Exposición “Cortina de humo” de Mario Gutiérrez Cru

Del 10 al 30 de marzo 2023 se podrá visitar en Espacio Tangente la vídeo instalación Cortina de humo de Mario Gutièrrez Cru. La inauguración será el viernes 10 de marzo a las 19:30h. y el horario de visita de L a V de 18:30 a 21.30 h.

Videoinstalación de 3 canales y sonido 5.1
Año: 2020
Comisario: Arturo Moya, director del festival EX
Creación sonora: Sergio Cáceres
Duración: 84:33
Foto fija: Eduardo Huelin, Fernando Baena y Mario Gutiérrez Cru

Francis Alÿs aludía al carácter que lo poético puede tener de político y viceversa. El proyecto que se presenta en el Espacio Tangente de Burgos se centra en dos piezas, una videoinstalación multicanal y una pieza interactiva que investigan conceptos relacionados con la revolución, la memoria y el vacío. 
El proyecto parte de una investigación de campo, un proyecto de colaboración con varios colectivos profesionales: científicos, bomberos, técnicos del audiovisual, psiquiatras, ciegos, personas aisladas… para la correcta realización de una obra con el humo como material metafórico y real para su percepción sensorial (visual, sonora, olfativa…), de ello se han realizado varias entrevistas. 
Este proceso fue iniciado en Atenas durante la Documenta de 2017. La idea era sencilla, consistía en una intervención con humo por un tiempo muy breve, como el tiempo de la mayoría de los movimientos revolucionarios, aunque su memoria permanece en las personas, los objetos y la documentación que genera. Las primeras acciones fueron realizadas con humo blanco y conseguían crear la ilusión de hacer desaparecer y convirtiendo en lo que quizás debería ser un espacio de arte: un espacio de contienda. 

La propuesta consistía en una sucesión de acciones similares, con el fin de generar una ceguera momentánea. Estas acciones fueron documentadas para crear la sensación de adentrarse y compartir un estado de vigilia, de introspección. Cuando acabaron, la única impronta fue la fílmica, así como los cercos del impacto de la pólvora y el olor.

La pieza Tabacalera parte de varios conceptos con los que el artista lleva tiempo investigando como son: “humo”, “cortina de humo”, “vender humo”, “memoria”, “vacío” o “revolución” para adentrarse en ese estado de ceguera, de invisibilidad que permite ciertos movimientos sin ser percibidos, trabajar con los límites de la legalidad o más bien con la alegalidad, en ese vacío en donde es posible alterar este mundo en el que nos situamos mediante una transformación, un empoderamiento social o una pequeña revolución personal. Interactuar, cambiar nuestro presente,  partiendo de nuestra memoria reciente. 

El proyecto investiga los espacios en desuso de nuestra sociedad, en este caso la antigua Tabacalera de Madrid. Y nos posibilita, por lo menos durante un tiempo, totalmente efímero, poder activarla, llenarla de nuevo de vida, aunque sea una vida de aire, donde agua en evaporación, gases, humos y partículas en suspensión invaden cada uno de los rincones abandonados de esta sociedad, los desperdicios de un tiempo en constante cambio. Cortina de Humo es casi un susurro, una respiración, una conversación pasada, oscura que es casi mejor olvidar, que no tiene principio, ni menos final, que se intenta levantar como cenizas y como tales termina siempre ahogada en su propia imposibilidad.
Se trata de una obra en proceso de Mario Gutiérrez Cru perteneciente a otro proyecto mayor – el estado de la nación- en que se han realizado varias piezas que planteaban cuestionamientos del papel del individuo en la sociedad y de la autoridad política, judicial, estatal como único órgano de poder. Mediante instalaciones, intervenciones, acciones, videoinstalaciones… todas ellas creadas casi site specific para los lugares que acogían la pieza (galerías, espacios independientes, festivales y espacios en desuso). 

Cuenta con una creación sonora especial realizada en 5.1 por el artista Sergio Cáceres con el apoyo de CIGARRERASDOC que nos prestaron las voces de sus trabajadoras de la Tabacalera de Madrid.

Gracias a Mar Diago, Blanca Regina y a Arturo Moya de EX por el asesoramiento técnico. A la plataforma de imagen en movimiento PROYECTOR. Y un agradecimiento también a Promoción de las Bellas Artes del Ministerio de Cultura, a Begoña Torres y a Guillermo González.

Mario Gutiérrez Cru
El arte siempre debería estar al margen, quizás de casi todo. Del mercado por supuesto. El arte también debería estar al margen de lo correcto, de lo que se debe decir, de lo que se quiere ver, de lo que nos obligan a hacer. El arte debe, por supuesto, estar fuera de los cánones de lo permitido, en ese margen de la libertad que sólo se puede justificar porque lo hace un artista, si no estaría penalizado. Somos, o éramos, antes de la ley mordaza, los que sabíamos jugar entre barreras, cabalgando rápido en terrenos escurridizos donde lo fuera de la norma, lo “alegal” es quizás los que más nos define, a punto de ser encarcelados, de tener que salir del país simplemente por decir o poner sobre el tablero de juego las cartas que no se quieren ver, con los invitados que más que jugadores son infiltrados, y donde el riesgo de caída siempre es elevado y está en incremento.

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