Cristina Cifuentes debe dimitir y ser juzgada

Fuente : Redes sociales

Por Acacio Puig

La opereta montada en torno al inexistente master de la Presidenta de la Comunidad de Madrid parece llegar a su fin. Aunque Cifuentes se empecina en repetir su mentira esperando que mute en “verdad”, cada hora que pasa lo tiene más difícil. Su credibilidad ya no existe.

Las noticias que han trascendido el sábado 7 de abril borran cualquier sombra de duda por mucho cacareo a medios de la presidenta durante su estancia andaluza en la nueva convención del PP, cacareo asegurando que presentó su master en fondo y forma.

Sin embargo, Javier Ramos rector de la Universidad Rey Juan Carlos, se ha visto obligado a desdecirse de sus ciegas, imprudentes y partidistas afirmaciones ¿Va a asumir sus responsabilidades o le bastará como a tantos otros personajes de nuestra infecta trama con “pedir disculpas”?

Porque resulta que la situación es grave cuando Alicia López Mozos –profesora que supuestamente formó parte del “presunto” tribunal, afirma que nada de nada, que ella “no formó parte ni ha presidido ningún tribunal que examinase el trabajo de la señora Cifuentes”. Tampoco ratifica los hechos la profesora Clara Souto supuesta vocal del mismo tribunal.

Como ratas perseguidas por los hechos, quienes encubrieron a Cristina Cifuentes se desdicen, alegan que se sintieron presionadxs o que pecaron de exceso de confianza en (¿…?). Comportamientos muy habituales en un país inmerso en profundas corrupciones en todas las esferas de la vida político-económica-universitaria.

Sin embargo, un país en que el superdesarrollo del espionaje informático -que facilita de inmediato el castigo de mínimas transgresiones de tráfico- se revela inoperante a la hora de detectar con prontitud fraudes perpetrados en una universidad pública como el comentado; fraudes que se agravan por la falsificación de las firmas en el Acta falsificada por el director del master, profesor Álvarez Conde, un buen señor (“de derechas de toda la vida”) que implicó en la estafa a tres de sus profesoras de confianza, las citadas y Cecilia Rosado.

Malos tiempos para la honestidad y la legitimidad, aunque al gobierno se le llene la boca de alusiones a “La Ley” cada vez que lo estima necesario para la cobertura de su arraigada vocación punitiva…un gobierno que cuando no encuentra ley, la promulga por decreto… “y ¡a otra cosa mariposa!” …como remataría M. Rajoy.

La presidenta de la comunidad de Madrid no dimitirá por voluntad propia y conociendo la “pachaza” del PP con sus redes de militantes-delincuentes, no es fácil que tome medidas responsables y honestas a corto plazo (aunque nunca se sabe, desde luego).

Sin embargo, exigir la dimisión inmediata de Cifuentes es tarea muy apropiada para la izquierda de este emponzoñado país.

Y depurar responsabilidades del mundillo universitario implicado en esta estafa es de justicia y máxime, cuando contamos aquí con tanta gente joven, titulada y capaz que se ve obligada a emigrar buscando horizontes profesionales más saludables que los que ofrece nuestra casposa España…so riesgo de envejecer aquí, ejerciendo de becarixs.

Ya veremos pues que desenlace tiene la opereta. Aunque todo es posible cuando una organización criminal –como caracterizó un sector de la judicatura a quienes mandan- sigue campando a sus anchas con el apoyo electoral de tanto tonto útil.

Un comentario

  1. ¿Sólo Cifuentes?
    El gobierno en pleno y todo el aparato francofascista inherente a ellos.
    (Ahora mismo España se puede comparar con Sudán dónde están encarcelando a la gente que protesta por la subida de los alimentos, por recortes en sanidad y educación mientras aumentan el presupuesto de las fuerzas represivas).

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