Antes de leer este artículo, aclaramos que fue publicado el 17 de junio de 2013, con la información y planteamientos de ese momento, es fiel reflejo del momento histórico que se vivía, con cientos de desahucios de viviendas, pérdidas de empleo, y quiebra y desaparición de la red de entidades financieras locales. Está relatando los vicios y las relaciones de intereses que se cuecen en una ciudad como Burgos. Asimismo, entendíamos que no se estaba reclamando la suficiente responsabilidad a las personas que habían tomado las decisiones que habían provocado esos hechos, incluso desde algunos medios se criminalizaba a sus víctimas. Uno de los principales protagonistas José María Arribas Moral, a la sazón, Presidente del Consejo de Administración de la desaparecida Caja de Burgos, era cuestionado, no solo por errores de dirección, si no por supuesta administración desleal.
A petición de los representantes legales de José María Arribas, informamos que hemos hecho los siguientes cambios:
- Hemos transformado algunas afirmaciones e preguntas, porque en aquellas fechas era razonable dudar, de hecho, estas fueron indicios de delito, amparadas por la Fiscalía.
- Añadiremos el resultado de la Sentencia para esclarecer el final de la parte judicial sobre las acusaciones vertidas:
“Se ha decretado la libre absolución de Don José María Arribas Moral, mediante la Sentencia nº 40/22 del Juzgado de lo Penal nº 1 de Burgos, ratificada por la Sección 1ª de la Audiencia Provincial de Burgos en su Sentencia nº 347/2022”
Sin embargo, más allá de las responsabilidades penales, de las que ha sido claramente eximido, queda pendiente la responsabilidad histórica del Sr. Arribas y de todo su Consejo de Administración, sobre las decisiones que se tomaron y que condujeron a la desaparición de Caja Burgos, y a la destrucción del tejido financiero local, sobre esto aún no se han ofrecido explicaciones, y esto es un hecho, es historia.
Texto añadido el 26 de mayo de 2023
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Sabemos que hay luces que destacan las sombras. Esto mismo ocurre con los medios de comunicación. Los medios locales, muchas veces, son como las farolas del Polígono de Villalonquéjar IV, iluminan aceras desnudas, carentes de interés. Nosotros conscientes de portar limitadas linternas de campaña, nos vemos en la obligación de echarnos al monte, sorprender a los malandrines entre la maleza de informaciones inútiles que ocultan más de lo que muestran y si tenemos suerte… mostrar lo que intuimos, lo que enmascaran, lo que no se dice, porque en lugares como Burgos, lo que no se cuenta, lo que no aparece escrito en los medios oficiales es lo realmente interesante, es lo importante, la madre del cordero, veamos…
Nos levantamos una mañana y nos sorprenden con la noticia de que han acusado a Santos Llamas, de malversación y otros desfalcos financieros, este buen hombre, no es nada menos, que la cabeza visible de Caja España, ubicada en la vecina León. Con Miguel Blesa tratan de hacer lo mismo, a pesar de las presiones que sufre el juez. Y en Pamplona (Caja Navarra, ergo Banca Cívica) se han dedicado, quizá por desavenencias internas, a denunciarse unos a otros…
Pero…en Burgos, ¿nadie va a osar levantar la alfombra y barrer la mierda que oculta? ¿Acaso aquí todo el mundo tiene cosas que esconder, o se guarda así favores en el futuro? Si algo tiene de honorable la clase dominante de la ciudad, es que es capaz de cerrar filas, apretar los dientes, sonreír y pasearse con esa altivez tan rayana en el ridículo, porque cada vez tienen menos de lo que presumir.
Iré al grano. Hubo una vez en nuestra tierra -o será mejor decir suya, de ellos- dos Cajas de Ahorros locales, una de ellas centenaria y sotanera, la otra municipal. Hace como poco más de cuatro años. No queda más que el recuerdo y alguna imagen corporativa en papeleras, bancos para sentarse y algunos edificios, a pesar de que muchos sigamos denominándolas como antaño, a fuerza de la costumbre.
Esas entidades financieras, cuasi-públicas, en cuyos consejos de Administración se sentaba lo más granado de la Burgatti contaban con espléndidos balances y cuantiosos recursos propios. Eso se evaporó, ahora su valor es más bien escaso, tanto así que en las entidades en las que finalmente han recalado o terminarán, cuentan con unos magros porcentajes.
Nadie ha explicado concienzudamente qué es lo que ha pasado, y mucho menos se han asumido responsabilidades. Lo apunta con dolor y clarividencia en su blog el profesor
universitario Carlos Larrinaga1. Y en esto tiene una buena responsabilidad la élite de la ciudad, y apunto a su clase empresarial, que ha manejado a gusto a politiquillos de cierto renombre, pero de escaso empaque y menos responsabilidad por la “cosa pública”.
