Por Acacio Puig
Por tercer año consecutivo se desarrolló en Madrid la iniciativa PRECARIFEST, un evento político-cultural organizado por Izquierda Unida que durante el 2 de junio convocó mesas de propuesta y debate con los ojos puestos en el Programa Marco Municipal-Autonómico 2019 y también conciertos de grupos musicales integrados por mujeres durante la tarde.
El lugar, el Paseo de la Chopera anexo a Matadero.
Se trata de una interesante iniciativa -tan necesaria como insuficiente- que dada la destructiva institucionalización de la precariedad, nos parece urgente generalizar al conjunto del país siempre que se corrijan sus carencias.
Nos acercamos pues a Precarifest con fraternal interés y capeamos el chaparrón que liquidó los conciertos de la tarde.
Las raíces de la nueva precariedad de democracia están en el Estatuto de los Trabajadores de fines de los setenta. Desde entonces los partidos de la alternancia han socavado, legislatura tras legislatura, el derecho al trabajo sustituyéndolo –como acertadamente calificaba el CAES en 1999- por “el permiso de trabajo concedido por los empresarios”.
La ideología de la “flexibilización del mercado laboral” fue acuñada y propagandeada ya en 1985 por el PSOE en el poder y años después, en 1994 fue la Reforma del Estatuto de los Trabajadores la que legalizó los despidos colectivos e instituyó la precariedad legalizando las Empresas de Trabajo Temporal (ETTs). Con los parabienes de asociaciones patronales (CEOE) y los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) el derecho al trabajo se laminó “por fases” y el trabajo estable pasó, poc a poc, a ser “trabajo rotatorio”.
Sentadas las bases entonces, en el depredador contexto de capitalismo neoliberal, la destrucción de derechos laborales y su sustitución por las “leyes del mercado” han generado oleadas crecientes de desempleo, precariedad y pobreza y forzado a la gente joven a optar por la emigración, o la condena perpetua a la minoría de edad, como huéspedes de la vivienda familiar. La contrarreforma laboral del PP en 2012, fue la última vuelta de tuerca en el proceso de atomización de la fuerza de trabajo y la precarización de las condiciones de existencia; contratos indefinidos que no lo son y con el señuelo de “lxs emprendedores”, se generalizó la categoría de falsos autónomos… (a 16 de junio la Comunidad de Madrid registra casi 400.000 autónomos ¿Cuántos lo son y cuantos son asalariados “externalizados”?)
Y es esa gravísima situación la que obliga a enfatizar las insuficiencias de iniciativas como Precarifest, aunque insistimos en valorar su importancia.
1.- La acción-reflexión-organización contra la precariedad no puede ser concebida como labor autorreferencial (y por tanto excluyente). Necesitamos nuevos Precarifest organizadas unitariamente. Grupos políticos, movimientos sociales y TODOS los sindicatos sin exclusión, deben ser los artífices naturales de iniciativas como esta. ¿Utopía? ¿Quimera? No, ¡una urgencia social! Impulsar la autoorganización del precariado y percutir desde la misma en las centrales sindicales, nos parece una prioridad.
2.- Las conclusiones de los grupos de trabajo que incorporaron a más de 200 activistas durante la mañana del 2 de junio, constituyen un material precioso que debe hacerse público cuanto antes. Su dilapidación (por pereza en la recogida de propuestas y su sistematización) sería tan lamentable como su “privatización” en manos de IU, la organización convocante.
Porque la lucha contra la precariedad es una urgencia social y no un asunto de mera propaganda.
Mi interés en PRECARIFEST tiene dos dimensiones. La primera es “militante” (ese palabro del pasado siglo que me resulta muy apropiado tanto cuando he formado parte de una organización-partido como de un grupo o sencillamente como activista). La segunda es más personal; afectado por la contrareforma laboral decretada por el PP, y con corta vida como asalariado, mi pensión de jubilación es no contributiva (PNC) es decir que se resume en 14 pagas anuales de 369.90 euros ¿alguien “da menos”? De modo que sí, estoy personalmente afectado por la precariedad. Al corriente de las primeras voluntades del nuevo presidente del gobierno Sanchez, no confío nada en que adopte políticas de “honradez y justicia”. Hablar de IPC o de 0.25 sigue siendo nada respecto a la única medida urgente para regenerar la andadura de los partidos de la alternancia…La equiparación inmediata de las PNC al salario mínimo interprofesional. Si añadimos a esto la mera reforma cosmética de Reforma Laboral, Ley de Seguridad-Mordaza y Memoria sin justica…tenemos a la vista el encefalograma de una nuev fase de “reforma-cloroformo”. Escribiremos sobre ello y seguiremos manifestándonos siempre que sea posible.
Agradezco la publicación de mi artículo sobre PRECARIFEST no solo en calidad de “militante” (palabro del siglo XX que es el que me cuadra) sino como afectado.
¿Por qué afectdo?
Porque siendo víctima de la contrarreforma laboral decretada por el PP -al servicio de “los mercados”- percibo una pensión no contributiva PNC de 369. 90 euros al mes. Una vergüenza ya que ni siquiera está equiparada a la renta mínima de inserción.
No confío en el nuevo gobierno de Sánchez -a la vista de sus primeras declaraciones públicas- pero sería deseable que alzase el listón y con “mínima honradez” equiparase las PNC al salario mínimo interprofesional. Por sus hechos los conoceréis.
Abrazos. Acacio Puig