Por Delegados UGT en Fundación Aspanias y Fundación CISA
EL COVID-19 HA SOTERRADO LA NEFASTA REALIDAD ECONÓMICA EN ASPANIAS, PERO SUS CONSECUENCIAS REAPARECEN EN EL PEOR MOMENTO
A mediados del mes de marzo tuvieron que suspenderse las mesas informativas, manifestaciones y concentraciones de los trabajadores convocadas para los días 19 y 26 por tres Comités de Empresa del grupo Aspanias ante la crisis sanitaria y la declaración del estado de alarma en todo el país.

Muchos años de lucha Foto de archivo En la manifestación de 1º de mayo de 2019
Son varios años de lucha de los trabajadores, primero por conseguir un convenio justo de grupo que nunca llegó ni interesó realmente a quienes gestionan y dirigen Aspanias, pero que logró su efecto pretendido: congelar salarios a los trabajadores de apoyo hasta devolverlos a los que se correspondían con el año 2011. Todo, tras una negociación espuria y fingida de varios años con la presumible intención empresarial de no actualizar dichos salarios ni de alcanzar ni evolucionar en derechos laborales.
El desencadenante de estas movilizaciones en este mes de marzo, no era otro que el anuncio oficial, del pasado 5 de marzo, de la presentación de un ERE de extinción de trabajo de 80 trabajadores de la Fundación para el empleo CISA, de un total de 300, lo que supone casi un 25% de la plantilla total de esta empresa que aglutina tanto a trabajadores con discapacidad como a profesionales de apoyo. Una medida drástica y desoladora para los trabajadores.
Estas medidas se tomaban por el incomprensible dato económico que sitúa al grupo con un déficit de varios millones de euros que deberían hacer insostenible no tanto el futuro de Aspanias, como de quienes lo gestionan unidos a los órganos de gobierno, con el director-gerente de grupo José Mª Ibáñez a la cabeza, pero acompañados también de Fulgencio Villafáfila, presidente de la Fundación Cisa, Miguel Patón, presidente de la Fundación Aspanias y Antonio Tajadura, presidente de la Asociación Aspanias.
Pero la pandemia del coronavirus ha desviado la atención de los focos que apuntaban a esta nefasta situación económica y a sus actores principales, que se nos antojan antihéroes, a favor de los verdaderos protagonistas: los trabajadores de atención directa, quienes en un principio, sin apenas medios de protección, en condiciones extremas de estrés y ansiedad por la exposición a este virus, tanto a nivel individual como de sus familias, han respondido de la mejor forma que saben: prestando una atención individualizada a las personas con discapacidad, arropándoles y protegiéndoles para intentar evitar su contagio y ofrecerles la mejor calidad de vida posible en estas circunstancias. Y no, ni somos ni nos consideramos héroes, somos trabajadores comprometidos con nuestro trabajo, con las personas con discapacidad.
A cambio, desde quienes dirigen, no sólo no hay un reconocimiento decidido a la plantilla de un servicio considerado como esencial, sino que ni siquiera se abonan los salarios en tiempo. La fecha tope para el ingreso de nóminas se debe producir antes del día 5 de cada mes. Los trabajadores necesitan su salario para hacer frente a los pagos de hipotecas, recibos varios y cesta de la compra, entre otros y como cualquier trabajador. Hay familias que dependen exclusivamente de este salario y más ahora que se está destruyendo tanto empleo. Salarios que son ciertamente bajos (Casi 500 trabajadores no llega a los 1.000 € netos mensuales).
Y aunque la Junta de Castilla y León está garantizando el 100% de la financiación a centros como Aspanias, independientemente de que los centros de día estén cerrados por orden administrativa, lo cierto es que Aspanias todavía no ha pagado a sus trabajadores a fecha 10 de mayo. Hay muchos trabajadores que ni tienen ni pueden permitirse un colchón. Desde la representación de UGT en la Fundación Aspanias Burgos creemos que si ahora estamos así, no queremos imaginar cuando llegue el mes de junio cuando se tenga que abonar la paga extra…
Quienes gestionan dicen que nunca son responsables de nada, culpan ahora a una entidad financiera de responsabilidad social con la que trabajaban desde hace varios años de dejarles tirados incomprensiblemente y en el último momento y anuncian acciones legales… Pero los delgados de UGT sólo vemos excusas e intuimos una situación económica financiera tan mala que es conocida no sólo por las entidades bancarias y administraciones locales, sino que trasciende, al menos, al ámbito regional.
Es hora de que la consejera de Familia, el consejero de Empleo y el propio presidente de la Junta de Castilla y León tomen cartas en el asunto, exijan responsabilidades y obliguen a realizar una auditoría externa de gestión independiente, que analice la realidad económica del grupo para poder acometer un plan de viabilidad que garantice salir de este oscurantismo y permita afrontar los próximos años con transparencia, valentía y honestidad, pues pensamos que Aspanias tiene futuro si se libera de estos pésimos gestores y directivos de paja.
Si a estos problemas estructurales viciados de tantos años por esta pésima gestión personalista y un nulo control y cuestionamiento de los órganos de gobierno se han acumulado varios millones de euros de déficit no se les da una solución integral, los representantes de trabajadores estaremos abocados a denunciar cada mes la situación que vivimos en este grupo empresarial que da ocupación directa a unos 650 trabajadores pero indirectamente a muchos más.
Los delegados de UGT seremos una vez más los malos de la película para quienes no quieren ver más allá, sólo por ser el dedo que señala los problemas. Nuestra obligación es hacerlo, pero nuestro compromiso sigue siendo colaborar en su solución y para ello necesitamos primero la intervención directa y el compromiso de la Junta de Castilla y León. Otra Aspanias es posible y necesaria, urgentemente.
