Por Comité Ciudadano Antisida de Burgos
La semana pasada el Comité Ciudadano Antisida de Burgos denunció públicamente la sustitución en el Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de Burgos de algunos de los tratamientos antirretrovirales llamados “combos”, una sola pastilla que incorpora todos los principios activos necesarios para controlar el VIH, para ahorrar en la factura farmacéutica del hospital.
Aunque se haya dicho que es una decisión basada en criterios médicos, aprobada por la Comisión de Farmacia y avalada por la Unidad de Enfermedades Infecciosas y la jefatura del Servicio de Medicina Interna, seguimos manteniendo que este cambio en la forma de dispensación de los tratamientos va a poner en riesgo la adherencia de pacientes con VIH en la toma de su medicación. No es una mera opinión, sino que es un hecho científicamente probado.
La adherencia al TAR es la capacidad del paciente para implicarse correctamente en la elección, inicio y cumplimiento de su tratamiento a fin de conseguir una supresión adecuada de la replicación viral. En el caso de los pacientes con VIH, la adherencia selectiva es la primera causa de fracaso terapéutico. Por este motivo se diseñaron los regímenes compuestos en un comprimido único; estos años ha demostrado ser la estrategia más eficiente para prevenir la mala adherencia selectiva de fármacos.
El Grupo de estudio del Sida, GESIDA, en sus recomendaciones que realiza con el Plan Nacional de Sida del M.S.S.S.I., mantiene como criterio óptimo el uso de preparados que combinen fármacos a dosis fijas.
La Sociedad Española Interdisciplinaria de SIDA, SEISIDA, afirma que, a mayor número de pastillas, menor cumplimiento del tratamiento, y, por tanto, peores resultados.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad del sistema sanitario dudamos que este camino sirva significativamente a este objetivo que todos compartimos. Una medida tomada a nivel local, de forma unilateral, no es consistente con un ahorro global del sistema. ¿Porqué no se ha trabajado junto con otros hospitales o Servicios de Salud y negociado una nueva política de compras y de precios de los tratamientos antirretrovirales?
Además, el coste asociado a esta decoformulación no es solo el coste de la farmacia de un hospital, hay que incluir el coste de las consecuencias que se producen por el cambio de las pautas de medicación, el seguimiento clínico de los pacientes y la evaluación del mantenimiento de la carga viral indetectable.
Así que, dentro de unos meses, preguntaremos qué ha pasado, cuántos pacientes han tenido que volver a su tratamiento inicial y que ahorro (¿eficiencia?) se ha conseguido. Mientras tanto seguiremos colaborando con nuestros médicos y por la salud de las personas con VIH.
Burgos, 11 de junio de 2017
Buenos días, soy Carlos Hermida Pérez, farmacéutico del Servicio de Farmacia del HUBU, la persona que el Dr. Juan Francisco Lorenzo ha declarado como único responsable de la ruptura de los combos en el Hospital Universitario de Burgos, y creo que debo aclarar algunas cuestiones al respecto.
Lo primero que hay que saber es que ningún farmacéutico puede cambiar el tratamiento de los pacientes, solamente el médico responsable del paciente puede hacerlo. La Comisión de Farmacia y Terapéutica tiene una función asesora de la Dirección Médica, con el objetivo de realizar un Uso Racional de los Medicamentos en el hospital.
En el HUBU, la decisión de romper los combos ha sido muy consensuada con los facultativos del Servicio de Medicina Interna encargados de la prescripción de los tratamientos antirretrovirales. Dos representantes del Servicio de Farmacia se reunieron con los 5 facultativos prescriptores y con la Jefa de Servicio de Medicina Interna y, en dicha reunión, se expuso la rotura de combos de 3 medicamentos, 2 de los cuales, que suponen el 75% de los pacientes objeto de cambio, “por razones de seguridad para el paciente”, además de por eficiencia, y esto es algo que el Dr. Lorenzo no ha dicho, a pesar de saberlo. Lo más interesante de esta reunión es que, todos los presentes, estuvimos de acuerdo con la ruptura de los combos, a excepción del Dr. Lorenzo.
