Por Burgos Dijital
Hemos tenido acceso a las facturas que el PP Burgalés presentó para su liquidación en el consistorio. Con fecha 31 de mayo de 2015, el grupo popular presentó a cargo de las subvenciones que reciben los grupos municipales del ayuntamiento burgalés, el pago del encarte publicitario en el semanal Gente previo a la elecciones municipales del 24 de mayo de 2015. La otra factura corresponde a la realización de los 15.000 dípticos buzoneados días antes de las elecciones en Gamonal. El segundo apartado de la factura de la empresa O2 son los 50.000 dípticos que se encartaron en el semanal Gente antes mencionado.
El partido de Javier Lacalle y César Rico estiran el espíritu de las leyes como si se tratara de un chicle y lo retuercen hasta la trampa: la regulación de la financiación de los grupos políticos municipales viene recogida en el apartado tercero del artículo 73.3 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local.
La dotación económica al grupo municipal para su funcionamiento ha de contar con un componente fijo, idéntico para todos los grupos, y otro variable, en función del número de miembros de cada uno de ellos. Si bien la regulación hace una referencia a que las cuantías serán las que cada año determine la Ley General de Presupuestos, sin embargo nunca dicha ley ha fijado ningún limite, por lo tanto cada corporación libremente determina el importe total a repartir entre los grupos políticos que la integran. El precepto legal exige a cada grupo que ha de llevar una contabilidad de la asignación que además tendrá que poner a disposición del pleno de la corporación cuando éste se la pida. Por otro lado, la Intervención municipal no está obligada a fiscalizar estos gastos y el Tribunal de Cuentas, que conoce la cuenta general, no fiscaliza regularmente las asignaciones a los grupos municipales.
En cuanto al destino de estas asignaciones, la regulación es taxativa cuando establece que deben destinarse a la realización de los gastos de funcionamiento del grupo, no pudiendo emplearse en el pago de remuneraciones de personal de cualquier tipo al servicio de la Corporación, ni tampoco en la adquisición de bienes que puedan constituir activos fijos.
Además, la asignación municipal a un grupo no debe de transferirse a la cuenta del partido en vez de la cuenta del grupo municipal. De hecho, a los grupos municipales se les asigna un NIF otorgado por la Agencia Tributaria.
Parece bastante evidente que la difusión y comunicación de la propaganda de la gestión de un grupo municipal no entra dentro de los “gastos de funcionamiento“ que prevé la Ley, pero como en la misma no se prohíben directamente, como si ocurre con los otros conceptos que ya hemos apuntado arriba, este tipo de gasto, el partido de los trileros utiliza dichos gastos para la campaña electoral y así el propio partido no gasta de lo suyo y de su supuesta caja B, ya que recordemos que Bárcenas en sus declaraciones apuntaba a la existencia de financiación ilegal del PP en todas las provincias y Correa ha apuntado recientemente que el sistema, que echó a andar durante el primer gobierno Aznar, se ideó en Castilla y León por obra y gracia del, por entonces, Vicepresidente de la Junta y presidente regional del partido Jesús Merino.
Como se puede comprobar con estas facturas, mientras los dirigentes populares hablaban de regeneración hace un año y medio, ellos seguían con la degeneración de siempre: trampas y más trampas para sujetar el poder y la “pasta“.
Si recuerdan, hace unos días el periódico El Mundo, nos explicaba a través de un power point, el sistema que tenía el Partido popular para ocultar a la junta electoral los excesos de gasto en las campañas electorales. Aquí tienen el detalle. Las liquidaciones presentadas demuestran que los pagos han sido satisfechos por el grupo municipal que sustenta el gobierno del Ayuntamiento.
Por otro lado, como se puede observar, la empresa beneficiada ha sido el periódico gratuito “Gente“. Periódico que está en boca de muchos burgaleses dada su más que evidente inclinación hacia la propaganda “popular“ y la de su líder, que en algunos números ha conseguido colocar más veces su estampa que en el ya desaparecido y desnortado “Plaza Mayor“, gracias a las labores de la oposición.
Así pues, que “el todo cambie para que nada cambie“ es en nuestra tierra una sensación sempiterna: el partido único sigue haciendo trampas y gobernando, tras descubrir que lo puede hacer con un tercio del pleno; la oposición sigue despellejándose a pesar de engrosar la mitad del pleno; y los populares siguen hegemonizando los “órganos“ de comunicación con la pólvora de nuestros impuestos.
Y por si fuera poco ahora tienen a su siniestra a un viejo partido regional convertido en nacional a golpe de talonario del Banco Sabadell y del Grupo Planeta para sacarles las castañas del fuego. ¿¿Quién da más??