Malos de película, la vieja fórmula del bipartidismo

Por Marcos Mesa

O estás conmigo o es que eres del otro partido… pues anda que los tuyos no roban también; ¿les suena? Esta es la vieja fórmula del bipartidismo que atomiza en dos a la sociedad, y gracias a la cual los partidos han robado a la ciudadanía impunemente durante años de turnismo.

Lo realmente sorprendente es que cuando esa época parecía haber cambiado con la irrupción de un partido supuestamente asambleario llegó otro partido con el camino allanado y pudimos constatar que, al final, en esa precocinada “nueva transición”, el invento volvía a repetirse: un nuevo bipartidismo con gente más joven, eso sí. Pero esa fórmula dicotómica no solo queda ahí; es utilizada hasta dentro de los mismos partidos para organizar a sus militantes, hay bipartidismos nacionales, internacionales y también los hay internos.

He creado un partido nuevo, además diferente, participativo y asambleario, que llevará a la gente a las instituciones. Pero necesito controlarlo al 70 % sin que me echen a los perros ¿Cómo puedo aprobar un documento que me de esa autoridad en un partido que en sus inicios de “recién nacido” exaltaba la horizontalidad? Muy fácil: creo un bipartidismo con la segunda cara visible de mi partido, amenazo con mi retirada si no gano el congreso interno y teatralizo la maniobra como si fuera un cara a cara contra ese rival del que ya sabemos que no tiene la mayoría favorable. Se convierte en un cara a cara entre los grupos de gente y al final votan el documento que me dará el control, y encima nadie se habrá enterado porque solo se fijarán en el combate de pressing catch contra mi rival y nadie se leerá la letra pequeña.

La fórmula también va más allá de los países. En un mundo global también se utiliza con fines de organización global.

Querido poder financiero… tengo un problema, necesito que en Francia gane las elecciones un masón de la banca Rothschild y sea el abanderado del libre mercado y sus tratados inhumanos, los recortes de servicios públicos; Tengo que conseguir que encima… parezca buena persona y comprometido con el cambio climático y la ecología… todo ello con un partido nuevo que no conoce ni Dios…¿Cómo lo hacemos???

-Tranquiloooo, haremos lo que hicimos en Grecia, crear malos malotes para que a su lado XXX parezca el santo Job. Nos ayudará la prensa.

Parece una idea Hollywood y la verdad es que ha sido un experimento muy mezquino y maquiavélico por parte del poder. Tras años de jugar a dos bandas con los bipartidismos esta vez se les ha ocurrido algo un poco más divertido, perturbador y cruel, la creación de malos malotes de película…

Recuerdo en el experimento griego cómo para conmocionar a la Opinión Pública griega crearon y financiaron el partido nazi Amanecer Dorado… el miedo a viejos fascismos allanó el terreno a la aprobación del rescate que dejaría atado el destino del pueblo griego para las próximas décadas.

Años después la misma fórmula se ha repetido en Francia; el auge de Le Pen ha servido para poder elevar al poder al presidente Macron, ex banquero de la peor banca con un partido sin cuadros, apenas conocido y de dudosa credibilidad; una victoria sin precedentes gracias al miedo al fascismo de Jean Marine Le Pen, encarnado en la figura de Marine. Una vez que al poder ya no le ha resultado útil han imputado en una serie de escándalos a la líder del Frente Nacional, idénticamente a como le sucedió al líder de Amanecer Dorado una vez que había cumplido su misión: la de crear pánico para que el verdadero malo neoliberal pareciera menos malo.

http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/prision-lider-amanecer-dorado-grecia-2712949

http://www.europapress.es/internacional/noticia-marine-le-pen-imputada-supuesto-desvio-fondos-eurocamara-20170630171001.html

Lo cierto es que la maniobra es maestra, sobre todo si atendemos  que ahora ha llegado la verdadera creación del Sistema: Donald Trump, la cara B de un poder que juega a dos bandas. El monstruo es perfecto: racista, maleducado, machista, engreído, asquerosamente rico, impertinente, y sin escrúpulos, tiene todo lo que necesita el Poder en estos momentos, es un malo de la película ideal.

El monstruo va más allá al deplorar las políticas de libre mercado y apoyar el proteccionismo, algo que es tan solo una pose pues en más de una ocasión el viejo Donald ha alabado la desregulación económica, es evidente que está mintiendo; el Poder ha conseguido alinear los postulados antiliberales y proteccionistas con semejante monstruo de cabellos dorados.

De esa manera todo el que se identifique con los postulados del Keynesianismo económico, la protección de la economía y la protección del país y de sus trabajadores y trabajadoras- quedará alineado automáticamente (por la magia del bipartidismo) con un ser repugnante, de escasos modales, racista, machista y demonizado por los medios. Por eso Donald Trump ha venido para quedarse, no será echado mientras siga siendo útil al poder global y cuanta más repulsión cree sobre sí mísmo, más útil resultará para el poder financiero y el Nuevo Orden Mundial, pues nadie querrá identificarse con él y sus ideas por lo que la Opinión Pública acabará apoyando a los líderes del neoliberalismo global: Merkel, Macron, etc… (entre cuyos objetivos está crear una legislación mundial que afecte a las economías nacionales mediante el subterfugio de la organización frente al cambio climático).

El monstruo está haciendo el gran trabajo para el que fue creado (por el poder): un bipartidismo mundial  entre líderes anti-cambio climático y líderes pro-cambio climático para que la repulsión lleve a la gente a apoyar a los políticos de la austeridad, los recortes, el TTIP, el CETA y los tratados de libre comercio inhumanos que venden a los pueblos de Europa a las élites de Asia por un módico precio.

Un bipartidismo mundial para que los líderes del Nuevo Orden Mundial sean nuestra esperanza de un mundo mejor, un mundo basado en el financierismo, la especulación, el terrorismo, los estados de excepción, el espionaje a través de internet y la telefonía móvil, los tratados de libre comercio para crear grandes monopolios en la alimentación, servicios, agricultura, sanidad y farmacia… que han convertido nuestras peores pesadillas en esperanzas.

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