8 de marzo de 2017. Entre el llamamiento al Paro internacional, la huelga de hambre en Sol y el “feminismo” como Dior manda

Por Susana Rioseras

 Tras la multitudinaria marcha del pasado octubre que movilizó en Argentina a miles de personas para gritar en las calles contra la violencia de género en todas sus expresiones, la organización “Ni una menos” lanza un llamamiento global a parar este 8 de marzo.El “Paro Internacional de Mujeres”, se convierte así, en una convocatoria global hacia una huelga, que se planta ante y contra la violencia machista, los feminicidios, la brecha salarial en aumento constante, por los derechos reproductivos, el derecho al aborto y para visibilizar el trabajo de invisible de cuidados, entre otras muchas urgentes reivindicaciones históricas del movimiento feminista.

La propuesta del Paro internacional de mujeres, partió de Argentina, rápidamente el llamamiento fue secundado desde muy diferentes contextos por Grupos feministas de países como el nuestro, Australia, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, República Checa, Ecuador, Inglaterra, Francia, Alemania, Guatemala, Honduras, Islandia, Irlanda del Norte, República de Irlanda, Israel, Italia, México, Nicaragua, Perú, Polonia, Rusia, Salvador, Escocia, Corea del Sur, Suecia, Togo, Turquía, Uruguay, EEUU…etc. En el comunicado inicial además de la denuncia de que “el capital explota nuestras economías informales, precarias e intermitentes.

Que los Estados nacionales y el mercado nos explotan cuando nos endeudan.

Que los Estados criminalizan nuestros movimientos migratorios.

Que cobramos menos que los varones y que la brecha salarial llega, en promedio, al 27%.

Que no se reconoce que las tareas domésticas y de cuidado son trabajo que no se remunera y suma, al menos, tres horas más a nuestras jornadas laborales”, incluyen los llamamientos a través del HT #NosotrasParamos al que le han querido añadir el de #NoEstamosTodas, en memoria a todas las mujeres que están día a día siendo asesinadas por la incesable violencia machista y la inoperatividad de los estados.

La huelga o paro se extiende a todas las mujeres “ocupadas y desocupadas, a las asalariadas y a las que cobran subsidios, a las cuentapropistas y a las estudiantes, porque todas somos trabajadoras”. Igualmente denuncian la prohibición del aborto en la mayor parte de países de Latinoamérica y del mundo, en los que aún se penaliza la libre elección de las mujeres sobre la soberanía de sus cuerpos, a la vez que se nos cosifica e hipersexualiza como objetos de consumo, “para reclamar el derecho al aborto libre y para que no se obligue a ninguna niña a la maternidad”. Asimismo inciden en que a través de este llamamiento se persigue un “nuevo internacionalismo” que confronte al giro “neo-conservador” en América Latina y en el mundo; “el movimiento de mujeres emerge como potencia de alternativa.Que la nueva “caza de brujas” que ahora persigue lo que nombra como “ideología de género” intenta justamente combatir y neutralizar nuestra fuerza y quebrar nuestra voluntad”.

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Mientras tanto el pasado 9 de febrero de 2017, ocho mujeres se concentraron en la Puerta del Sol de Madrid para comenzar una huelga de hambre contra la violencia machista. La huelga de hambre fue promovida por la asociación Ve-la luz y tiene el propósito de conseguir la presencia de víctimas de violencia machista en la subcomisión sobre violencia de género.

Actualmente a primeros de marzo, un total de dieciséis personas continúan en huelga de hambre en la Puerta del Sol, de las que cuatro comenzaron la protesta el 9 de febrero y doce – diez chicas y dos hombres- se unieron el 4 de marzo.

En sus declaraciones han señalado que, a pesar de los problemas médicos, seguirán con esta acción de protesta hasta que los grupos parlamentarios se comprometan a incorporar sus veinticinco propuestas al pacto de Estado contra la violencia machista.La última hora del día 7 de marzo es que las personas de Sol abandonan la huelga por la supuesta firma de los 25 puntos del manifiesto pero realmente desde instancias políticas institucionales y oficialistas, no han firmado cumplidos, sino abrir vías de comunicación, a ver.

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Aquí y allá, con esta y otras tantas estrategias de protesta y visibilización, un año más y envueltas en oleadas de movilizaciones, volvemos a salir a las calles un nuevo 8 de Marzo, día internacional de las Mujeres, con la misma determinación histórica que nuestras antecesoras imprimieron al movimiento feminista, en cada contexto y a nivel internacional, convirtiéndolo en una lucha global indiscutible e imparable, en el avance por la justicia social y los derechos humanos, sin embargo las protestas vienen avaladas porque somos conscientes de que los logros de la lucha feminista actualmente sufren gravísimos ataques y retrocesos atravesados (en muchos contextos y con sus diferentes especificidades), por la violenta y salvaje reacción de un sistema capitalista y patriarcal, cada vez más arrinconado, cuestionado y fracasado, pero por ello más enfurecido.

