Martes 15 de enero a las 20.00 horas, en la Sala de prensa de Cajacírculo, en Pza. España
El modelo de la Soberanía Alimentaria está avanzando en ciudades como Valladolid o Zaragoza que se han sumado a la red de ciudades que apuestan por la agroecología. ¿Puede ser Burgos la próxima?

En el marco del ciclo de charlas Otro Mundo es Posible, el próximo martes 15 de enero a las 20 horas (en la sala de prensa de Cajacírculo en Pza. España) toca el turno de abordar la producción, consumo, conocimiento y divulgación agroecológicos, contando para ello con las siguientes iniciativas: La Despensa Biológica, Huerteco, Mercado microAUTÖCTONO, OGEA, Huerta Molinillo y El Puchero de Villasur.
Estas iniciativas trabajan y desarrollan su actividad en la provincia de Burgos teniendo como objetivo común plantear en nuestra sociedad una alternativa. Estas alternativas de desarrollan desde diferentes vertientes: aprendizaje agroambiental en colegios, producción, aplicación de técnicas renovadoras para la regeneración de suelos y ecosistemas. Todo ello más allá del reglamento de agricultura ecológica.
El sistema agroalimentario existente basado en la agricultura y ganadería intensiva se ha comprobado ineficaz para solucionar los grandes problemas relacionados con la alimentación en el mundo, salud, desigualdades alimentarias, maltrato animal, precariedad laboral…
Mientras casi 1000 millones de personas pasan hambre en el mundo, grandes empresas transnacionales controlan la mayor parte del sistema alimentario desde semillas y agroquímicos hasta las baldas de los supermercados donde compramos. Estos grandes monstruos provocan que la alimentación se haya convertido en el objetivo principal para hacer negocio y no en un derecho.
Burgos, Ciudad por la agroecología
En nuestra provincia, tradicionalmente agrícola, el proceso se repite. Cada vez hay menos agricultores y ganaderos, y los que quedan, controlan vastas extensiones de terreno con un modelo agroquímico de agricultura e intensivo de ganadería que lejos de fijar población en los pequeños municipios, los está despoblando.
Por otra parte, como sociedad todas las personas participamos como consumidores de esta situación: ¿Nos planteamos éticamente como consumidores lo que comemos? ¿Sabemos los costes ambientales y personales que suponen el proceso de producción de los alimentos y su transporte desde miles de kilómetros? ¿Nos plantemos que en muchas ocasiones están producidos bajo situaciones de esclavitud?
Ante esta situación la Soberanía Alimentaria, es una alternativa que propone que productores y consumidores recuperen su protagonismo. Con un modelo de agricultura de cercanía y proximidad que sea justa, sana, que preserve el medio ambiente, que fije población en el medio rural y que sea económicamente sostenible para los productores.
Todos tenemos el poder y la responsabilidad como consumidores de cambiar esta situación con nuestra cesta de la compra. Votamos cada cuatro años, pero consumimos todos los días y nuestra acción cotidiana de compra, junto con la de miles, millones de personas anónimas, posee el poder de la ética, de la solidaridad, de respeto al medio ambiente y a las generaciones futuras…