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Carta de los lectores

El pasado domingo 26 de marzo, las orillas del río Arlanzón ofrecían una curiosa imagen, que sorprendió a cuant@s paseaban por sus alrededores: un grupo de unas 50 personas, armadas” con ganchos de confección casera e indumentaria apropiada para el caso, acometía la labor de limpiar el río, tanto en sus entrañas (algún@s estaban ataviad@s con ropa de pesca), como en sus castigadas orillas, respondiendo así al llamamiento de una cierta “Iniciativa Ciudadana de Protección de los Ríos”, convocada por un@s anónim@s “Vecinas y Vecinos de Burgos”.

La propuesta consistía en rastrear el Arlanzón a su paso por nuestra ciudad en el tramo comprendido entre el Arco de Santa María y la Barriada de Yagüe. El tiempo no acompañó: las lluvias hicieron su aparición de manera intermitente. Este “contratiempo” no hizo mella en el ánimo de l@s participantes, que poco a poco llenaban una gran cantidad de bolsas de basura con toda clase de deshechos. El ambiente era festivo alegre y distendido, propio de aquell@s que asumen con entusiasmo una tarea cívica, educativa y comprometida con la naturaleza que palpita en nuestra ciudad.

A la vista de la ingente cantidad de porquería extraída de las aguas de nuestro maltratado río, de la agobiante presencia de toda clase de envases, bolsas de plástico y porquería que ahoga la naturaleza de Burgos de un tiempo a esta parte, cabe preguntarse: ¿Sería disparatado plantearse que ha llegado el momento de educar a la ciudadanía en el respeto por su entorno? ¿Es posible que se siga ignorando la alarmante realidad que tenemos ante nuestros ojos, sin que nadie se responsabilice, como si todo nos diera igual? ¿Qué clase de estercolero vamos a legar a las próximas generaciones? ¿Es la indiferencia un modo de inconsciencia o estamos tan distraídos que somos incapaces de ver la realidad que tenemos delante?

Entendemos que la intención de estas personas con su modesta gran iniciativa no es tanto achicar la porquería que contamina nuestro río como llamar la atención sobre un asunto que afecta a tod@s, comprometiendo la vida de nuestros ríos, y también de toda la naturaleza que alberga nuestra ciudad: sólo hay que echar un vistazo al entorno, en cuanto se abandona el pulcro centro de la ciudad para observar como las bolsas de plástico, los papeles, cartones y otras bondades de nuestra civilizada sociedad de consumo afean y envilecen las calles menos afortunadas de nuestra ciudad.

Es urgente revertir esta situación. Si de algo ha presumido siempre Burgos es de la limpieza de sus calles, de la belleza de sus parques, de su majestuoso arbolado. Pongámoslo en valor entre tod@s, haciendo una labor educativa que puede partir de los centros de enseñanza de nuestra ciudad, tanto de primaria como de secundaria. Muchas son las informaciones que engullen a diario nuestr@s hij@s en colegios e institutos; se realiza un enorme esfuerzo para enseñar y aprender toda clase de contenidos en las aulas, pero a la vista de la realidad que nos rodea, quizás no sean no sean tan necesarios como los que tienen como objetivo enseñar el amor y el respeto por la naturaleza, que sustenta nuestra vida. La “Iniciativa ciudadana por la protección de los ríos” supone un toque de atención importante. Abramos los ojos, tomemos conciencia y actuemos para proteger y fomentar la vida natural que compartimos con otros seres vivos (plantas y animales) que pueblan el entorno, humanizando y haciendo mucho más grata y enriquecedora la vida en la ciudad.

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