“Paris-Austerlitz” de Rafael Chirbes

loffit-dos-postumas-02-1Por Eduardo Nabal

La novela póstuma de Chirbes,  uno de los mejores narradores de que han conocido los siglos XX y XXI en nuestro país, es una memoria digna y valiente de algunos  los vencidos en el panorama social de las últimas décadas. En este caso de los vencidos o no tan vencidos por el comienzo de la llegada del VIH al territorio europeo, en una primera época inicial de temor y desconfianza.

“Paris-Austerlitz” está contada desde el punto de vista de un joven pintor madrileño. Un profesional de clase media que vive su último trayecto vital y amoroso junto a su pareja enferma, Michael, un maduro obrero de la construcción perteneciente a otro mundo simbólico y otra esfera social que no obstante se juntan en sus pieles desnudas y sus cuerpos esculpidos de distintos materiales de partida.

Y, por momentos, entre el dolor, la ternura, la nostalgia y la rabia parece que de esa polaridad, de esa permanente incompatibilidad surge la permanencia, la solidez frágil y duradera de esta historia de amor y desamor. Una novela breve, contundente, hipnótica, sensible y descarnada pero llena de desbordada humanidad y con ese trasfondo social realista que caracteriza a la prosa tierna y afilada del autor de “Los viejos amigos”, “Crematorio” y  “En la orilla”, considerada esta última como uno de los mejores retratos corales de la España de nuestros días, sumida en el oportunismo, el desamparo, la tristeza, la miseria, el miedo y la corrupción sociopolítica.

“París-Austerlitz” es, pues, una hermosa historia de amor entre dos hombres contada con pasión, serenidad, delicadeza pero  sin tapujos y con una sencillez, cercana a la prosa poética, realmente admirable que la convierten en un libro único en el actual panorama de las letras españolas, entre la mediocridad y los destellos de genio, ensombrecidos por un panorama cultural, de momento, poco esperanzador.

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