Por Eduardo Nabal
Aunque el tiempo atmosférico y los atascos puenteros no acompañaban un grupo de gente nos juntamos a hablar de VIH y sus representaciones en la literatura, el cine, las artes plásticas, los carteles de prevención, la rabia de los comienzos, la censura y las mentiras… en el barrio madrileño de Lavapiés.
Algunas imágenes de ayer y hoy. Recuerdos y ausencias de políticas de prevención en la actualidad, desinformación o mala información en nuevas generaciones. Recuerdos y esperanzas, alianzas y pérdidas.
En la memoria las guerras libradas en el pasado contra la pasividad gubernamental, lo conseguido y lo mucho que queda por conseguir en un país gobernado hoy por la derecha ultra-católica que extiende sus tentáculos. Hablamos de temas de actualidad como la información sesgada en la red, la dificultad de hablar de sexualidad con la misma naturalidad en colegios e institutos, el tema de las pastillas preventivas –o pre-exposición- (nos resistimos a que nos medicalicen porque sí, nos controlen y a volver a retóricas cercanas a los ya superados “grupos de riesgo”) Hablamos de las históricas LSD, su herencia y lo que supuso visibilizar las sexualidades lésbicas para la prevención, con escándalos de los fariseos dentro y fuera de los museos.
También de las dificultades que persisten y las resistencias de muchos profesionales (independientemente de su a edad) a dejar fuera sus prejuicios, tanto en el caso de hombres gays como mujeres lesbianas. También un sector de la izquierda todavía negacionsita, que no se baja del burro.
La heteroronorma es un factor de riesgo, igual que la homofobia, el silencio o la desinformación. Hablamos del machismo latente, a veces, en el llamado “sexo no seguro” y en la censura de algunas campañas o carteles en Francia así como la ausencia de las mismas en el estado español. Algunas veteranas de la Trasma de Sol contaron su reciente experiencia de volver a los “die-ins” (eso de “hacerse el muerto” o tirarse al suelo en el momento apropiado para interpelar a los que “dejan morir….) y los muchos gestos posibles contra la pasividad institucional en la mani oficial, ante las miradas de desaprobación de los sectores más conservadores del movimiento festivo que se pretende neutral ante los retrocesos.
También la dificultad añadida de las personas migrantes y su acceso a los tratamientos denunciada desde muchos frentes , la situación de las trabajadoras/es del sexo, las enfermedades y el género como vivencia sociocultural , el oportunismo político y el sensacionalismo mediático y sus medias verdades, muchos temas y muchas migas…