
Edificio Promecal donde se edita Diario de Burgos Foto de archivo
Por Basilio el Bagauda
La obsesión podemita de Diario de Burgos y del “bigotes” burgalés es un sinfín. Un día tras otro el agitador Pérez Henares, que sufrió el sarampión rojo a la vez que Jiménez Losantos, insulta, maltrata y ofende a la nada despreciable cifra de más de 5 millones de personas.
El diario a lo suyo, como el resto del ejército mediático bien pertrechado para dejar las cosas en su sitio: en la opinión les destrozamos, que todo vale, y en la información les despreciamos con unas cuantas toneladas de silencio, a no ser que ésta sirva para seguir la campaña de desprestigio.
Al parecer el infalible se había pegado una buena cena a golpe de estofado de jabalí, cazado por el susodicho, y la noche fue larga y dura, trufada de pesadillas en las que se mezclaban autobuses ardiendo, travestis en picardías, monjas des-habitadas y niños sodomizando a sufridos sacerdotes hasta la extenuación mientras las calles eran tomadas por Robespierre y la Convención… roji-morada. Por eso, al día siguiente no pudo por menos que espantar sus fantasmas a tiro de pluma y alarmado por la polémica de la misa televisada de los domingos, obtuvo un nuevo motivo, que siempre hay, para fusilar al Coletas.
Razones no le faltan porque estos de Podemos están todo el día prohibiendo. Pero… un momento, ¿están gobernando en solitario en alguna parte? ¿No? Entonces, ¿de qué prohibiciones hablan?
En fin, el 16 de marzo nuestro querido y nunca bien ponderado diario estuvo sembrado con unas columnas de opinión que nos hacen pensar que no solo pierden en ventas y en páginas vistas en el digital – la mitad en el último año – sino que también han perdido el norte. Y es que quieren dar tantos palos a la izquierda que han convertido al decano de la ciudad en El Alcázar: a veces más por lo que callan que por lo que dicen – basta recordar el “descuido” del diario al no informar de las conexiones burgalesas con la última becerrada de Hazte Oír.
La editorial comenzaba con un canto, disfrazado bajo el velo de una pretendida corrección política, a la islamofobia. Y de eso iba la cosa: del velo… islámico.

Un día tras otro el agitador Pérez Henares
Al parecer mientras en España un juzgado hace un mes ha fallado en su sentencia contra una empresa por despedir a una trabajadora por usar el velo en su puesto de trabajo, en el Tribunal de Justicia de la UE se acaba de sentenciar que las empresas para ofrecer una imagen de neutralidad de cara a sus clientes, pueden prohibir el uso de signos religiosos, filosóficos o políticos en horario laboral. El editorialista finalmente nos acaba exponiendo que ante la sentencia del tribunal europeo y la diversidad de pareceres e interpretaciones judiciales, lo mejor es que en toda la Unión se siga la sentencia fallada en su Tribunal. Es decir, que el Diario de Burgos se posiciona claramente contra la libertad religiosa. ¿O no? Más adelante lo veremos…
Por cierto, el titular resulta tan esplendoroso como imbécil: Libertad de empresa frente a libertad religiosa. ¿¿?? La libertad de empresa se define como el derecho de una persona para iniciar una actividad comercial de venta de productos o servicios a terceros con un fin lucrativo, que es lo que da lugar a la economía de mercado. Me temo que han querido retorcer la cosa, por recomendación de Miguel Ángel Benavente, para no tener que decir: La libertad de los dominantes – versus propietarios y socios capitalistas – ha prevalecido sobre la de los dominados – versus trabajadores.
A continuación nuestro particular cavernícola nos dejaba claro que no solo su querido Diario iba contra la libertad religiosa, sino también Unidos Podemos al querer eliminar de la parrilla la misa de los domingos. Además nos ha querido recordar toda suerte de prohiciones provocadas por los “progres” como la caza, la Navidad y hasta la pesca del cangrejo rojo. He de decir que o él o yo debemos de vivir en países diferentes, pero que en el mío se siguen haciendo todas estas cosas: que le voy a contar yo de libertad religiosa si cada vez que llega la maravillosa Navidad me encuentro en mi centro de trabajo con recordatorios católicos cada 5 metros.
