Por Asufin
Después de 10 años pagando su cuota, el afectado debe 12.000 euros más de lo que pidió
La sentencia señala que esta contratación le está afectando anímicamente, porque no duerme y está obsesionado con la fluctuación de la divisa.
El afectado, socio de ASUFIN y profesor de música en Salamanca, suscribió el préstamo el 27/12/2007 para la compra de una vivienda habitual con Bankinter por un importe de 167.300€ en yenes japoneses. El banco le ofreció este producto como muy ventajoso y conveniente debido a los bajos tipos de interés y sus grandes beneficios. Le aseguraron que con esta hipoteca amortizaría más capital y le supondría una reducción considerable de la cuota nominal. Sin embargo, tras 10 años pagando, su deuda asciende a 180.000€.
La jueza señala que el afectado no cuenta con experiencia en el mercado de divisas internacionales y que no se le explicó el riesgo que asumía. Así, no se le efectuó una simulación en euros ni se le dijo que la cuota variaría mes a mes, ya que si había variación, sería a su favor. La escritura no hace relación a los posibles riesgos del producto recogiendo una descripción del préstamo en lenguaje oscuro y farragoso, no pudiendo deducirse de dicho documento que el cambio de divisa podría afectar al propio capital solicitado. De hecho, el importe de la hipoteca multidivisa se establecía en euros, lo que pudo confundir al profesor.
Con el paso de los años y la fluctuación del yen, el afectado se ha visto envuelto en una pesadilla de subidas del capital contratado, observando que por más que pagase religiosamente su cuota, la deuda no sólo no disminuía sino que se incrementaba. Esta deuda constante le “afecta anímicamente, porque no duerme y está obsesionado con las variaciones de la divisa que contrató día a día”, señala la sentencia.
La resolución concluye que la información facilitada no fue suficiente, adecuada, precisa y comprensible para que el demandante pudiera evaluar con conocimiento pleno las consecuencias económicas derivadas de dicha contratación en moneda extranjera. Por tanto, la entidad ha incumplido las obligaciones de informar a su cliente que legalmente le son impuestas.
Consecuencia de esto, la cantidad adeudada es el saldo vivo de la hipoteca referenciado a euros, que resulta de dividir al importe prestado (167.300 euros) la cantidad amortizada en concepto de principal e intereses, también convertida a euros, La entidad debe recalcular el préstamo desde el principio y fijar el capital pendiente en euros.
Se abre así una vía de solución para este profesor socio de ASUFIN que empieza a ver el principio del fin de una situación dañina y tóxica para él y su familia.
Desde ASUFIN se viene denunciando lo que este tipo de abusos bancarios produce en la salud tanto física como mental de los afectados. El estrés al que se ven sometidos incrementa el riesgo de trastornos cardiovasculares, cáncer, hipertensión, diabetes y aumenta el riesgo de ansiedad y depresión. Por eso nos alegra que una juez tome en consideración este daño.