Esta entidad acumula cada mes más deudas por e inmenso despilfarro y decisiones absurdas.
El gerente ya no sabe a quién pedir dinero ni a quién pagar primero: a Hacienda, a la seguridad social, a los bancos, a los acreedores, a la plantilla…
Esperemos que Ibáñez no deje todo “atado y bien atado” cuando se jubile o pretenda gobernar desde las sombras dejando alguno de sus títeres al frente.
La fallida gestión de Aspanias es responsabilidad de José Mª Ibañez Martínez Losa. El y sólo él toma todas las decisiones. Decisiones improvisadas, incomprensibles y no pocas veces carentes de la más mínima razón. Los órganos de gobierno, esas familias elegidas por la Asamblea para representar sus intereses y los de sus hijos y hermanos, callan, no saben, no contestan. Algunos llevan tanto tiempo en el cargo o en otro parecido, que se les confunde con personal contratado. Encontrar tanta sumisión y docilidad no debe ser fácil. Levantan la mano, firman lo que se les pone delante y votan sí. Evidentemente, cada cual sabe y conoce sus razones. Y cada cual, tendrá que asumir su responsabilidad legal.
La Aspanias de hoy está atrapada en un bucle de deudas e impagos, que más pronto que tarde, obligará a su intervención. La Junta de Castilla y León, asegura que garantiza el servicio. Faltaría más, tiene las competencias. Lo que calla es que no garantiza que ese servicio lo preste necesariamente Aspanias.
No hace tanto tiempo que la JCyL, escenificaba profusamente un apoyo incondicional a Aspanias. Hoy se desentiende conque es un asunto de las familias. No señores. Es un asunto de los poderes pùblicos. Ese apoyo sin fisuras , ensoberbeció al Gerente, hasta endiosarse y creerse que Aspanias y él son una misma cosa. Y que pase lo que pase, él es el único legitimado para conducir Aspanias. Es su criatura. Aunque pilote a velocidad de crucero, directamente al abismo.
Las consecuencias las sufren los trabajadores que día a día se esfuerzan por hacer más llevadera la mediocre rutina de más de 600 personas atendidas en Aspanias a las que se ha convencido de que ese llenar las horas sin objeto ni propòsito, es a lo único que pueden aspirar y a lo unico que tienen derecho, porque “no hay dinero”; para ellos, nunca hay dinero….
Aspanias está abocada a desaparecer. Aún cuando una mano amiga liquidara todas sus deudas de un plumazo, la bola comenzaría a crecer de nuevo. En cuatro años estaría exactamente igual. Anarquía, desorganización, favores de ida y vuelta,, despilfarro, nepotismo..
La única posibilidad real y de futuro que tiene Aspanias pasa por la dimisión / jubilación de su septuagenario Gerente, D. José Mª Ibáñez Martínez-Losa.
A partir de ahí, un enorme esfuerzo, sacrificio y consenso de todas los grupos interesados, para volver a reconducir Aspanias, partiendo de los restos y del imprescindile empuje de las familias que son junto con sus hijos y hermanos, la razón de ser del movimiento asociativo. Los Gerentes pasan. Aspanias permanecerá. Sin duda.
La fallida gestión de Aspanias es responsabilidad de José Mª Ibañez Martínez Losa. El y sólo él toma todas las decisiones. Decisiones improvisadas, incomprensibles y carentes de la más mínima razón, e inteligencia. Los órganos de gobierno, esas familias elegidas por la Asamblea para representar sus intereses y los de sus hijos y hermanos, callan, no saben, no contestan. Levantan la mano y votan sí….Los patronos externos, los buenos, lo ven rápido y discretamente desaparecen. El resto, irrelevantes.
La Aspanias de hoy está atrapada en un bucle de deudas e impagados, que obligará a su intervención. La Junta de Castilla y León, dice que garantiza el servicio, faltaría más, es un mandato constitucional. Lo que calla es que no garantiza que ese servicio lo preste Aspanias.
No hace tanto tiempo que la JCyL, escenificaba profusamente un apoyo incondicional a Aspanias. Hoy se desentiende conque es un asunto de las familias. No señores. Es un asunto de los poderes pùblicos. Ese apoyo incondicional y no pocas veces desproporcionado, ensoberbeció a José Mª Ibáñez, hasta endiosarse y creerse que Aspanias y él son una misma cosa. Y que pase lo que pase, él es el único legitimado a conducir Aspanias. Es su criatura. Aunque pilote a velocidad de crucero, directamente al abismo.
Las consecuencias, más de 600 personas atendidas en Aspanias, y a las que se ha convencido de que su mediocre rutina es a lo único que puedn aspirar y a lo unico que tienen derecho, porque “no hay dinero”, para ellos, nunca llega el dinero….
Aspanias está abocada a desaparecer. Aún cuando una mano amiga liquidara todas sus deudas de un plumazo, la bola comenzaría a crecer de nuevo. En cuatro años estaría exactamente igual. Anarquía, desorganización, favores aquí y acullá, despilfarro, nepotismo, personajillas con apenas Primaria mal aprovechada dando órdenes y tomando decisones….Es José Mª Ibáñez Martínez -Losa, está en su ADN.
Dicen que ASPANIAS no tiene ánimo de lucro pero , ¿y sus directivos?
Si al final ASPANIAS quiebra porque la han vaciado con una gestión nefasta será también responsabilidad de la Junta. Y seguramente haya un aluvión de procesos judiciales de todo tipo.
Esto se sabe desde hace ya bastante tiempo y la Junta como si nada, hasta que todo caiga.