
Foto de archivo Marzo 2014
Por Oscar Domingo
La semana pasada buena parte de la izquierda burgalesa volvimos a reunirnos para debatir la posibilidad de relanzar las Marchas de la Dignidad que en 2014 reunieron a 1.000.000 de personas en una histórica marcha sobre Madrid. Esa fue la mas última importante movilización unitaria hasta la posterior mani feminista del 9N.
Como decimos, lo primero que se percibió en la reunión fue la amplitud de organizaciones y las ganas que había en el ambiente. Militantes políticos/as, sociales y sindicales hartos y hartas de un periodo marcado por lo electoral que había vaciado las calles y devuelto a los poderosos una calma social que han sabido aprovechar. Múltiples luchas pendientes en la recámara: contra la pobreza energética, por el rescate del HUBU, contra la represión a quien lucha, por una educación pública,contra la pandemia de los feminicidios, contra los recortes sociales…
La mani prevista y en preparación para el 25 de febrero en nuestra ciudad ha de ser solo un primer paso en la reconstrucción de un tejido social, político y de la izquierda sindical que se prepare para los tiempos que vienen y en los que será muy necesario reactivar todo lo que el periodo electoral nos quitó.
Las instituciones, lejos de ser útiles como altavoz de las luchas, han supuesto en muchos casos un sustituto de éstas, apagando sus ecos. Allá donde la izquierda gobierna se han demostrado claramente los límites de la gobernanza: se paga esa deuda que decíamos no íbamos a pagar, se construyen barcos para regímenes represores, se persigue la protesta social, se incumplen los pactos con las y los trabajadores en lucha, se persigue a los sectores sociales más oprimidos (manteros, desahuciados/as, prostitutas…).
Por supuesto que ha habido mejoras, pero no es menos cierto que ninguna de ellas (por el propio origen de la instituciones, que lo imposibilita) ha puesto en tela de juicio las reglas del juego; solo han habido cambios en buena parte cosméticos que no cuestionan los beneficios privados frente a la miseria, precarización y pobreza creciente para millones de personas en nuestro país de países. Para este viaje no hacían falta tantas alforjas…
Éste periodo las Marchas se centrarán como idea-fuerza principal en las tan atacadas pensiones públicas, en defender las que ya tienen nuestras y nuestros mayores y en pelear porque en el futuro las generaciones venideras gocen de alguna protección social.
La reunión de las Marchas en Burgos, como decimos, ha de ser la antesala de unos meses de construcción de un acervo común de lucha entre diversas organizaciones. Tenemos un gran trabajo por delante; la lucha contra el paro, contras los recortes sociales, por el impago de la deuda ilegítima, por una vivienda digna y contra la pobreza energética… tiene una nueva oportunidad en Burgos.