Festivales de provincia, la excelencia musical sin ánimo de lucro

Bdj CC

En el CAB, dentro de las actividades del UBURAMA, los cuatro principales festivales de música de la provincia han contado ante un auditorio repleto, las motivaciones y problemáticas que supone la organización del Sonorama Ribera, Ebro-visión, Demanda Folk y Tribu. Todos ellos gestionados por asociaciones culturales sin ánimo de lucro, a pesar de las recomendaciones de gestores y contables.

Desde Sonorama Ribera, Javier Ajenjo, con 20 ediciones a cuestas, y 60.000 asistentes en la última edición, ha defendido la absoluta necesidad de las asociaciones culturales como creadoras de cultura popular y organizadoras de festivales, frente a los “alcaldes promotores” y los técnicos “contratistas de cultura” de las administraciones.

Sonorama Ribera cuenta con un presupuesto de 2 mill de € y un impacto económico 10 veces superior. Tanto Sonorama como Ebro-visión son los espectáculos que más gente mueven en sus respectivas ciudades. Asociaciones apegadas al territorio y con un fin social, más allá del negocio y la rentabilidad.

Por el Demanda Folk, Diego Serrano, tras una decena de ediciones, cree cumplido parte del objetivo por el que comenzó a organizar el festival 10 años atrás. “Dinamizar, revitalizar la sierra”, y sensibilizar sobre la sostenibilidad ambiental de nuestro entorno.

Desde Miranda de Ebro, Rami, de Ebro-visión, y tras 17 años de andadura, tres sedes diferentes, y actividades paralelas durante todo el año, defiende la gestión asociativa y la participación de los vecinos en la organización del festival. La JCyL no colabora económicamente con ellos.

Desde el Festival burgalés Tribu, Héctor Aguilar, apuesta por la cultura de calle, el “Street Art”, con actuaciones gratuitas y diversificación de acciones. Gastronomía, música, danza, expresiones culturales para todas y todos. Tras 5 años desde su formación, la Asociación organizadora del Tribu, lamenta que las administraciones “paguen mal y tarde”, principal motivo de la suspensión del Tribu 2016.

Sobre financiación de los respectivos festivales, los cuatro han coincidido. Buenas palabras y poco financiación. Con un trato exquisito por la consejera de cultura de la JCyL, pero sin subvenciones o convenios que ayuden a financiar los festivales, además,  la administración regional contra programa festivales empresariales de corto recorrido y poco valor social.

Los cuatro directores han coincidido en buscar auto financiarse, por obligación y falta de apoyo, las más de las veces. Con el tiempo, han ido reduciendo los porcentajes de ayudas en relación al presupuesto de los respectivos festivales, en el caso del Sonorama, hasta no suponer más del 5% de los 2 mill de presupuesto. Demanda Folk comenzó con un 80% de apoyo institucional hasta el 20% actual.

Tras la charla, cata de vinos de la Ribera del Duero, y una animada presentación.

Una idea común circulaba entre vino y vino. “Cuatro festivales de éxito, organizados por asociaciones locales en una provincia como Burgos, es un éxito del movimiento cultural asociativo, de la gente que cree en el nosotros”

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