La comunidad autónoma de Castilla y León, con más de 260 parques, más de 4.500 aerogeneradores y una producción de 6.300 MW (según la Asociación Empresarial Eólica), es la mayor productora de energía eólica del Estado español. Estos números podrían multiplicarse rápidamente en los próximos años si se aprueban los proyectos que están en trámite actualmente.
También proliferan las plataformas que se están organizando para frenar esta invasión de gigantes molinos y que se suman a asociaciones más veteranas que se pusieron en marcha hace más de dos décadas.
Estas organizaciones sociales se acogen a los diversos estudios que certifican que la instalación de estos parques eólicos, no frenan la despoblación de las zonas donde se implantan, ni crean empresas ni empleo, solamente atienden a cubrir el exceso de consumo de energía de los grandes núcleos de población, donde es transportada, además de atentar contra la diversidad biológica y el patrimonio natural.
Reunión informativa en Ibeas de Juarros
Habitantes de la comarca de Juarros han convocado una reunión informativa este domingo 27 de junio, a las 17.30 horas en el Polideportivo de Ibeas, con el objetivo de informar sobre los parques eólicos que se quieren instalar en las cercanías del pueblo.
También la semana pasada el alcalde de esa población, José Ignacio Colina, hacía circular por redes sociales un mensaje en el que reclamaba la paralización inmediata del proyecto denominado ‘Marmica’, pues entiende que «el impacto paisajístico y medioambiental, no justifica la instalación del elevado número de aerogeneradores, 22 en este caso».
Según Colina, la ubicación compromete enormemente las actividades económicas que se desarrollan en la comarca y que generan ingresos en la zona, agricultura, ganadería, caza, apicultura y turismo, por no citar la influencia e inmersión en el propio territorio del Camino de Santiago y los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca, ambos catalogados como Patrimonios de la Humanidad.
Señalaba el alcalde que, también había que tener en cuenta, el monstruoso tamaño de estos nuevos molinos, ya que se prevé que tengan unos 220 metros de altura, con un impacto acústico y visual que destruiría irremediablemente el valioso paisaje de la comarca.
Entre otras consideraciones, José Ignacio Colina explicaba el modo de operar y de avasallar al territorio en el cual se pretende ubicar.
Bastantes días después de la publicación en el BOP de la información del proyecto, ningún representante de la empresa solicitante ha aparecido por el territorio, simplemente se han dignado a concertar una entrevista, por vía telefónica. Se lamenta, por ello de que ni tan siquiera tienen ni una pequeña idea del precio por el que «pretenden comprar el alma de nuestra comarca».
Por A.R.A
Estos proyectos dejan mucho dinero, tanto a los propietarios de terrenos por el alquiler como a muchos ayuntamientos que cobran impuestos extra que invertir en el municipio