Por Burgos dijital
Un fuerte operativo policial se desplegó este jueves 15 de septiembre en París contra la decimocuarta manifestación obrera y estudiantil en unas reivindicaciones donde un manifestante perdió un ojo a consecuencia de la desmedida y brutal represión policial, y otros siete manifestantes han resultado heridos. El gobierno y la patronal confiaban en el desánimo y la desmovilización tras seis meses de protestas pero, sin embargo, la oposición a la ley de la reforma laboral sigue movilizando a trabajadoras y trabajadores de Francia, una ley masivamente rechazada por el 70 % de la población, adoptada a golpe de decreto mediante el artículo 49.3, por lo que los manifestantes exigen su total derogación. 40 000 manifestantes en París marcharon desde la Plaza de la Bastilla a la Plaza de la República para decir no a la ley de trabajo.
Sindicalistas de CGT Francia han contado que los intentos de desánimo han sido muchos pero a pesar de ellos siguen en la lucha y aseguran que continuarán combativos hasta la derogación de la ley laboral, esta ley desastrosa para el mundo del trabajo, también han asegurado que con esta nueva escalada represiva, el gobierno y su brazo armado -la policía-, quieren terminar de una vez por todas con toda manifestación de protesta, especialmente el movimiento estudiantil, al que toman como blanco preferido, de ahí la criminalización de las protestas por parte del Gobierno destinadas a “desactivar la movilización social”.
La organización declaró en un comunicado que “nada” justificaba el uso de la fuerza policial contra el sindicalista, Laurent Theron, padre de dos niños y administrativo en un hospital a las afueras de París. “Estaba cerca de un parque de ‘skate’ en la entrada de la plaza (de la República) charlando, como muchas otras personas hicieron al término de la manifestación”, relató el sindicato SUD Solidaire quienes aseguran que en ese momento no había justificación para utilizar la fuerza contra los militantes y dice basarse “en múltiples testimonios” que coinciden en que un trozo de una granada de dispersión lanzada por las fuerzas de seguridad impactó en su rostro. A pesar de ser bien atendido en el hospital, el sindicalista ha perdido el ojo derecho.“De acuerdo con el cirujano que me operó, el proyectil fue disparado directamente hacia mí desde muy cerca,”. La unidad sindical también exigió que los responsables de la mutilación paguen y asuman responsabilidades por sus acciones.
La Confederación General del Trabajo (CGT), organizadora de la protesta, ha presentado una denuncia contra el titular de Interior, Bernard Cazeneuve, y el primer ministro, Manuel Valls, por sus responsabilidades en la gestión de las fuerzas de seguridad en las manifestaciones. El sindicato también pidió la dimisión del presidente de Francia, François Hollande, cabeza de un partido que cada día es menos socialista y más neoliberal. Conscientes de que el desgaste por las continuas manifestaciones tras varios meses así como la aprobación de la ley juega en su contra, los sindicatos preparan su próximo caballo de batalla: el plano jurídico. Las centrales sindicales, especialmente la Confederación General del Trabajo (CGT) y Fuerza Obrera (FO), contemplan recurrir al Consejo Constitucional con cuestiones como la ampliación de la semana laboral y el despido por motivos económicos, que no fueron examinados por ese organismo en agosto. También miran al Tribunal de Justicia Europeo,y por último, a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al considerar que el Gobierno no les consultó antes de redactar la ley, tal y como prevé la convención de la ONU.