En otros lugares está siendo un partido político nuevo, con escasas vinculaciones con las clases dominantes quien ha levantado la liebre, me refiero a UPyD, quien en otras ciudades ha denunciado situaciones irregulares2. ¿Por qué no en Burgos? ¿Acaso porque Roberto Alonso era el jefe de la patronal local -presidente de FAE- después de haberlo sido José María Arribas, curiosamente uno de los presidentes de Caja Burgos en su momento de mayor descalabro? Es una hipótesis bastante plausible, y que nos deja a los burgaleses lejos de comprender con nombres y apellidos, quién, cómo, cuánto, con conocimiento de quién y cuánto se han llevado de las entidades financieras. Y sobre todo nos gustaría saber a dónde, por aquello de recuperarlo.
De cualquier modo, es conocida -aunque en los medios de comunicación local se haya pasado de puntillas- la discutible actuación de José María Arribas solicitando, de forma poco ética, un crédito de Banca Cívica para su propia empresa, Industrias del Arlanzón, enfrascada en la actividad de las curtidurías. ¿Acaso se alarmaron en las alturas? ¿Sería Tomás Villanueva? Y así, definitivamente en Castilla y León se modifica la Ley de Cajas regional, prohibiendo taxativamente a los directivos de las mismas autoconcederse créditos para sus propios intereses, claro, en estas transacciones ¿quién era el juez y quién la parte? ¿en qué condiciones se daba el préstamo? ¿serían iguales que los préstamos hipotecarios, tendrían cláusula suelo?
Por tanto nuestro protagonista, hombre de pro, viejo procurador en Cortes en tiempos de Aznar en el Palacio de la Asunción de Valladolid, mucha sería la urgencia, se decidió a saltar sin red más allá de los principios gerenciales y de dirección financiera, y pedir un crédito a Caja Navarra, directamente al señor Enrique Goñi3 -otro directivo cuestionado, que ahora sí está con problemas-, cuando ya formaba parte de Banca Cívica. Por las informaciones filtradas parece que el “auto préstamo” superó los dos millones de euros. En la crisis financiera de las cajas locales entre otras reiteradas decisiones erróneas que afectan a todo el tejido empresarial y social de una ciudad, llama la atención esta gestión de su principal directivo. ¿Podría suponer indicios de un delito? ¿Tuvo esto que ver en las penosas y apresuradas condiciones en las que se negoció la inserción de Caja Burgos en el fallido proyecto de Banca Cívica? ¿Ésas eran las costumbres de los gestores de la nueva entidad? ¿Formó parte de la negociación el puesto de responsable de la sucursal de Washington que le fue concedido a una hijastra de José María Arribas, que no tenía ninguna experiencia en la gestión financiera y que había fracasado en su propio negocio por el Levante? Pero, ¿por qué callaron los demás responsables cuando veían tomar este tipo de decisiones, esto era lo normal?
Sin embargo, cuando se pregunta a cualquier prohombre de la clase dominante burgalesa, solo tienen palabras laudatorias para el emprendedor que fue el señor Arribas…y es que tras cerrar su empresa, a pesar de los préstamos, y por supuesto contribuir a la destrucción de empleo… José María Arribas, figura encabezando una empresa tan principal para la ciudad como Eficanza, el nombre tras el que se desdibuja su real objetivo: Nuevo Hospital de Burgos S.A.
Y es que, en Burgos, siempre están las mismas cabezas al mando, aunque comentan errores capitales o hagan trampas, siguen estando ahí, lo que no termino de entender es por qué… y nuevamente quien puede aportar luz no lo explica. Empezamos a estar hartos de los silencios cómplices. En esta ciudad callar es participar en posibles prebendas… o al menos evitar desagradables consecuencias.
¿Quién va a poner el cascabel al gato? ¿Quién va a pedir responsabilidades, o al menos explicaciones al señor José María Arribas Moral? ¿Lo archivaría la Fiscalía de Burgos, muy poco osada en cuanto se trata de cuestiones que se impregnan de política?
Muchas preguntas, algunas intuiciones y pocas, pocas respuestas. Las tinieblas oscurecen, con ayuda de fuegos fatuos: los resplandores de El Correo o de Promecal sirven para el propósito por el que fueron creados o comprados, según su caso, deslumbrar la verdad para cegarla, neutralizarla, diluirla…
1Profesor de Economía de la UBU y vocal en la asamblea de Caja Burgos, durante su última etapa hasta su desaparición. Buen conocedor de la historia. Realiza comentarios muy jugosos en su blog. Muy recomendable. carloslarrinaga.wordpress.com
2Es cierto que también han llevado la iniciativa otras formaciones políticas como I.U. o incluso movimientos ciudadanos como Kontuz!, en Navarra.
3Presidente de Caja Navarra, coetáneo de J.Mª Arribas, y principal muñidor de Banca Cívica