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Por un lado la reacción visceral , agresora y feminicida de residuos (aún muy potentes de una masculinidad violenta y dominante que ve peligrar sus privilegios), con una cúspide de iceberg coronada de la sangre incesante de crímenes machistas y de una cínica cultura de agresión y violación, pero sustentada con una gran base de estrategias de reelaboración de métodos, discursos y sobre todo contextos de acción desde ese neomachismo, (el mismo de siempre actualizado), aún con amplio apoyo del capital, el poder y ciertos sectores sociales, que justifican y promueven, tanto la encubierta legitimación de la violencia, como el incumplimiento de las leyes de igualdad y la ley integral contra la violencia de genero, la inacción de las políticas de igualdad de género, educación, atención a las victimas y prevención de la violencia a través de la aplicación de reducción de servicios, políticas, mecanismos, fondos y recortes, que provocan los graves retrocesos de derechos que específicamente sufrimos las mujeres, con la excusa de la recesión o la necesidad de ajustes económicos, ideados precisamente para incrementar la resistencia patriarcal, los privilegios minoritarios y la desigualdad, que se traduce en muy diversos tipos de violencia contra nosotras.

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Por otro lado la amable aceptación del “feminismo”, como estrategia comercial, asimilación de tendencia, entre el empoderamiento como hipersexualización y cosificación del cuerpo de las mujeres y las niñas, desde el “star-system”, la publicidad, la música, la moda sexista…etc., y el consecuente rebrote y reactivación de una cultura y educación basada de nuevo en la socialización diferenciada de genero. (precisamente cuando el cuestionamiento del genero como constructo social, político y cultural, y como sistema de adoctrinamiento patriarcal y control social, esta más que evidenciado a través de avalados estudios).

Feminismo presentado como marca neoliberal, con el ejemplo evidente recientemente en forma de camisetas de Christian Dior, retratadas y difundidas masivamente sobre las modelos y celebridades del momento, por medio mundo, como fórmulas de descontextualización y de la que el sistema capitalista patriarcal desde los medios de comunicación corporativos, se sirven para profundizar en la ya arraigada cultura nihilista basada en el consumismo individualista de sesgo patriarcal, logrando vaciar de memoria, contenido teórico y banalizando así en cierto modo, la praxis de la lucha activa feminista, al igual que al resto de activismos por la inclusión, la justicia social y el apoyo mutuo.

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Y por ultimo, y no menos violenta, la ardua y zafia estrategia de manipulación e instrumentalización ideológica de las luchas y especialmente de las reivindicaciones feministas, (cuando estas han logrado alcanzar el reconocimiento de una gran mayoría social).

Las demandas feministas son tergiversadas y planteadas, cual arma arrojadiza, a la opinión publica, con el objetivo claro, de legitimar políticas, tanto de exclusión contra poblaciones minorizadas o excluidas socialmente, habitualmente de corte racista, clasista y porofóbica, en nuestros contextos, (el llamado efecto purplewasing por la escritora feminista Brigitte Vasallo), como con el fin de buscar la legitimación de las rentables políticas genocidas, belicistas e injerencistas a nivel internacionalista, designando bajo los paradigmas de los diferentes niveles del sistema patriarcal global, a otras culturas y poblaciones (curiosamente siempre en territorios donde existen intereses económicos geoestratégicos imperialistas) como salvajes y arcaicas (islamofóbia), para criminalizarlas y sumirlas a través de desestabilizaciones, intervenciones e invasiones, en estados fallidos.

Países destrozados y amenazados, donde las mujeres supervivientes, se ven abocadas, arriesgando sus vidas, o a huir con sus criaturas, a pesar de la vulnerabilidad que sufren como refugiadas sin refugio, ni destino asegurado, o en su defecto, a verse forzadas a permanecer en sus destruidos contextos, con gobiernos ilegítimos de saqueo, implantados por las fuerzas de ocupación y los fundamentalismos aliados, siendo sometidas a retrocesos y violaciones de derechos humanos, mucho más graves y salvajes, que antes de estas intervenciones occidentales, en las que participamos desde Europa y nuestra sumisión a los planes imperialistas belicistas de EEUU, muy , pero que muy activamente.

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Por ello, es más necesario que nunca, que convoquemos desde las organizaciones, movimientos y coordinadoras feministas, y unamos fuerzas aquí y allá, un año más el 8 de marzo, para desenmascarar las retorcidas estrategias de reacción, descontextualización, asimilación e instrumentalización actuales que el sistema hace de la necesaria lucha feminista, y recordar el largo camino que aún debemos recorrer por las generaciones pasadas, presentes y futuras de mujeres que se plantaron ante el sistema patriarcal opresor y depredador capitalista, para defender nuestros derechos en equidad y libertad, los derechos de la humanidad y de nuestros entornos naturales a una vida y subsistencia digna.

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