Por Eduardo Nabal
Juan Tauil:“T” es un documental sobre militancia travesti en Argentina, durante los años previos a la ley de identidad de género. Si bien la palabra trans aparece regularmente en el filme, el tipo de militancia en la que hice foco es la “travesti”, porque considero que es una palabra con un peso específico mayor, con historia, con un lenguaje propio y con un ingrediente de persecución policial y estigmatización que la hace mucho más valiosa en términos de lucha.
Eduardo Nabal: Hola Juan. “T”, es un documental de los buenos. Un trabajo lúdico, entretenido, didáctico, interesante y polémico porque en el confluyen muchos discursos y no queda del todo clara tu postura.
¿Crees que hay en tu filme un mosaico de opiniones y formas de vida o supervivencia, una invitación a la diversidad o demasiada confianza en las leyes y las instituciones?
Juan Tauil:“T” es un collage de archivos y, como todo collage que se precie, es irreverente y rompe con las estructuras predeterminadas. Si es una invitación a la diversidad se agradece, pero el objetivo era y es el de documentar una lucha por conseguir derechos por parte de un grupo que vivía sumido en una situación de pre-democracia. Si no tenemos confianza en las leyes y las instituciones nos veremos sujetos a las leyes propias del capitalismo y sus corporaciones. Claro que tenemos que apoyar las leyes, sobre todo si se tratan de leyes para los derechos humanos. Ojo con ese discurso anti-institucional y anti-legal porque es TOTALMENTE funcional a la derecha.
Supongo que la violencia callejera (sobre todo en tiempos de dictadura y también después), la memoria, lleva a un posicionamiento contra la prostitución callejera que tiene sus motivos. No obstante ¿el reconocimiento del trabajo sexual puede ser también un desafío a la heternormatividad que algunas critican como tarjeta de visita para ser aceptadas o “asimiladas”?
Juan Tauil: Mis respuestas sólo serán sobre el filme y no doy opiniones sobre temas que no tienen que ver con el documental. Si bien la prostitución se trata en algunos momentos en “T”, se la toma como un modo de supervivencia que el colectivo travesti es obligado a acudir.
Nabal: La apropiación casi festiva del insulto o de algunos adjetivos que pueden tener carácter peyorativo ha sido siempre un tema polémico en las llamadas minorías. No obstante el eufemismo también puede ser muy insultante. Veo un desarrollo paralelo en el plano legal a lo que ha ocurrido en el estado español. Aunque, no sé cómo ha quedado allí, parece que aquí la Ley de Identidad de Género no ha contentado a muchos/as porque no elimina largos protocolos médicos y psicológicos.
Juan Tauil: Por el contrario, la ley de identidad de género en la Argentina es de vanguardia porque elimina los protocolos médicos y psicológicos y destierra a la “disforia de género” como un motivo para el cambio registral. Los términos travesti, puto y marica no sólo fueron resignificados sino que también responden a esquemas de clases. Los gays y trans pertenecen a otra clase social, otras aspiraciones y gozan de privilegios que las travestis, maricas, locas y putos carecen. Cada país tiene su recorrido por la consecución de derechos, cada uno es diferente al otro.
Nabal: Lo más conmovedor, y que tu muestras de forma muy vistosa, es la capacidad de autorganizarse y el autoapoyo. Hay un personaje que nos conduce, el encarnado por con frescura Marlene Wayar y otro que ha quedado en la memoria por su trágico final el de Lothana Berknis. Actualmente un grupo lleva su nombre. Particularmente esta última desconfía de las fronteras, reales y simbólicas, mientras hay otras voces menos contundentes. ¿Te atreves a posicionarte o solo has querido mostrar?
Juan Tauil: Marlene Wayar más que un personaje es una activista de carne y hueso, heredera de Lohana Berkins, pionera en la Argentina en los derechos del colectivo travesti. En el recorte de militantes que elegí seguir durante el rodaje de “T” y en los archivos que elegí incluir en “T” está mi posicionamiento político, sería redundante volver a posicionarme en algo que tiene 60 minutos de evidente posicionamiento político.
-¿Por dónde ha pasado y quieres que pase este valiente trabajo?
Juan Tauil: Este documental fue proyectado en todo el país por fuera del circuito que el Instituto Nacional de Cine de la Argentina tiene reservado para las películas. “T” es un filme totalmente independiente, de trinchera, es solicitada por sindicatos de trabajadores, universidades, escuelas secundarias, grupos de militancia, partidos políticos y yo, como realizador, me siento orgulloso de poder distribuir de este modo democrático y anticapitalista a “T”, que no es otra cosa que una cátedra magistral de política dictada por compañeras travestis.
Juan Tauil es cronista, documentalista y performer argentino nacido en Santiago del Estero, en el centro-norte del país. Es licenciado en Relaciones Internacionales, magister en periodismo y en cine documental. Colabora con regularidad en el suplemento SOY de Página/12, es líder de la banda de folklore queer “Sentime Dominga” como también es creador y productor ejecutivo en “Contenidos Responsables”.
Realmente es curioso que se manden preguntas con un mes de antelación y el director (al que obvivamente tu defenderás) no se posicione mas que diciendo “eso se ve en mi documental”. Temas como la prostitución si son importantes aquí y allí. Lohana es bastante fue bastante mas inteligente y comprometida pero fue asesinada así que no la puedo entrevistar. Con todo hay que tener cuidado al establecer lazos con gente a los que les puede la soberbia. Yo no soy periodista profesional pero se bastante de estos temas, lo suficiente para saber que el director esquiva unas preguntas y no contesta otras. Saludos.
Muy curioso el itinerario de preguntas que el periodista realiza. Ese es su posicionamiento político, cuestión que al parecer no tiene bien en claro y es algo preocupante que el periodismo/la comunicación social no tengan en claro esto y no tengan la honestidad de decir en primera persona “no me queda en claro” y sentencie “-No queda en claro-” ocultando su propia miopía en una generalización. El cine documental guarda mucho terreno en común con la comunicación social y en ambas es premisa que quién realiza el trabajo es vehículo de otras voces, posturas y miradas y que deja las propias voz, postura y mirada implícita en el trabajo a través de aquello que saca a la luz y los recortes que hace para formar un discurso propio con la legitimidad del discurso de la otredad. Emerge lo “no profesional” y/o la subestación de los cuerpos que emiten ese discurso de la otredad, común denominador en “Lo Gay” que no se molesta en investigar en el mismo documental y entre sus títulos como es la ortografía del nombre del “personaje” (yo misma !!!) ni el de Lohana (Travesti de voz política internacional si las hubo) ambas pertenecientes de un colectivo históricamente negado en el derecho al nombre propio. Y entre otros varios yerros la brutalidad de interesarse por el tema de la prostitución; ¿situación o trabajo? y no ir por las voces que con mayor legitimidad podemos intentar respuestas para el análisis colectivo de una situación que nos afecta de modo directo y concreto.