Por Burgos Dijital
Según han comunicado delegados sindicales de CGT del Comité de Empresa de la factoría de Michelín en Aranda de Duero, tanto esta empresa como Ferrovial, multinacional contratada por la primera, han sido condenadas a 170.000 € cada una por la muerte sucedida tras un grave accidente en la factoría de Vitoria sufrido por el trabajador Jorge Romero Valle.
Fue el 27 de octubre de 2016 cuando Jorge trabajaba haciendo trabajos de reparación, limpieza y puesta a punto de los moldes que se utilizan para la cocción, el prensado y la vulcanización de neumáticos de hasta 5 metros de diámetro, una pieza de acero de alrededor de 5 toneladas se le cayó encima, aplastándole y causándole la muerte en el acto. Tan sólo tres meses antes, otro trabajador, en este caso un albañil de 57 años, y en la misma factoría murió al caérsele encima una malla metálica utilizada para reforzar estructuras de hormigón. Por aquel entonces, Yon Coroso, presidente del Comité de Empresa y miembro de CGT, ya denunciaba las pésimas medidas de seguridad y prevención de riesgos en las que se encuentran muchos trabajadores pertenecientes a subcontratas.
Mientras las dos empresas implicadas anunciaban que colaborarían con los organismos encargados de la investigación y que adoptarían nuevas medidas de prevención, el comité de empresa de Ferroser, la filial de servicios de Ferrovial, se movilizaba tres semanas después para denunciar que ninguna de las empresas parecían dispuestas a variar sus directrices en cuanto a salud laboral y prevención de riesgos pese a los dos fallecimientos producidos en tan solo tres meses. Además supieron que la investigación ya se había cerrado y la empresa no les había transmitido los resultados de la misma.
Finalmente se vieron obligados a convocar una jornada de huelga seguida por el 90 % de los trabajadores pero que fue, a pesar de la gravísima situación, boicoteada por la empresa que movilizó trabajadores de otra factoría y utilizó a los eventuales que no la secundaron, asignándoles puestos de trabajo que no eran suyos, lo que supuso una nueva denuncia a la Inspección de Trabajo.
Tras dos años de lucha administrativa, el 18 de enero la Inspección de Trabajo ha dado por finalizado todo el expediente, condenando solidariamente a las dos empresas por una infracción “muy grave” en las medidas de seguridad. Concretamente, se debe a que “las empresas no adoptaron otras medidas preventivas aplicables a las condiciones de trabajo en ejecución de la normativa sobre prevención de riesgos laborales de las que se derive un riesgo grave e inminente para la seguridad y salud de los trabajadores” como fue el caso. Es más, la Inspección apunta sin género de duda que Jorge Romero realizaba diferentes trabajos además de aquel para el que estaba contratado.
El Comité de Empresa ha informado a los trabajadores que Ferrovial y Michelín pusieron en peligro la vida de los trabajadores y les advierte de las mentiras que están siendo difundidas por determinados medios como “El Correo Vasco” acerca de que las dos empresas pueden recurrir a los tribunales, ya que este tipo de sanciones no son recurribles una vez publicadas en el BOE, como ya ha ocurrido.
También expresa con rotundidad que “estas grandes empresas no tienen ningún escrúpulo a la hora de defenderse. Son capaces de echarle la culpa a un fallecido, sabiendo que no se puede defender (…). Lo importante es que no hubo despiste, descuido o mala suerte por parte de Jorge y que hubo negligencias muy graves por parte de los responsables de las dos empresas“.
Terminan el comunicado agradeciendo el grandísimo trabajo que ha hecho la Inspección de Trabajo de Álava por su profesionalidad y perseverancia, al anerior Comité por sacar a la luz la verdad y llevarla hasta la Inspección para que la memoria de Jorge quede reparada y a todos los trabajadores de Ferrovial-Servicios.