“Podemos prohibir” espeta. Pues vaya si pueden: lo mismo intentan prohibirte el autoconsumo energético que te intentan prohibir una función de títeres o pasear un coño gigante por las calles. Ah, ¿que ya lo han hecho? ¡¡Malditos sean estos rojeras!!
El caso es que a nuestro “libertario” de cabecera le ha dado por defender a la pobre Iglesia, una institución maltratada en los últimos 1.700 años que no se merece el trato que muchos le dan, puesto que si por algo se caracteriza la Iglesia es por liderar la lucha por la Libertad de todos los seres humanos. Basta recordar las declaraciones de algunos principales jerarcas de la Iglesia española en los últimos tiempos: el obispo de Tenerife dijo que “hay menores que desean el abuso e incluso te provocan“, en clara alusión a la libertad de los menores de tener prácticas sexuales con sacerdotes; el obispo de Granada expresó que “si una mujer aborta, da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar de su cuerpo“, otra clara defensa de la libertad; o el obispo de Barcelona que declaró que “para juzgar el robo de bebés hay que hacerlo con criterios de aquel tiempo“, justificando la ética de disponer libremente por parte de ciertas familias y de la Iglesia de los bebés que no debían ser criados por sus parias madres.
Entiendo al “bigotes“: vivimos en una ciudad entregada a la causa podemita que persigue a la libertadora Iglesia. Por eso al Opus Dei se le niega el uso de propiedades públicas – ¿acaso existe la propiedad pública? – y a sus miembros se les expulsa de los consejos directivos de las empresas y de la administración pública. Por eso de nuestra ciudad no salen autobuses con mensajes que incitan al odio y a la prohibición. Por eso no hay rastro de los kikos, de los catecúmenos, de los guerrilleros de Cristo Rey ni de las Hijas de María que pretenden que comulguemos con ruedas de molino. Por eso no hay rastro de aprendices de psicólogos metidos a exorcistas ni profesoras protegidas por vicarios que envenenan con miedo y confusión las mentes de nuestros jóvenes – que a nadie le extrañe luego que un tercio de nuestros adolescentes practiquen sexo sin protección, a golpe de marcha atrás. Por eso, en definitiva, estamos ante tal afrenta a la libertad que deberíamos coger las escopetas, imitando a nuestro líder mediático, y ponernos a cazar a “los de Podemos“, que esa idea ya la dio públicamente el “cojo de Teruel“.
En cuanto a lo del 36, pues en fin… Bastan los sermones de nuestro prelado preferido Rouco Varela, advirtiéndonos veladamente a tod@s de que si seguíamos por la senda de la prohibición, nuestros cuerpos serían pasto del odio entre hermanos. Consejo hermoso y necesario, ya que conviene recordar que la Iglesia nada tuvo que ver con la contienda fratricida: ni se opuso al nuevo sistema elegido por la mayoría de los españoles, ni creó y financió partidos políticos cuyo principal motivo de existencia fuera la subversión del orden republicano, ni permitió a los sacerdotes utilizar los púlpitos para llamar a la violencia, e incluso se opuso al uso de las armas por parte del clero y a la justificación de la masacre civil provocada por los que ambicionaban todo el poder.
Por lo visto, según el cazador de podemitas, tendríamos que estar tan agradecidos a nuestros queridos “milites dei”que nos quedamos cortos en las donaciones que aportamos a través de la declaración de la renta. Pero se olvida de todo lo que tenemos que pagar de más por el agujero que representa la cantidad de impuestos de la que sigue exenta la Iglesia, junto al sinfin de propiedades públicas de las que dispone por obra y gracia de sus amigos azules y de los del capullo, que no del Espíritu Santo.
Queda claro que después de leer el compendio de mentiras y medias verdades, ahora los snobs lo llaman postverdad, del abigarrado sectario Pérez Henares desde su encumbrado púlpito, la libertad religiosa y el resto de libertades – excepto la suya – le importan “un huevo“. Lo que le pone es la islamobia, pero le jode aceptarlo porque eso es ponerse a la altura de los feos neonazis, y lo que le causa pavor es esa pertinaz necesidad de los “progres” de invocar la Ilustración, la”pepa” o la República para debilitar el statu quo de la Iglesia. Una institución que, como tal, nos llevó a un retraso económico y científico secular y que sigue siendo a día de hoy una amenaza para la convivencia pacífica.
