Por Basilio el Bagauda
Los medios de comunicación sirven para muchas cosas, entre otras informar. Son libres para decidir qué publican y que no y para callar los motivos de sus decisiones. Además aquellos que son sociedades anónimas, es decir la mayoría, no están obligados a tomar decisiones necesariamente profesionales ni mucho menos consultar a sus contratados por los criterios de publicación de una noticia.
Si además el medio es comprado por personas con intereses empresariales alejados completamente de este sector, los criterios se alejan de ese mantra profesional tan repetido en las universidades: eso de que un periodista debe de hacer público aquello que el poder quiere ocultar. Es evidente que a estas alturas la mayoría pensaremos que por Burgos la deontología fue derruida hace mucho tiempo, ya que el poder tomó la prensa al asalto.
Pero lo que yo no me imaginaba es que, en una conversación de esas de taberna, alguien me dejara aún más pasmado. Yo, soberbio de mí, que creía haberlo visto y oído todo.
Pues bien, iré al grano: parece ser que, en algunos casos, los medios son más valiosos por lo que callan que por lo que dicen. Y que aquí, en nuestra ciudad, hay brigadas de “juntaletras” que atesoran información sobre determinadas personas y organizaciones para presionarlas con su publicación si no ceden a los intereses del empresario del medio. Es obvio hablar de la perversión de la herramienta.
Pero también ocurre que cuando alguna persona con cierto poder, en determinado ámbito y momento, no se ha plegado a los intereses del empresario de turno, éste utiliza su juguete para ponerle en la picota hasta derribarlo o hacerle entrar en vereda para que se sepa quién manda.
Quizás es lo que le pueda estar ocurriendo al pobre y desolado Javier María García, a la sazón Jefe del Servicio de Medio Ambiente de Burgos. Don Javier, que así le llaman los que le defienden, se ha convertido en el hombre de la semana tras aparecer el 18 de abril en un diario de la ciudad en la portada, en una sección dónde nos dicen a quién hay que premiar y castigar y en un lugar bien destacado de las páginas interiores.
La Junta es condenada a pagar a un empleado público 21.500 € por haber hecho caso omiso de las reiteradas denuncias que éste había realizado por el acoso laboral que sufría por parte de su jefe. Como parece obvio, la verdadera culpable es la Junta y no el Jefe nombrado políticamente, ya que pretendió que el funcionario acosado se “cociera en su salsa” y pecó de inacción ante este hecho: me consta que por mucho menos a otras personas se les abre expediente disciplinario pero al parecer los “designados” por el Partido Popular, que cada vez son más, son intocables.
Sin embargo, el medio en cuestión no sólo le hace pasar por culpable sino que de paso nos recuerda su accidentado nombramiento: el Tribunal Superior de Justicia lo anuló al comprobarse que su mujer se convertiría en su subordinada en un puesto de responsabilidad, con lo que se podrían generar constantes conflictos de intereses. La Junta, empeñada en burlar y retorcer siempre la legalidad, “colocó” a la mujer en otro puesto y en otro servicio y volvió a nombrarlo Jefe de Servicio. Llegados a este punto, al pobre Don Javier se le mandó una señal tan evidente que entendió que el servicio era su cortijo. Y tampoco es de extrañar a la luz de los hechos…
Si a eso le añadimos las veces que últimamente ha salido señalado este servicio administrativo por su dejadez en las sanciones medioambientales y el nombramiento por parte del ínclito Don Javier de la dirección de dos parques naturales de la provincia de su mujer Carmen Allue Camacho, pues “blanco y en botella”.
Evidentemente no parece la persona más adecuada para ejercer una jefatura pero dado que el Delegado Territorial de Burgos fue condenado por presionar a un funcionario tras organizar una trama, buscando la complicidad del subdelegado de gobierno y la guardia civil, para acabar con la vida civil y laboral de dos honrados funcionarios, lo normal es que éste sea el tipo de rana que dirija nuestros designios. Pero, una vez más, recordemos que nuestro querido diario no suele ejercer nunca la labor de contrapoder: muy al contrario, suele ser una colección de notas de prensa enviadas por los gabinetes de comunicación de las administraciones.
Más allá del otro conflicto de intereses que a buen seguro tiene el dueño del diario con el bueno de Javier, el mayor esperpento se produce cuando una pequeña parte de la plantilla del servicio territorial se lanza a la piscina del medio en cuestión para denigrar al acosado. Incluso un malhumorado amigo llamado Alfredo Rodríguez Garragorri se atreve a decir públicamente que el destrozado trabajador, como dice la sentencia, miente.
Resulta que tras la enésima coz a nuestro entrañable Javier, unos cuantos funcionarios de su “núcleo duro” decidieron responder con una recogida de firmas entre los trabajadores y una carta abierta al periódico para limpiar el buen nombre del honorable. Con ello no dejo de pensar que están defendiendo el acoso a un compañero, los nombramientos políticos e ilegales y el nepotismo más abyecto al nombrar a su mujer en puestos de responsabilidad y mejor salario. Por no hablar de la investigación que trató de realizar IU en las Cortes tras demostrar evidencias físicas que relacionaban al bueno de Don Javier y su mujer con un viaje pagado a París en 2008 por la principal empresa adjudicataria del fondo de mejoras de los montes de utilidad pública.
Pero quién no quiere tener un jefe así de sandunguero, maravilloso conversador, con don de gentes, gran profesional y mejor persona. Y lo español que es eso de que las leyes son para los parias, para los que no les queda más remedio que cumplirlas.
¡¡Qué cruz de medios!! ¡¡Qué cruz de políticos!! ¡¡Cuántos sapos hay alrededor de la rana!!
Parafraseando al maestro Francisco de Goya: el sueño de la ética produce monstruos en la administración pública… y en la prensa.
Soy Alfredo, al que el autor llama malhumorado. Sin seudónimo.
Yo no he dicho que el presunto acosado mienta, yo digo que no he visto acoso, ni a ese ni a otro trabajador. Y lo mantengo. Es más, en todo este lío sigo sin saber en qué consistió el acoso, y nadie lo ha publicado aún (denegación de vacaciones? Discriminación al asignar personal? Zascas en reuniones?) Según el diario no había denuncia previa por mobbing. Igual en la charla de taberna se lo contaron al autor, pero le pareció poco significativo y por eso no nos lo cuenta.
Sí afirmo que Basilio el Bagauda dice varias falsedades, probablemente por no contrastar lo que le cuentan. Es falso que las direcciones de espacios protegidos impliquen más salario, aunque sí conllevan más trabajo. Y es falso que la directora de esos dos parques fuera nombrada por el actual jefe de servicio. Estaba nombrada años antes, en tiempos del anterior jefe. Da una impresión falsa decir que 33 trabajadores firmantes es una pequeña parte de la plantilla, porque hay que ponerla en relación con las personas que esa mañana estaban en la oficina (unos 50 como máximo), no con el conjunto de la plantilla repartida por toda la provincia.
Así que burgosdijital debería rectificar algunas cosas o
dejar de dar lecciones a otros medios
Bravo por Basilio, escuchando en una taberna sabe más de la realidad que los que trabajan en medio ambiente. Es más cuantas cañas, o copas llevaba encima y sobre todo, a quién estaba escuchando …. Al acosado? que efectivamente se pasa mucho tiempo de cañas en el bar de la esquina en horas de trabajo …
Sin comentarios, escribir desde el bar o desde casa da idea de la veracidad de las noticias que comentan algunos.
Antes de hablar hay que contrastar las noticias….