David Berná (Aldaba, 1978) es antropólogo e investigador en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense. Realizó su tesis sobre la Etnia Gitana LGTB. Ha colaborado en diversos libros como”Mujeres bajo sospecha” y recientemente con un capítulo sobre Gitanos LGTB en el libro colectivo”Cuerpos y sexualidades en la encrucijada” (Ediciones Bellaterra 2014),coordinado por Raquel (Lucas) Platero.
Por Eduardo Nabal
¿Cómo se despertó tu interés por los y las gitanas LGTB? ¿Dónde y cuándo comenzó?
David Berná: Comenzó más o menos en 1999. Yo estudiaba el tema de los gitanos como grupo social y pronto me interesé por las vivencias de las personas con una orientación no heterosexual, dentro de un régimen tan marcado, al menos a priori, por la familia patriarcal. Utilicé la metodología práctica en antropología y la universidad nunca me puso ningún pero o pega aunque tampoco hubo demasiado interés en mi trabajo, que combinaba con otros. Mi acercamiento fue paulatino, pero cuanto más me acercaba más me apasionaba el tema y entré en contacto con ellos presentándome como investigador y también por líneas cibernéticas. En este sentido me ha ayudado bastante gente, poniéndome en contacto unos con otros.
Todavía hoy se sigue asociando, en algunos círculos, la palabra gitano a pobreza, marginalidad, pequeña delincuencia, sentido gremial y machismo. ¿Hay que revisar estos tópicos?
Si, hay que revisarlos urgentemente porque además no son ciertos y reflejan una mentalidad racista. La sociedad no ha hecho gran cosa por la integración de las personas de raza gitana, al menos hasta hace muy poco. Hay gitanos en casi todas las profesiones. Y no hay, hoy por hoy, ni mas ni menos delincuencia que en la “sociedad paya” Es cierto lo del sentido gremial y que se potencian los roles masculino-femenino de forma muy poderosa, llegando a ser las mujeres gitanas (no digamos ya las lesbianas) las más controladas de lejos o de cerca por el núcleo familiar. En los perfiles de Internet muestran su orgullo gitano y su identidad cultural pero sus costumbres en cuestiones de género y sexualidad, según en qué ámbitos, no han cambiado demasiado.
Los gitanos, como otros grupos subalternos, han entrado en la cultura de masas a través de la excepcionalidad ¿No es esto una trampa?
Si, claro, todos conocemos a los grandes cantantes, cantaores o bailarines gitanos/as pero los intereses profesionales de todos ellos se empiezan a diversificar. Hay médicos, profesoras, enfermeros etc. Se ha utilizado mucho no solo el folclore sino también el folclorismo, sin entender realmente las raíces culturales.
Aunque no me gusta establecer grados de opresión ¿En qué se diferencia la experiencia familiar o grupal, así en general, de los gays gitanos y las lesbianas gitanas?
Los gays gitanos gozan de ciertos privilegios que no tienen las lesbianas gitanas ya que tienen cierta movilidad social e incluso pueden mantener relaciones clandestinas, fuera del grupo. Hoy en día en los bares de ambiente de las grandes ciudades ser gitano no tiene por qué ser necesariamente un hándicap; al revés ellos cultivan una imagen de belleza, virilidad y fortaleza que puede resultar atractiva.
Las lesbianas gitanas están mas controladas dentro de la familia e incluso ha habido casos de intento de violación por parte de gente de su grupo o castigos de reclusión temporal. Aunque depende de cada persona hoy en día el atraso de las lesbianas gitanas es evidente con respecto a los gays gitanos, que tampoco lo tienen fácil dentro de su comunidad. El destino de las mujeres es el matrimonio y si es lesbiana y no accede a casarse el asilamiento o la vigilancia es casi continúa.
Todavía en la escuela “gitanos o gitanas” equivale, en ocasiones, a conflictos. ¿Cómo ve este tema?
La escuela, salvo recientes excepciones, no ha hecho nada por que los y las gitanas tuvieran referentes propios, nada por integrarlos realmente. También es cierto que nunca se ha favorecido la comunicación entre la familia y la escuela. Hasta hace poco el no acudir a clase podía no tener tanta importancia si su destino laboral ya estaba más o menos fijado, pero esto ha cambiado bastante y hay gitanos/as con formación media y superior y otros/as que han conseguidouna plena integración laboral. Hay ejemplos de colegios modélicos en este sentido pero siguen siendo una minoría absoluta. En la mayor parte de los casos no hay demasiado interés por los alumnos gitanos/as y sus peculiaridades.
¿Desde las grandes asociaciones por los derechos de los gitanos como “Promoción Gitana” o “Secretariado gitano” se ha trabajado el tema de las personas LGTB en sus grupos?
Casi nada. Salvo personas excepcionales es un tema que sigue sin gustar dentro de las asociaciones gitanas. No atienden a los jóvenes gitanos/as LGTB. Claro está, recientemente se han formado algunos grupos por la diversidad, incluyendo los derechos de las mujeres y la diversidad sexual. Grupos nuevos como “Verber” o “Gitanxs por la diversidad” Pero la labor desde las grandes organizaciones en este sentido ha sido muy limitada, nunca más allá de una discreta corrección política.