Quiere hacernos olvidar que si l@s roj@s no hubieran protestado durante la transición contra las libertades y la maravillosa moral católica, hoy en día el hombre tendría libertad de disponer de los bienes y ganancias de la mujer, el Estado tendría libertad de meter en la cárcel a ésta por adulterio, la Iglesia tendría la libertad de decidir sobre las anulaciones matrimoniales y el óvulo fecundado impondría su criterio en libertad sobre las decisiones de una mujer convertida en un mueble de la casa.
En cualquier caso que nuestro cabestro no se encabrite: una importante parte de la Iglesia podrá seguir insultando e incitando al odio y las misas las tendremos en la pública, en la vaticana y en las ultras, que para eso son financiadas por fervientes católicos y por el Partido Popular, el partido de las libertades. Y por supuesto, quizás por la ayuda del santísimo, allá por donde circules tendrás una emisora de Radio María a mano. No me pregunten como lo hacen, pero tienen más cobertura que Movistar.
Por cierto, ¿tendrá que ver su defensa de la institución, que no de la fe, con la facturación correspondiente por sus apariciones en los canales nacionalcatólicos?
Sé que a estas alturas muchos lectores no lo creerán: yo soy un tipo tolerante con las creencias religiosas de los semejantes mientras éstas no entren a juzgar mis costumbres y mi conducta. No tengo ninguna ansia persecutoria frente a ninguna religión pero peleo para que éstas no impongan su visión sectaria al resto. Tampoco me molesta que haya una emisión en la televisión que pagamos todos de una misa dominical y creo que Unidos Podemos actúa torpemente si se centra y se desgasta en cosas como ésta, pero no engaña a nadie, puesto que en su programa se persigue la verdadera aconfesionalidad del Estado, otra referencia constitucional más convertida en entelequia por los farsantes socialistas y conservadores.
Para acabar, voy a terminar con una afilada reflexión del, para Pérez Henares, podemita Valle-Inclán que en “Luces de Bohemia” y en boca de Max Estrella decía: “La miseria del pueblo español, la gran miseria moral, está ante su chabacana sensibilidad ante los enigmas de la vida y la muerte. La Vida es un magro puchero. La Muerte, una carantoña ensabanada que enseña los dientes. El Infierno, un calderón de aceite albando donde los pecadores se achicharran como boquerones. El Cielo, una kermés sin obscenidades adonde, con permiso del párroco, pueden asistir las Hijas de María. Este pueblo miserable transforma todos los grandes conceptos en un cuento de beatas costureras. Su religión es una chochez de viejas que disecan al gato cuando se les muere“.
Olé, olé….
Magnifico tu artículo, Basilio, solo que ese virus de la extrema derecha ya vino con el Jefe, el muñidor y principal delincuente del Caso de la Construcción, que dejó a Burgos, además de Capital de la Cruzada, capital del saqueo: el Méndez Pozo, indultado por Aznar.
Pérez Henares es la bacinica de Vox, la palangana del PP y el esculla mingas de Rajoy. Este individuo, con predicamento en la Sexta de Ferreras, no es otra cosa que el residuo del seudoperiodismo del Alcázar, como muy bien dices. Lleva la correa y la cartuchera debajo de la chaqueta: es un falangista de la muerte. Si pudiera, seguro que tiraría de cerrojo y Luger. Diario de Burgos es el refugio de toda esta cochambre, de la inmundicia del periodismo, del mamoneo y el Besamanos. Hacen bueno al hijo del Debate dirigido por Esteban Sáez Alvarado, ilustre periodista burgalés, que aunque tuviera en plantilla a los Oje, Cursillistas, e hijos de la Adoración Nocturna y de Platero y cierra España: Salgado y Mencia y demás caspa seborreica, tenía la grandeza de ser honesto. Por eso, querido amigo, la ciencia de este indecente bigotes, no es otra cosa que un residuo del peor de los fascismos, ese que instalaba en la palabra la metralla.