Por Juan Vallejo
La Mafia del agua, AcuaMed, la de la Gurtel, la de Génova con Bárcenas, Rajoy y Rato, amén de los Cañete, y demás bestias depredadoras del Gobierno (quema el teléfono del parlamentario europeo, venido de urgencia a Madrid, el ministro con más dinero y propiedades del gobierno, responsable hasta ayer de Agricultura, padrino de Isabel Tejerina, su sustituta en Agricultura para arreglar este nuevo escándalo de acuaMed ).
Las gigantescas mordidas y despilfarros de Gallardón, la Botella y toda la excrementicia pléyade de mangantes inspirada por la Barberá y los clanes criminales de Palma de Mallorca, Valencia y esos que usted mismo, en este instante, está pensando: sí, los Méndez Pozo, Fernando Gómez y concejales sátrapas del Ayuntamiento de Burgos, a los cuales, bufones como Cristino y compañía, alentaron la corrupción de uno de los concejos más vergonzosos de España. Y cientos de ayuntamientos de esta naturaleza.
El IVAM valenciano, su responsable de arte, una vividora con el marido en la cárcel por corrupción, que ha hinchado los precios de la obra de pintores afines al régimen de la Barberá y el preso Fabra. Ahora en el juzgado por malversación, prevaricación y despilfarro. Sus cenas y hoteles están entre los mejores del mundo.
No hay más que verla. Qué vergüenza! Las obras de Gerardo Rueda, pintor que según Aznar es el único que hay en España, compradas a precios impresionantes. Y otro colegas cuyos cuadros apenas si valen dos mil euros adquiridos en treinta mil.
Como los desastres de la Ciudad de las Artes y su escandalosa construcción, cuyo arquitecto está apestado en Suiza, millonario, eso sí, después de haber asolado y deconstruido puentes y palacios, e instalado el feísmo y el peligro en Bilbao y en Venecia, (el puente sobre el Gran Canal, que he cruzado centenares de veces para tomar el tren al Veneto, es una trampa saducea en la cual he tropezado en numerosas ocasiones entre el cristal, el cemento y el laberinto de sus rampas y escalones).
Ahí están las facturas. Como lo están las del concejal de Cultura de Burgos que ha obrado con prevaricación al conceder, año tras año, la sala del Arco de Santamaría al pintor del Río, año tras año para montar su tienda de cuadros. Ambas cosas prohibidas por el Reglamento de salas de exposiciones.
De este modo se despreciaba la obra de tantos jóvenes creadores burgaleses que se han marchado en busca de cielos más propicios. Sin un lugar donde colgar su obra en tanto que la de un palanganero bufón usurpaba el espacio merecido por los paisanos artistas.
Las denigrantes facturas duplicadas de sus viajes a costa de nuestros impuestos. Este es el reflejo de cómo obra esta banda fascistoide, seudocultural, la cual cuenta con los periódicos infectos del Méndez Pozo y otros de igual signo, azuzadas y aplaudidas por emisoras ultraderechistas como Intereconomía, Cope, y sus satélites involucionistas.
Sí, todos estos clanes que ahora van a dar la cabezada ante este infausto rey, son el cáncer de España. Estos y los periódicos, periodistas y plumillas al uso, como los del grupo Promecal: la Cernuda, por ejemplo; los de Intereconomía; el “siciliano” Jiménez Losantos que ayer blandía la recortada en cuanto veía u oía hablar de Podemos, rastras y melenas, mochilas y decencias de jóvenes inspiradores de la limpieza, de la libertad, de la democracia usurpada y rota de estos canallas que han dejado este país en la caverna acrisolada por un franquismo asesino.
Los que trincan de la pasta del erario público para mantener sus panfletos y emisoras falaces, vendidas. Se les acaba el momio y están que trinan. Arden las redes ante propuestas como las de Pablo Iglesias. Las alfombras de los ministerios están con el zotal a tope y los cajones de la mangancia en la incineradora.
Con qué vergüenza irá este Presidente del Gobierno a ver al Rey. Con la hipocresía de un partido infecto y maloliente, con la última pestilencia del ministerio de Agricultura y el número dos de la vicepresidenta en el laboratorio de la mafia peperiana, Federico Ramos de Armas, implicado en la urdimbre de otra banda que, desde 2012 inflaron presupuestos para constructoras como FCC de dudosa moralidad; dimitido ya.
AcuaMed, con treinta y cinco investigados huele a aguas sulfurosas. Le dirá que él es el idóneo para seguir echando a los desahuciados, precarios, rotos y arruinados seres que mendigan y se suicidan, que hunden su desazón en hogares sin calor, sin pan.
