Por Burgos Dijital
¿Centro Social Recuperado? ¿En Gamonal? ¿En serio, es un centro auto…qué? ¿Y dices que está en Pablo Casals? ¡¡Ahh!! ¿Pero ese local no era de la Caja? Estas y otras preguntas hacían muchas personas cuando les hablabas hace 3 años de lo que allí estaba ocurriendo. Tantos interrogantes como se harían sobre “Diario de Vurgos”, además de la confusión lógica y pretendida, en lo que hoy por hoy es un consolidado medio local de referencia libertario.
Diez años se celebraron ayer en el Centro Social Recuperado, diez años de inestimable generosidad, constancia, resiliencia y un profundo sentido de compromiso hacia La Idea, con mucho sentido del humor, necesario siempre para mitigar el dolor y seguir luchando pero también para que “no sólo se rían ellos – los que mandan – de nosotros. Tenemos que reirnos nosotros también de ellos: no se vayan a pensar que les tenemos miedo.”
Con esa sana y maravillosa intención las personas de Diario de Vurgos lo anunciaban días antes con una hilarante escena de la película “El hundimiento”, cuyos subtítulos se mofaban de la ineficacia de los poderes fácticos locales liderada por Mitxel, tras el “disfraz” de Hitler, ante la oposición numerosa y permanente de “perroflautas” y “aberchándals”.
Así compenzó el espectáculo, con un Mitxel guiándolo junto a dos compañeras de imagen cabaretera, Amparo y Remedios, que supieron en todo momento conducir con fluidez y muchas pizcas de ironía la gran cantidad de números que se pusieron sobre el escenario.
Ayer todo salió perfecto, había muchas ganas de pasarlo bien, de sentir el orgullo colectivo de pertenecer a una comunidad de mujeres y hombres libres que, cansados de que la cultura y el pensamiento se impongan desde arriba, han dado el paso que tanto cuesta: transformar la realidad. Por eso y por muchas más razones el CSR presentaba ayer un lleno como nunca se había visto.
L@s protagonistas, tod@s l@s allí presentes: el público, l@s técnicos – haciendo verdaderas virguerías con lo poquito que hay – y l@s participantes en la “Gala Promekal”, que también eran público improvisado disfrutando de lo allí expuesto por l@s compañer@s.
La juerga comenzó con unas simpáticas letras “D” y “V” bailando y brincando por el escenario, metiéndonos en faena y recordando lo que allí se celebraba. Con ello dieron paso a una satírica presentación de los “periodistas de Promekal” y a la actuación circense de la noche: divertidos juegos de equilibrios propuestos por Kicirque, antes componente de Los Kikolas, con un divertido payaso que curioseaba e interactuaba con los objetos que tenía a mano y que hizo sonreir a niñ@s, que también había, y a mayores.
Tras el payaso equilibrista, la entrañable y la mujer más apasionada del teatro que conocemos, Pili Martínez, puso en escena su ingenioso y surrealista monólogo “Las tres tetas”, desplegando todo su talento y un montón de picardía.
Como de todo había, allí apareció “El Ferro”, un atrevido cantautor, que sin encomendarse ni a dios ni al diablo, se dispuso a cantarnos dos sugerentes y revulsivas canciones con el único instrumento de su voz y que fueron acompañadas y jaleadas por el público.
Posteriormente, el poeta combatiente Conrado Santamaría, con una poesía de Linazote de la Acracia, y por otro lado Silvia Ibeas y Amalia García, con un texto inédito de ésta, nos estremecieron con la lectura de unos textos potentes y plenos de emoción.
Después, junto a unas cuantas performances, le llegó el turno al teatro. Teatrería Denuncia puso sobre la escena un entremés contemporáneo titulado “Banco Cínico”, una pieza coral, bien dirigida e interpretada, en la que se escenificaba de manera cómica todos los males provocados por la banca española en las clases trabajadoras. A continuación “Teatro bajo la arena” realizaba una lectura dramatizada, con unas cuantas sorpresas más, de un texto de Valle-Inclán actualizado y enfocado en la manipulación de los medios de comunicación, titulado “¿Para cuándo son las reclamaciones diplomáticas?”
Tampoco podía faltar un mago en esta inolvidable “velada”. Por eso el mago Josué nos deleitó con su sentido del humor, el cual no puede faltar en todo buen mago, y con unos cuantos números que dejaron con la boca abierta a lo que, por aquel entonces, era una cantidad ingente de personas que disfrutaban como niñ@s del ilusionismo.
La magia la acabaron de poner las coplas de los ciegos más queridos de Gamonal, Marcos Erro y Rubén de la Peña, un par de maravillosos e imprevisibles golfos que improvisan y hacen disfrutar con su incorrección política de tal modo que deberían de formar parte de toda celebración de la ciudad… si nuestra ciudad fuera otra.
Para terminar, nada mejor que una buena tarta y una buena ración de calvos sinvergüenzas…
Enhorabuena desde Burgos Dijital por vuestros 10 años y ojalá estéis otros diez. Y que los podamos ver, como dicen las abuelas.