“El vestido de la imbecilidad en Puerta de Sol” por Juan Vallejo

Por Juan Vallejo
La imbecilidad elevada a la indecencia más repugnante que uno pueda imaginarse, se reunieron ayer  en las campanadas de la Puerta del Sol. Una mujer que presume un vestido feminista, exhibió su estupidez y enfermizo erotismo con Eros por bandera y la nudez de su cuerpo por señuelo.
En tanto que un macho la agasaja e idiotiza con sus piropos, ambos personajes de la televisión, derramaron la más estúpida de las sonrisas. Los propósitos de medianoche simultanearon las campanadas mientras que estos dos caricatos alzarán copas y proponían al masculinismo el peor y más ruin de los feminismos, incardinado en una mujer sin más liturgia que la de ofender a los millares de mujeres que normalizan su condición sin cinismo alguno.
Esto de la Pedroche y el cocinero, es un insulto a la decencia moral, a la ética y estética, que inciden en la mujer de manera vergonzosa poniéndole a la altura del betún como si de un objeto a acicalar se tratara. Toman por imbéciles a la gente, pensando que es normal e intelectual lo que dicen, cuando lo que exponen es un ejercicio de apariencia que relega a la mujer a las páginas de los estupidiarios por los que está luchando salir.
Flaco favor hace la 3 o la Sexta, poniendo al Chicote y Cristina al socaire de la vaciedad y la incultura día si y día también.
Lo remataron con los corifeos de tertulianos y periodistas alienados cuyos méritos son los de reírles las gracias e insinuar bragas y pezones.
Asco!

2 comentarios

  1. Gracias, Rosa por tus palabras. La dosificación de la mujer por parte del hombre, es tal, que ha contaminado a la misma mujer para ejecutar esta práctica, convirtiéndose de este modo en su mismo enemigo. El asunto es muy grave: se disfraza de belleza, de estética, de cultura el cuerpo femenino. Se le eleva a la categoría de objeto a consumir; tanto el cuerpo como lo que lleva consigo. Esa es la trampa. Se destierra la belleza interna de nuestras madres, hijas, hermanas, nietas a través de una alienación perfectamente urdida por el “macho”. Del mismo modo que se han aliado las mujeres contra el peaje sexual y el abuso por partes de prebostes del cine, el arte, etc, para desvelar su vil actitud, debemos delatar la acción de estos indeseables.
    No es un ejercicio de valentía, Rosa, es simplemente un acto de civismo. Ni una consumición más de revistas , imágenes y productos donde se insinúa sexo entre objetos sobre el “objeto” portador de este comercio . Saduceas trampas y subliminales acciones para el engaño que destierran a la mujer a ser consumida y denigrada. En nuestra pequeña parcela de influencia, es necesario aplicarnos el cuento.

  2. Afortunadamente, no vi las doce campanadas en esa ,cada vez, más degradada cadena. Parece ser que lo que prima año tras año, es alcanzar la máxima audiencia. Para ello da igual si se utiliza a la mujer como adorno, en . caso , navideño.
    Gracias Vallejo, personas valientes como tú es . que necesita este descerebrado país

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