Esta canalla peperiana, no es otra cosa que la perenne peste del fascismo que nos sacude desde los Fraga, Franco, Aznar y demás ralea. Por eso les siguen votando, porque la corrupción omnímoda desde el franquismo, abarca a familias sin fin, a sinecuras sin término.
En efecto: la juez Rosa Freire, ha citado a declarar al partido de Rajoy, investigado por la destrucción de los ordenadores de Bárcenas. Tienen el honor de ser el primer partido, la primera formación política, de ser imputada tras la reforma del Código Penal.
Mientras esto acaece, el Presidente Rajoy se retira de la escena. Declina el encargo de formar Gobierno. Su actitud responde al pánico exacerbado que siente como aliento del diablo, a recibir en el Congreso la cascada de hechos, imputaciones, latrocinios y corrupción de su partido. Esta cobardía, es el reflejo de su no acción como Presidente de un Gobierno desdichado que ha abocado a la nación española al más dañino e infausto de los abismos. Sus patrañas, mentiras y complicidades en el saqueo de España, nos han llevado a ser la democracia mas miserable de Europa como tantas veces he escrito en este medio.
Repugna ver a este personaje todavía pidiendo prorroga cuando debería irse a preparar su defensa ante lo que se le avecina: una catarata de denuncias y comparecencias por el destrozo de un país al que ha abocado al sufrimiento y la miseria. Ustedes se preguntarán conmigo si esto es lo que nos merecemos. No estoy seguro. Sí lo estoy de que esto es lo que se nos asemeja.
Cientos de ministerios desde entonces han fraguado esta epidemia, este latrocinio. Ha esparcido esta dictadura disfrazada de democracia un interminable secuestro de la dignidad del obrero. Por eso es el partido más votado, porque desde el clero, hasta los nietos, hijos y familiares de los que han robado desde tiempo inmemorial, siguen haciéndolo. ¿Cómo van a dejar escapar esta bicoca? Una red interminable que maquina, prende y roba el sudor del obrero hasta despojarle de su salario.
Esto ha constituido norma, callo y razón, como una normalidad imprescindible que contamina hasta límites insospechados a las gentes sanas, haciéndoles “ver” que es bueno lo que ocurre. Por eso parece bueno a tantos esta inmundicia, porque están inmersos en ella y no vislumbran lo perdidos que se hallan. “Es nuestro deber echarlos cuanto antes, aunque haya que pactar con el diablo”.
Me duele, no saben ustedes cómo, contemplar el desprecio de la Memoria Histórica. De los centenares, miles de familiares y asociaciones que buscan, exhuman, trabajan por recobrar a los que son semilla de la democracia que estos han aniquilado. Nadie les menciona. Desahuciados de sus programas.
El otro día, en el Ateneo de Madrid, en las reuniones que mantengo semanalmente con los expresos republicanos del Penal de Burgos, me encontré con Carolina Bescansa. Ya no nos echan, le dije. No lo van a conseguir jamás, me responde. Hay que seguir en la lucha, continúa. La han perdonado la vida por llevar al bebé a un hemiciclo cuya toba hiede en los sitiales que han ocupado las señorías de refajo áureo, tipo Santamaría, Celia Villalobos o Ana Mato, pongo por caso, exquisitamente desinfectadas y con las alforjas de cuero satinado, de un Jaguar que aparca en su estrado sin verle ni tocarle, mientras las leyes se forjan jugando con el iPad, insultando al pueblo en un descaro farfullero y mendaz.
Con nóminas blindadas de eternos sueldos; eso sí, con sus piojos amaestrados en los trapecios de los confesionarios en donde vierten sus coyundas y cazcarria. Quitaron las ayudas al Ateneo, al Círculo de Bellas Artes, a todo lo que inspira cultura. A punto han estado de conseguir la desaparición de estos foros. Pero no lo han conseguido.
Es la norma del fascismo: destruir la cultura. Por eso fusilaron ayer a los maestros. Podemos, Carmena, comunistas; algún socialista que otro, estamos en ello, en la lucha, en echarlos al mar.
También los medios como este, que a pesar de trabajar en lugares hostiles a la libertad, como Burgos, permanecen en la profesionalidad de un periodismo digno y valiente. Recuerden: el Partido Popular excretará nuevas y sorprendentes podredumbres estos días, antes del nuevo Gobierno. Sus arcas están rebosantes de mierda. Apesta el ambiente. El hedor aquí en Madrid es notable. Socios del partido no perdonan y pregonarán las defecaciones de estos indeseables.
