
Concentración en Sol contra la impunidad del franquismo Foto de archivo
Por Juan Vallejo
Acaba de morir un criminal: Francisco González Pacheco, Billy El Niño.
Un símbolo importantísimo de los crímenes y de la represión franquista. Con 74 años, este asesino se ha ido sin ser juzgado con todas sus medallas en el ataúd por las que aumentaba un 50% su pensión. Nunca se las retiraron, ni los gobiernos de Suárez, Aznar, Rajoy y franquistas de esa estirpe. Tampoco los actuales del socialismo.
Los atroces crímenes que cometió les tengo muy presentes, porque todavía viven amigos y camaradas que estuvieron en los bajos de la Puerta del Sol donde estaba la sede torturadora de la Brigada político social, como Luis Berlinches, de la Nava, Cordero, Metola, etc. Y el que fuera nuestro presidente de la Asociación de expresos republicanos Gervasio Puerta.
Prescribieron muchos de sus delitos por palizas y vejaciones. Vinculado al caso Villarejo, era propietario de una empresa de seguridad que llegó a facturar 700.000 euros, en ella recibía datos bajo cuerda de un mando policial.
Cacereño, mano derecha de otro torturador, el comisario Roberto Conesa de la Brigada político social, fue condenado por coacciones al periodista Paco Lobatón, gran investigador de desaparecidos. También fue investigado por la matanza de Atocha.
Un icono del aparato represor franquista que se ha ido de bareta. Colgaba de una barra a los detenidos y les infligía toda suerte de torturas. Por estos crímenes recibió cuatro medallas con las que ha sido enterrado.
Ha habido que esperar a la Covid-19 para que este sanguinario personaje desapareciera. Nunca podré olvidar en las ruedas que hacíamos los jueves alrededor de la estatua de Carlos III en la Puerta del Sol para pedir Justicia, Reparación y Verdad para los fusilados por la Falange y Franco, a gentes como el doctor Montes, gran amigo, criminalizado por canallas como Esperanza Aguirre y Miguel Ángel Rodríguez, actual asesor de la presidenta Ayuso ( dense cuenta de qué tipo de aduladores serviles se rodea esta imbécil), que fue condenado por gravísimas acusaciones al doctor Montes con una indemnización de 30.000 euros.

Lidia Falcon, una de las vícitmas torturadas salvajemente por Billy el Niño Foto de archivo Burgos 2011
Estos compañeros me indicaban siempre que nos juntábamos en Sol, los sótanos de la actual sede de la Comunidad de Madrid donde les torturaba este criminal fallecido. Llevábamos pancartas con todas las fotografías de las personas que este asesino y sus antecesores habían liquidado. Extendíamos una lona de 15 metros escaneada de las exhumaciones de Estépar y la Pedraja. Los turistas japoneses, chinos, ingleses, etc, no daban crédito a lo que veían. Cuando les explicábamos los 100.000 desaparecidos a los que clamábamos razón y exhumación, se quedaban atónitos.
Los 11 años en las comisarías franquistas de la dictadura, y otros decenios en la democracia urdiendo informaciones para su agencia delatora con el preso Villarejo, dan idea de este criminal fallecido, de toda la peste franquista que nutre a la oposición actual, como Vox y el PP, a los cuales, este preclaro mafioso pistolero, les servía como ídolo y bastión.
Vete entre torturas, criminal González Pacheco, que la muerte te sea, no un olvido, sino la vergüenza para los tuyos y tus descendientes que no podrán resarcir tus crímenes por mucho que vivan.