Por Burgos Dijital
PP y Ciudadanos han decidido que los habitantes de estas sufridas tierras tienen que ponerse las pilas en eso de la administración electrónica y se agarran al método pedagógico más fácil para el maestro y más duro, y no necesariamente más eficaz, para el alumno de “la letra con sangre entra“.
Así, a las primeras ayudas de la era Covid-19 de conciliación y de ayudas al alquiler, de las que ya informamos aquí en un artículo anterior bajo el nombre de “los juegos del hambre“, se une el proceso de admisión del alumnado en los centros docentes, comenzado ayer 18 de mayo.
De ello advierte Imagina Burgos, denunciando que la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León admitirá como primer y principal vía la presentación electrónica de la solicitud de matrícula y su documentación a toda familia que posea un dispositivo con conexión a internet, sea éste ordenador, tableta o teléfono móvil. Y dado que no puede obviar la presentación física en los registros ha decidido imponer un tipo de coacción, que parece sacada de un manual de manipulación social, a través de la exigencia de una declaración responsable de que no se tienen ninguno de esos medios, bajo amenaza de nulidad de la solicitud si la declaración no es veraz, y su entrega en un escasísimo número de oficinas ubicadas en el medio urbano (en la provincia de Burgos sólo cuatro, sitas en la capital, Aranda, Miranda y el Condado de Treviño).
Tanto Igea como Mañueco siguen sin saber, más bien no quieren enterarse, que nuestra comunidad tienen un territorio inmenso con una gran cantidad de pequeñas localidades que están aún por descubrir lo que es el internet en su casa, y no porque sean de otro planeta sino porque tanto las operadoras, que al parecer no son ONGs, como nuestra amada administración les han dejado a oscuras.
Esta forma de ordenar un proceso tan importante para la ciudadanía como es el acceso a la escolarización, que además tiene un plazo tan corto (nueve días naturales con un fin de semana de por medio), obligando taxativamente a utilizar de forma exclusiva el medio telemático con la mera tenencia de cualquier dispositivo, olvida esas importantes deficiencias de la conexión a internet que se presentan en el medio rural de gran parte de la provincia de Burgos (como de las otras provincias de la Comunidad).
Esta conectividad, en el caso de que exista, no garantiza debidamente la posibilidad de envío de una solicitud con documentación que puede necesitar de cierto tiempo continuado de conexión, con grandes posibilidades de interrupción y fallo; algo que se está evidenciando en la actualidad con la actividad escolar a distancia forzada por la pandemia, muy problemática para el alumnado de muchos de nuestros pueblos. Todo ello sin contar con las dificultades que muchas personas pueden tener para digitalizar la solicitud y documentación que hay que enviar con ella.
La consecuencia de esta regulación tan estricta es que la Administración no está garantizando de forma adecuada el ejercicio del derecho a la escolarización para una parte de la población, que vuelve a ser la gran olvidada por el poder político, pese a las continuas apelaciones a la lucha contra la despoblación, que en casos como éste se demuestran totalmente vacías.
Por ello, Imagina Burgos reclama que en todas las poblaciones menores de 20.000 habitantes la presentación electrónica sea simplemente optativa, y que se posibilite la presentación en papel de la forma normalmente prevista en los procesos de admisión: entrega en la oficina del Centro docente elegido en primer lugar (Centros que sí están distribuidos por toda la provincia), con las medidas sanitarias de seguridad habituales en todo establecimiento abierto al público (cita previa, obligación de mascarilla para el público, EPIS para las/los trabajadores, etc.), para lo cual basta con abrir dichas oficinas exclusivamente durante el plazo de admisión con una dotación mínima de personal en cada Centro.