Estos días he estado con los compañeros de lucha de Gamonal, en el CSR, en la calle manifestándonos. Conmemorando dos años de lucha contra un poder miserable emanado del Ayuntamiento de los Lacalle, Aparicio, Peña y demás politicastros. Gamonal es el matraz de España en donde se nutre la rebeldía contra los ayuntamientos y caciques de un país hundido en la más grande corrupción que jamás hayamos conocido y estudiado.
He comprendido más si cabe, que la contumacia y la lucha nos harán más libres, mas dignos de pertenecer a Gamonal, a una cultura libre de peajes y sinecuras como las que suele el IMC y su indecente responsable. Todavía están encausados los héroes de aquellas luchas del 2014. La venganza del alcalde Lacalle sigue impertérrita. Compañeros de Madrid, del País Vasco, de Sevilla nos han mostrado cómo la Ley Mordaza sigue su aniquiladora singladura contra las libertades, como combatirla, como se inspiran en los luchadores de Gamonal.
Alfon en nuestro entrañable recuerdo padeciendo la injusticia de un gobierno mendaz, represor. A pesar de todo, Lacalle y su cinismo se presentan ante las calderas de titos de Gamonal, a la vera de la cofradía de san Antón, y su botafumeiro Fernando Gómez, y el exalcalde Peña: defenestrado concejal muñidor del mayor latrocinio al patrimonio burgalés de la mano del Jefe, del ex-delincuente Méndez Pozo.
Títeres impresentables que utilizan ancestrales cofradías para lavar su imagen denigrada, despreciable. A quién engañan? A muchos, sí. Así es el escenario nacional: una caterva de actores con la máscara de la decencia trasluciendo su antonomasia de soberbia y corrupción. Mas están aquí los del cambio, los de la transformación potente; limpios, sin la suciedad de estos destructores de la serenidad, de la dignidad, de la salud, del bienestar que tanto sudor costó lograr.
Se funde inexorablemente este país en la fragua de Miguel de Cervantes con la fisicidad de don Quijote, deambulando entre las estrellas que habitan nuestros héroes de la epopeya. Insinuándonos que hay caballeros aguerridos capaces de metamorfosear los elementos más rudimentarios, elevarlos a la categoría de imprescindibles aperos con los que trabajar una democracia hermosa, fresca, limpia de odres vinagrientos, empezados, cuya anatomía bien se asemejara a henchidos glotones, ahítos de codicia.
Todavía capaces de amedrentar los sueños, la realidad. Sí, la de una sociedad ahuciada, en la cual enraizar una vida libre de esta pesadilla que se ha llevado por delante generaciones de honestos seres de los que hemos aprendido a ser imprescindibles en el amor, en la libertad.
Esa generosía que nos enseñaron nuestros antepasados por la que aprendimos solidaridad y ternura. La misma del compañerismo y la cosmovisión que instalaron en nuestro magín, los inolvidables maestros, don Godofredo, don Luis y don José Bernal Sedano, en las escuelas públicas de Gamonal por los años cincuenta. Escuelas, de cuyas pizarras se liberaban del pizarrín, de las tizas de colores, las figuras de los enseres y ajuares, armas y artilugios que reproducían los quijotes escolares, en tanto que los Junkers de Villafría con las cruces gamadas en su anatomía, tronando sus hélices a diario por las cristaleras de las aulas, amenazaban desde sus plateados esqueletos de hojadelata ondulada una reverberación que ocupaba nuestros sueños infantiles, los cuales no conseguimos disfrazar hasta bien entrados los setenta.
Como un espejo que vuelve, como titulara el grandioso Alain Robbe-Grillet una de sus novelas en 1985 ( guardo con sumo cuidado su dedicatoria del año 2004 en este libro: ” Pour Juan Vallejo, mon ami “). Inolvidable la amistad del paladín de la Nouveau Roman, consagrado por Roland Barthes como el “novelista objetivo”. El gran colaborador, guionista y cineasta de Alain Resnais. De él aprendí, que, todavía, nos falta una primavera.
Este artículo está dedicado a todos los compañeros de lucha por un Gamonal libre de caciques, de corruptos.
A todos los anónimos que desde sus casas asistieron con su aliento a los que se jugaron la libertad y el físico en una lucha de calle: ejemplo de cómo las cosas se pueden cambiar a pesar de las pistolas y las leyes represoras, de los alcaldes dictadores y constructores codiciosos.
Ancianos que compartieron su calor y sus besos con muchas de las compañeras y compañeros que supieron, contumazmente, alentarnos en esto de la libertad.