Por Luis Delgado Mariscal
Lecturas políticas a contratiempo.
Dicen que cada cuál es muy quién. Sin embargo no me resisto a proponer un poco de acíbar destilado; las prematuras noches del final del invierno pueden resultar muy prometedoras para aquel o aquella que se aventure a un pequeño recorrido introspectivo.
Tan cerca y tan lejos, el periodo que la narrativa oficial ha dado en llamar “Transición española”, sobre cuya memoria trata de sustentarse la legitimidad política presente, y sobre el que se desata, cómo no, una lucha proteica, puede significar cualquier cosa, pero jamás convertirse en un mito iniciático de la mejor de las realidades posibles. Este es el objetivo del periodista GREGORIO MORÁN, que en la reciente reedición de su libro: “El precio de la transición”, editado por primera vez en 1991, y reeditado por Akal en el 2015, en versión corregida y actualizada, queremos compartir.
La hagiografía es una de las más perversas tumbas de la historia, Gregorio Morán se esfuerza por construir un relato en el que desmonta los tópicos habituales, los lugares comunes, y la “pretendida bondad” de muchos de sus protagonistas.
Es el momento de repasar los cimientos de nuestro ordenamiento político y porqué son los que son, para identificar las insuficiencias y los logros que se obtuvieron por incapacidad o intereses particulares del momento. El discurso que identifica a la “Transición” que otros prefieren definir como una “Segunda Restauración”[1] , como el único relato que fue posible y se empeña en repetirnos que no se pudo ir más allá (por lo que tampoco se puede avanzar en el momento presente…) nos quiere convencer de que más vale no mover nada.
Congelan la historia pretendiendo detener el presente. Seguramente la generación que protagonizó este periodo de nuestra historia tiene también su reconocimiento, pero tienen que dejar a cada generación su momento, y su oportunidad para acertar o equivocarse.
Gregorio Morán nos presenta a los personajes en su particular y complejo contexto, con lo que las decisiones y actuaciones pueden comprenderse y evaluarse en el preciso momento en que fueron tomadas. La profusa información que ofrece el autor y su estilo ligero, crítico, salpicado de ironía y de una comprensión que marida la mordacidad y la ternura para abordar lo humano nos van a sumergir en una narración que se aproxima a lo novelesco, estoy convencido que a algunos les gustaría que así fuera… La Constitución, Adolfo Suárez, Juan Carlos Borbón, la desmemoria obligada y otras cuestiones son repasadas con un brillante esfuerzo de sinceridad alejada de toda autocompasión colectiva. Si habláramos de literatura, podríamos aventurarnos a situar los libros de Morán en el “naturalismo histórico”, si este concepto existiera, como si de un Emile Zola celtibérico se tratara.
La tesis central acerca de como fue construido este periodo de “cambio”, viene a demostrar como las élites oligárquicas españolas que se habían formado y enriquecido durante el franquismo pilotan el tiempo político, para que no se les escape el poder y permiten transformaciones calculadas y digeribles hasta donde estaban dispuestas a permitir. Todo ello, con el consenso y participación de los grandes partidos que hablaban de la “ruptura” el PSOE y el PCE, que de alguna manera se conformaron con asumir su lugar y su papel. Un relato gatopardiano, en el que los jóvenes rebledes de entonces cooptados en los primeros tiempos, son ahora muchos de los venerables hombres de estado que defienden con uñas y dientes un status quo que fueron incapaces de transformar, pero que también les permitió medrar y ser lo que son.
Por todo ello, y porque les aseguro que el aburrimiento queda lejos de este libro, merece la pena. Más bien podría provocarles muecas de melancólica ternura, esbozar malévolas sonrisas, despertar sórdidos sentimientos, o incluso provocar sonoras carcajadas. Pero en cualquier caso y a pesar de que Gregorio Morán no ahorra sintaxis alguna para despellejar a todo fulano que se atreva a asomar el morro por la palestra, a uno finalmente le queda una inmensa sensación de proximidad con la especie humana, tan bellaca, traidora, e intensa. Pero siempre agitándose fatigosamente por la supervivencia, aunque esta tenga que librarse en un proceloso charco de fango.
Es por todo ello, por lo que, a pesar de los gustos de cada cuál, compartimos contigo este libro tan relevante para nuestra memoria colectiva. Que lo disfrutes tanto como nosotros. Salud.
______________________________________________________
[1] La primera Restauración borbónica se produjo con la instauración de Alfonso XII, pensada y llevada a cabo por el político conservador Cánovas del Castillo, en el último tercio del siglo XIX.