Por Eduardo Nabal
Uno se pregunta. ¿Esas no son formas? Puede que no. Pero rápidamente los medios al servicio del señor Cebrián se han puesto a llamar violentos y “pro-etarras” a una veintena de jóvenes que han increpado la presencia de Felipe González y Juan Luis Cebrián que se disponían a dar una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid.
Realmente los que los han invitado tampoco han sido muy oportunos cuando ambos han salido de maniobras políticas y estrategias sociales llenas de saña y malas intenciones. Si los estudiantes, como corderitos sin cerebro ante la alarmante situación en la que vivimos, no hubieran reaccionado hubiera sido aún más decepcionante que la crispación que pudieran llegar a crear.
Puede que no estemos de acuerdo en que suspendan una conferencia, pero sí en que se manifiesten libremente por muchos y muchas, que pensamos que esta gente vuelve al “ordeno y mando” en el estado español, al terror y la traición. Es posible que no nos gusten las formas, pero el gesto venía que ni pintado. Esto nos devuelve la fe en la capacidad de movilización de la gente, precisamente de los jóvenes, cuando las nuevas fuerzas políticas parecían dar poco de sí. Sus gritos de rabia eran los de mucha gente contra la vuelta al fascismo más descarado a nuestro país, aunque sea por la puerta de atrás. Por supuesto los medios al servicio del poder han culpado a partidos, fuerzas, a los jóvenes, a la gente de izquierdas, como siempre, pero estos tampoco engañan ya a tantos, en este país corrupto y en quiebra.
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