El Partido Popular ha anunciado que presentará al Pleno del Ayuntamiento de Burgos del viernes 16 de abril, una proposición para que la corporación municipal muestre su apoyo a las puertas de Antonio López para la Catedral de Santa María.
Los argumentos que detalla son los mismos que ha venido repitiendo el Cabildo, el Arzobispo y todos aquellos que defienden su colocación frente a la casi unanimidad de los burgaleses, que a través de la plataforma Change han firmado para evitar el cambio.
Tanto ICOMOS, el principal órgano técnico de UNESCO, como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando han manifestado su postura, instando a que las puertas no deben ser cambiadas y apelan a la legislación vigente en España.
Numerosas personalidades del mundo de la Historia y el Arte han dado una enorme cantidad de argumentos de lo peligroso que sería llevar a cabo esa intervención en la Catedral, tan sólo por “enriquecer” la celebración del VIII Centenario de nuestra emblemática catedral.
El PP lleva en sus estatutos su condición de partido de inspiración cristiana, que tantas veces ha dejado de lado, por ejemplo en los asuntos salpicados por la corrupción, pero recordemos que la Catedral no solamente es un templo cristiano sino un monumento de “valor universal excepcional” y como tal pertenece al patrimonio común de la humanidad. ( Convención de 1972 para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de UNESCO).
De la misma forma que la Iglesia reclama fondos públicos para rehabilitar el Patrimonio, y se hace con el dinero de todos los ciudadanos, no puede prescindir de la población que ahora se opone, aunque esgrima que se pague con fondos privados. No puede haber intervenciones públicas y privadas dependiendo del interés del Cabildo custodio en incorporar cambios.
La Catedral es de todos, no sólo de Burgos, sino de toda la humanidad. Esta consideración exige que la iglesia diocesana cumpla los acuerdos ratificados por España junto a 193 países en favor del Patrimonio Mundial, por tanto, sobra politizar este asunto como quieren hacer PP y VOX en el Ayuntamiento, que solo redundará en generar un mayor malestar a la ciudadanía que ya ha hablado.
LA CATEDRAL ES DE TODOS Y TODAS, sea cual sea su ideología política, sea cual sea su creencia religiosa, y nuestro deber es proteger nuestra catedral para las generaciones venideras.