En cuanto a la ruptura de los combos en el HUBU, hay que saber dos aspectos fundamentales:
• Que en ningún caso supone cambio en el tratamiento del paciente: se administran los mismos fármacos, a las mismas dosis y a la misma hora; lo único que cambia es, que en lugar de administrarlos en una pastilla única, se administran dos a la vez (nunca 3, como ha declarado el Dr. Lorenzo).
• Que es una decisión médica y, en esto, los médicos responsables del paciente tienen la última palabra. La decisión del hospital de romper los combos, es una decisión de Uso Racional de los Medicamentos en el centro, que se acepta será válida para la mayoría de los pacientes, pero el facultativo responsable de un paciente particular puede mantener el tratamiento con pastilla única, siempre que se justifique racionalmente.
Dicho esto, posteriormente a la aprobación del protocolo, he tenido ocasión de mantener conversaciones con representantes del Comité Ciudadano Antisida, y he notado una progresiva oposición en el tiempo: al principio, más comprensivo y colaborador; posteriormente, denunciando que “pasar de una pastilla a dos es totalmente inadmisible”. En cualquier caso, en las largas charlas que hemos tenido, se les ha explicado las razones tan importantes de la sostenibilidad del sistema sanitario, objetivo fundamental de las Líneas Estratégicas de Salud y del Plan anual de Gestión de Castilla y León; que el cambio de una pastilla a dos, sobre todo cuando se administran juntas, es seguro, como hemos estudiado los Farmacéuticos y los Médicos responsables del tratamiento del VIH, la Comisión de Infecciosas, la Comisión de Farmacia y Terapéutica del Hospital y la Dirección Médica del Centro; que esta estrategia está avalada por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria y a nivel Europeo; que, en el 75% de los pacientes a los que se les va realizar el cambio, además de por eficiencia, es por seguridad (esto es debido, como bien sabe el Dr. Lorenzo, a que el combo contiene un fármaco que produce toxicidad renal y ósea y que, gracias a la rotura del combo, se puede administrar ese mismo fármaco mejorado que no produce tal toxicidad). Estas cuestiones las entendían los representantes del comité y, por supuesto, los pacientes a los que ya se ha realizado el cambio de tratamiento en el Servicio de Farmacia que, por cierto, y hasta ahora, nos ha sorprendido el grado de aceptación y comprensión que han manifestado, no solo con los tratamientos que mejoran su seguridad, sino también aquellos pacientes cuyo cambio es, exclusivamente, por mantener la sostenibilidad del sistema sanitario; muy al contrario de las declaraciones del Comité Antisida. Esto es algo de lo que nos podemos enorgullecer como sociedad.
En cuanto al ahorro que va a producir en nuestro hospital estos cambios, como bien sabe el Dr. Lorenzo, son 200.000 € al año, algo nada despreciable y, solo, por pasar “temporalmente” de un comprimido a dos.
En general, tomar todos los fármacos en un solo comprimido mejora la adherencia y la comodidad del paciente. Pero los estudios realizados, a día de hoy, comparan un solo comprimido frente a “dos o más” comprimidos al día y, esto, que interesa mucho a nivel comercial, es completamente inadmisible: nada tiene que ver 2 comprimidos tomados al mismo tiempo con, por ejemplo, 10 comprimidos tomados en varias tomas al día, como sucedía en los tratamientos del pasado. Cuando se intenta relacionar la adherencia entre “un comprimido al día” y “dos tomados a la vez”, las diferencias no son significativas, según los estudios.
Entonces: ¿por qué hay tanta reticencia por el Dr. Lorenzo y el Comité Antisida al cual pertenece, sobre todo, cuando la mayoría de los pacientes (75%) se van a beneficiar de una mayor seguridad?
Para cualquier aclaración, estoy a vuestra disposición,
Un saludo.