Por Eduardo Nabal
Si aquí los titiriteros y el torso de Rita Maestre han resucitado las iras de la ultraderecha española, en Italia un libro “Eres como eres”- de la ya clásica escritora Melania G. Mazzucco (Premio Estrega) parece que ha suscitado las iras de la extrema derecha vinculada a la derecha religiosa y vaticana. Ésa, que aquí toma forma de procesiones y en otros lugares de miembros del Klu-Klu-Klan con Donald Trump cerrando otras fronteras.
En tiempos de debacle económica, de fragmentación social, de estafa organizada, casi de estado de excepción empiezan las prohibiciones, algunas ideas de puro claras empiezan a ser incendiarias. La Subdelegación del Gobierno de Burgos prohíbe una manifestación contra el campo de concentración en Lesbos, porque los refugiados Sirios están pagando el pato de nuestras faltas, armados con nuestras armas y las de sus falsos profetas.
En fin, una Europa alicaída que se atrinchera en sus propias miserias y donde se empieza a sospechar de las opiniones, a vigilar los dichos y a descuidar el derecho de manifestación cuando no a secuestrarlo bajo mordazas policiales.
Parece que hemos dejado todo en manos de los burócratas de siempre, o muy parecidos a los de siempre, esos que acabarán doblegados ante el poder de los bancos, el resurgir del racismo y los dictados de la Troika.
Melania G. Mazzucco nos habla con delicadeza pero sin tapujos de la difícil infancia y adolescencia de una niña valiente en un mundo cobarde, que no oculta que ha crecido de la mano de dos hombres y se enfrenta a las presiones sociales, familiares, escolares, la homofobia y ese sutil racismo que ya aparece en algunos libros de nuestro Chirbes donde los extranjeros empiezan a ser vistos como un peligro, o un objeto de burla, una “raza”. Algo que se reproduce en las grandes capitales europeas, blandiendo su decadencia y su indecencia, convirtiendo a jóvenes en paro y mendigos en un mal a erradicar.
Es la paz del miedo, el tiempo de los canallas, ese tiempo de desamor y oscuridad que lleva a pedir perdón a los frailes a Rita Maestre, la caza de brujas, la persecución de libros y los mini campos de concentración. Esta vez la sombra del fascismo disfrazado de eurocracia planea como un monstruo con forma de gárgola sobre países que parecen soportarlo todo y que, como cegatos, votan una y otra vez a los mismos, a los siervos de los siervos, a los rufianes y a los predicadores. Lo último que deben quitarnos es el derecho a expresarnos, a gritar verdades, por eso cualquier lucha contra la censura, la mordaza, el apisonamiento de las ideas es una lucha válida y sin fin.
¿¿¿Pero es que alguien con dos neuronas en funcionamiento pueda ya dudar de que en España, por ejemplo, los fascistas, los totalitarios, los corruptores, los corruptos, los saqueadores, los racistas, etc. están tratando de exterminar DERECHOS HUMANOS, DERECHOS CIVILES Y LIBERTADES POLÍTICAS???