaciones inflamatorias contra Omar apenas 24 horas después de que él fuese llevado para ser investigado, demuestra sin lugar a dudas que el objetivo verdadero de la investigación es empañar su reputación.
Independientemente de las medidas extremas de represión que Israel ejerza contra el movimiento BDS, contra sus defensores y defensoras de derechos humanos, o contra su vasta red de apoyos, Israel no puede detener este movimiento por los derechos humanos. La intimidación y la represión difícilmente pueden afectar a un movimiento popular que crece en los corazones y las mentes de la gente, dándoles poder para hacer lo correcto: estar en el lado correcto de la historia en contra del régimen fanático de apartheid, ocupación y limpieza étnica de Israel, y a favor de la libertad, la justicia y la igualdad para el pueblo palestino.
Este último capítulo desesperado de represión e intimidación por parte del gobierno israelí contra Omar Barghouti es el indicador más relevante del fracaso del régimen israelí de ocupación, colonialismo y apartheid para frenar el impresionante crecimiento del movimiento BDS por los derechos del pueblo palestino
“El racismo y la discriminación racial son la antítesis de la libertad, la justicia y la igualdad.”
Por Red Solidaria Contra La Ocupación de Palestina
El movimiento global de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) por la libertad, la justicia y la igualdad del pueblo palestino es un movimiento de derechos humanos incluyente y noviolento que rechaza todas las formas de racismo y discriminación racial. El movimiento es liderado por el Comité Nacional Palestino de BDS (BNC), la mayor coalición de partidos políticos palestinos, sindicatos y agrupaciones profesionales, redes de personas refugiadas, comités populares y organizaciones sociales.
La llamada de la sociedad civil palestina al BDS en 2005, que pide poner fin a las violaciones flagrantes por parte Israel del derecho internacional para salvaguardar los derechos humanos del pueblo palestino, está anclada en los principios recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos. La Declaración estipula, “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” y que todo el mundo tiene derecho a los derechos y libertades fundamentales “sin distinción de ningún tipo, como raza, color, sexo, idioma, religión, política u otra opinión, origen nacional o social, propiedad, nacimiento o cualquier otra condición.”
Fundamentados en estos principios y en el compromiso del movimiento BDS por la igualdad de derechos de cada ser humano, independientemente de su identidad, estamos firmemente en contra de las ideologías políticas, leyes, normas y prácticas que promuevan el racismo. Rechazamos el sionismo por constituir el pilar ideológico racista y discriminatorio del régimen de Israel, de la ocupación, el colonialismo y el apartheid que ha privado al pueblo palestino de sus derechos humanos fundamentales desde 1948. Adhiriéndose a la definición de las Naciones Unidas de la Discriminación Racial, el movimiento BDS no tolera ningún acto o discurso que adopte o promueva, entre otros, racismo contra los negros, racismo anti-árabe, islamofobia, antisemitismo, sexismo, xenofobia u homofobia.
Condenamos enérgicamente el apartheid, el genocidio, la esclavitud, la explotación colonial y la limpieza étnica, que son crímenes contra la humanidad fundamentados sobre el racismo y la supremacía racial, y reclamamos el derecho de sus víctimas, incluyendo a sus descendientes, a la reparación integral. Igualmente condenamos y nos solidarizamos con las víctimas de otras violaciones de derechos humanos, como la trata de seres humanos, la explotación de trabajadores y trabajadoras y la explotación sexual.
Guiados por el programa inclusivo de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y Formas Conexas de Intolerancia, celebrada en 2001 en Durban, Sudáfrica, los principios del movimiento BDS incluyen los valores de la diversidad cultural, solidaridad y apoyo mutuo entre las víctimas de racismo y discriminación racial.
Basándonos en estos valores manifestamos nuestra solidaridad con las personas de ascendencia africana, indígenas, gente sin tierra, refugiadas y migrantes, personas explotadas y oprimidas por el avance económico de unos pocos, así como con aquellas personas discriminadas y perseguidas por sus creencias o identidades, incluyendo la casta. Defendemos sus respectivas luchas por una justicia social racial, económica, de género y ambiental.
Extendemos nuestro apoyo a todas las comunidades marginadas, entre otras las comunidades árabes, negras, indígenas, musulmanas, judías, asiáticas, latinas, romaní y dalit, que son los objetivos de los movimientos racistas, xenófobos y de extrema derecha que crecen o se acercan al poder, particularmente en los Estados Unidos, Europa, América del Sur, India y otros muchos lugares del mundo.
También nos solidarizamos con las luchas de las minorías en el mundo árabe contra el racismo y la discriminación racial, por la justicia y la plena igualdad.
Los principios del movimiento BDS llaman a la solidaridad proactiva con las comunidades oprimidas en todo el mundo y con todas las víctimas de actos racistas y su retórica, ya que la nuestra es una causa común. Apoyamos su resistencia, en armonía con el derecho internacional, contra la intolerancia y las ideologías y practicas racistas
El racismo y la discriminación racial son la antítesis de la libertad, la justicia y la igualdad.