Por Rufino Hernández
La mañana era placentera. Habían desaparecido los nubarrones y el Arlanzón seguía con su cauce alto, con sus aguas marrones, fruto de las intensas lluvias y el consiguiente arrastre de lodos. Los chopos nacidos en el cauce del río, tímidamente exhibían sus primeras hojas, mientras los plataneros del paseo seguían estoicamente mostrando sus enormes puños. Todos estos elementos, que expendía esta mañana primaveral, invitaban al paseante a perderse en sueños y reflexiones.
Había quedado con Víctor para dar, en esta mañana soleada, un paseo por la Isla y el Espolón, para luego tomar el aperitivo en alguna terraza.
Le vi cruzar el puente, traía en la mano algún periódico, un libro y un semblante un tanto serio; últimamente observo en él, un estado de excesiva preocupación, un talante que me inquieta.
Nos miramos a lo lejos, le puse mi mejor sonrisa; Víctor me contestó con el mismo gesto, nos miramos, el saludo fue como siempre, afectivo: un tremendo, abrazo lejos de toda clase de formulismos.
-¡Ya tenía ganas de verte! ¿Cómo estás?
Le sometí a una retahíla de preguntas, de esta manera intentaba estimularle y avivar su ánimo.
-¡Cómo quieres que esté! ¡Con lo que está cayendo! Está bien que me hayas llamado, necesitaba pasear, tomar el sol y desahogarme un poco, perdóname, hoy serás el muro de mis lamentaciones.
-Bueno, tomaremos algo más que el sol. ¿Qué te parece unas cañas fresquitas y unas bravas picantes?
-Bueno, la cosa no va de lamentos, sino de impotencia, sí, de impotencia, por que ves que te están tomando el pelo, se están riendo de ti, en tu cara, y no puedes hacer nada para solucionarlo, ni siquiera contestar. En estos últimos cuatro meses los dos grandes se han retratado bien. Ya sabíamos que estos dos partidos se habían convertido en empresas de colocación, de ellos y de sus amiguetes, y que eran correveidiles al servicio del gran capital; el asunto es que ahora lo han dejado tan claro, tan claro, que uno se llena de rabia.
– O sea, que ya no solamente estás indignado, si no que has dado un paso más, ahora también tienes rabia.
– Rabia y otras muchas cosas más que se definen con palabras mucho más gruesas. Han dejado claro que ambos son empresas multinacionales, sucursales del Banco Europeo, del Mundial, de la Mérkel, del Obama, de su puta madre. Lo que más me jode, es que intenten disimularlo con posturas de angélicos monaguillos que están jugando a tula.
-Pues sí que estás cabreado.
– No lo sabes tú bien. Comprendo que el PP sea la expresión política del gran capital, de esa Mérkel, de ese Obama, de la gran banca, o sea, del liberalismo nacional e internacional. Lo que me revienta, es que se cubran de piel de cordero, extiendan sus redes por el campo electoral, y caigan infinidad de incautos en sus caladeros, otorgándoles el voto.
– Lo del PSOE, me… da… asco. A nivel internacional, coinciden, van de la mano y apoyan las mismas políticas que el PP (TTIP, OTAN, nucleares, paraísos fiscales, política monetaria, etc) y aquí, dentro de nuestras fronteras, también coinciden en las más importantes políticas: escuela concertada, con la Iglesia, con la privatización de la sanidad pública (ley 15/97), de vergüenza.
La moraleja de estos sainetes que han representado durante estos últimos cuatro meses, es evidente: No han pactado estas dos empresas por que compiten por adueñarse de los mimos clientes.
La PSOE, como dice Cañamero, tampoco ha podido pactar con los emergentes de PODEMOS, y es que la actual situación en que se ha colocado el tablero político, ha dejado a estos pesoístas con las entrañas, con su doble moral, con el culo al aire: Los actuales dirigentes, controlados por la caterva de los antiguos dirigentes, y estos últimos, apoyados por otros aspirantes dispuestos a realizar las mismas políticas y, todos ellos, enfrentados a la mayoría de sus votantes, que pensando en izquierda, se sienten atrapados por el icono de unas siglas.
– Y de PODEMOS, ¿qué me cuentas?
-Si son lo suficiente hábiles para abrir sus puertas a las confluencias, a IU-UP, y son capaces de crear un coro polifónico, donde las distintas voces tengan su sitio, su forma y su lugar de expresión, conseguirán dar un paso importante como partido, como izquierda y como país, claro está, si todo esto va acompañado de un fortalecimiento de las bases populares y mundo del trabajo.
– Parece ser que, a pesar de tu cabreo, lo tienes bastante claro, pero ¿qué piensas de lo que está ocurriendo en el Ayuntamiento de Burgos?
– El alcalde está amortizado, sigue siendo aquel bisoño de Nuevas Generaciones que, con mayoría absoluta, fue aupado a la Concejalía de Fomento, donde quiso ser el Rey de la Baldosa. En la legislatura siguiente, también subido a la mayoría absoluta, pretendió pasar a la Historia a través de sus megalomanías, sentado con el cetro de Faraón Lacayo. Hoy, en minoría, y después de lo de Gamonal, se ha caído de su alado burro, volviendo a ser aquel barbilampiño y advenedizo de Nuevas Generaciones.
Tiene a su grupo dividido y enfrentado entre sí, fíjate, que estoy convencido, que si fuera capaz de reintroducirse a través de sus amiguetes en alguna candidatura en las próximas elecciones, estaría dispuesto a dimitir y ahuyentarse de la alcaldía.
– Y a los de la oposición, ¿cómo les ves?
– No hay un liderazgo en la oposición. A Dani, el de la rosa marchita, le viene grande el puesto, lo tiene que compartir con Fernández Santos, que, con sus voces, sus salidas de tono, tanto en el pleno como en las tertulias, ensucia las ya turbias aguas del PSOE.
Con estas mediocridades, junto a la señora Bañares, siempre sin espacio y pidiendo comprensión, en Burgos ya se ha conformado, ya funciona la gran coalición. La PP, la PESOE, junto a los confusos de CIUDADANOS, hacen coincidir sus votos en los asuntos más importantes del Ayuntamiento de Burgos, (presupuestos, distritos, caso Gómez), eso sí, cuando los pesoístas salen a la calle, se enmascaran, se introducen en su disfraz izquierdista, diciendo que ellos son la izquierda responsable, yo pondría otros adjetivos.
-¿Y los de IMAGINA?
-Han aprendido mucho. Han conseguido hacer equipo, son trabajadores, encuentro a los seis concejales excesivamente saturados. Están saliendo a los barrios, a los pueblos, han hecho jornadas unitarias a nivel provincial, la verdad, es que no paran, pero tienen un problema que no han sabido atajar: Su política de comunicación.
Son enormes las energías que gastan para preparar los plenos, y los resultados no salen a la calle, no son conocidos por los vecinos burgaleses, quedan perdidos entre las cuatro paredes del salón de plenos; lo mismo ocurre con el resto de actividades que están llevando a cabo.
-Parece que esta última pregunta te ha relajado un poco. ¿A ver si has perdido la independencia de la que tanto presumes?
Nos echamos unas risas, acompañé a Víctor hasta la parada de autobús, y allí nos despedimos, dándonos unas palmaditas en la espalda.