Por Burgos Dijital
2016, 23 de abril. Otro año de conmemoración del levantamiento comunero. Dicen que cómo somos los castellanos, que celebramos una derrota. Será ese carácter sufrido (que nos quieren asignar), que a veces nos hace tragar mucha mierda de forma bastante estoica (o en realidad no, porque no tendríamos por qué tragarla, pero bueno; tenemos que trabajar más lo de aprender de nuestros antepasados, y recordar Gamonal más a menudo). Otro año más, jornada reivindicativa precisamente para romper con esa imagen sufrida. Lo laboral ha marcado la mañana.
Y amplia representación política, muy atentos todos a aparecer en las fotos escuchando las demandas de las y los trabajadores congregados para hacerse escuchar. Este año tocaba recordar que hay muchos puestos en un hilo (Dulciora, Lauki…); otros, los de RTvCyL reclaman un sueldo digno. Esto ocurría en el Monolito, durante los discursos , delante de las cámaras y los periodistas. Amplia la representación de todos los partidos, vieja y “nueva” política, con representantes nacionales incluidos.
En la campa, más alejados de los focos de la prensa y de “la foto”, los sindicatos realmente combativos (a pesar de las dificultades y la represión) y otras organizaciones recordaban otros aspectos también, como la importancia de la solidaridad, el apoyo mutuo o la Autogestión como formas de luchar contra los males que aquejan a Castilla y León, y que las administraciones no consiguen solucionar: despoblación atroz en nuestros pueblos, envejecimiento de la población, pérdida de servicios públicos, etc.
Este año, la Fundación Villalar -ese ente creado para ¿gestionar? este evento, y suponemos que alguna otra cuestión, aunque no esté muy claro- ha querido “modernizar” (según sus propias palabras) los actos de la jornada. Así, ha habido algunos cambios que a la mayoría de las y los incondicionales de la fiesta no han convencido, como los hinchables en la propia campa, o el concierto de Querido Watson después de comer, cuyo estilo pop los allí presentes no terminaron de pensar que encajara mucho en ese espacio.
A pesar de las malas previsiones meteorológicas, la lluvia hizo una tímida aparición pero permitió disfrutar de la jornada a las cerca de 10000 personas asistentes, según datos oficiales.