Por Jethro Tull
El impuesto a las bebidas azucaradas ha provocado un fuerte rechazo en la industria y entre algunos representantes sindicales del mundo agrario de Castilla y León.
Es comprensible ese rechazo por parte de la industria alimentaria. Como hemos conocido recientemente, llevan muchos años financiando campañas en las que se achacaba al colesterol y a las grasas saturadas como responsables de la obesidad y los infartos y se exoneraba al azúcar. Coca Cola ha pagado millones de dólares financiando a científicos que desacreditaban la relación entre el consumo de azúcar y la obesidad.
¿Por qué tiene importancia el cultivo de la remolacha azucarera en Castilla y León? Las dos zonas remolacheras por excelencia de nuestro país han sido Andalucía y Castilla y León. En Andalucía se sembraba en tierras de secano, aprovechando las lluvias de primavera y en nuestra región en tierras de regadío. Ha sido un cultivo que ha generado una gran actividad económica y con un componente social importante.
¿En qué situación se encuentra este sector? Como consecuencia de los acuerdos internacionales que la Unión Europea ha ido firmando: GATT, OMC… la protección arancelaria o las ayudas que algunas producciones agrícolas de la UE tenían, han ido desapareciendo. La reforma del mercado del azúcar en la UE se produce en el año 2006, con un proceso de reestructuración que rebaja la producción hasta los 17,5 millones de toneladas de azúcar aproximadamente.
La filosofía de fondo en los acuerdos comerciales a nivel internacional es que desaparezcan todas las barreras arancelarias y las subvenciones. Una de las razones que utilizan a menudo los partidarios del libre comercio es que de esta forma ayudamos a los países en vías de desarrollo a que su economía crezca en base a las exportaciones agrícolas. Intermon-Oxfam ha sido uno de los que han apoyado este tipo de políticas. Estoy seguro que con buenas intenciones pero desconociendo lo que supone el libre comercio para los pequeños agricultores de África, Latinoamérica y Asia.
El resultado de la reforma del mercado ha sido una bajada en el precio de la remolacha y, como consecuencia, una disminución en las superficies sembradas en Castilla y León. Ha pasado de ser un cultivo muy rentable a ser un cultivo cuya rentabilidad está unida a unas producciones muy elevadas, producciones que sólo se consiguen en base al empleo de costosos insumos: semillas, fertilizantes, agua… Lo que no ha cambiado ha sido el poder de las “azucareras”. Aún recuerdo que uno de los directivos de una azucarera salió el 23F, pistola en mano, a matar rojos. Años después fue condecorado por ese gran ministro de agricultura del PSOE, Carlos Romero. Qué personaje. Perdón, qué personajes.
El sacrificio para la región ha merecido la pena. Gracias a la aplicación de los llamados precios internacionales del azúcar, el cultivo ha disminuido en nuestra región, pero está contribuyendo a que los países productores puedan sanear su balanza comercial con las exportaciones de azúcar. También se ha visto beneficiado el consumidor patrio con la bajada del precio del azúcar…. ¿¡¡¡? Perdón, creo que estas última reflexiones se asemejan a los cuentos que nos contaban de niños.
La realidad es que el precio del azúcar en los mercados internacionales es superior al precio que hay en estos momentos en la UE. Y por último, ha provocado una concentración de empresas azucareras muy fuerte. El grupo cooperativo francés Tereos ha adquirido el 45,97% del capital de Guarani, empresa productora de azúcar perteneciente al grupo petrolero Petrobras. En el estado Español, Tereos está presente gracias al acuerdo de colaboración suscrito con ACOR en forma de sociedad anónima “ACOR & TEREOS IBERIA, S.A.”.
Y volviendo a la cuestión del impuesto sobre las bebidas azucaradas, en absoluto va a ser la causa que hunda al sector remolachero. El margen de beneficio de bebidas como la Coca cola – agua, azúcar y sus polvos mágicos – es tal que pueden permitirse asumirlo. Se da la circunstancia de que el azúcar en EEUU es jarabe de glucosa y fructosa procedente del maíz. Cuestión aparte es la reacción de los consumidores ante los nuevos datos científicos, esta vez no mediatizados, que previenen contra el consumo abusivo del azúcar, ese azúcar que está en múltiples alimentos, no sólo en la taza de café o en las bebidas azucaradas. Ya en 1783, el monje benedictino de Santo Domingo de Silos Isidoro Saracha criticaba el abuso del azúcar y proponía utilizar miel por sus propiedades medicinales. La biblia en el libro del Éxodo 3:8 Yhaveh dice al pueblo elegido: en la tierra prometida “hay miel con queso, que sabe a beso”
Pero ¿qué sería la vida sin azúcar? ¿en qué se quedaría nuestro Chevalier, ejemplo de creación de la repostería burgalesa sin esa buena dosis de azúcar, y nata, que lleva? Creo que los científicos no dicen que el azúcar sea malo. Advierten contra el abuso de azúcar, sobre todo en bebidas azucaradas y repostería industrial.