8 de marzo, ¿feminista? Reflexiones desde la autocrítica

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Foto de archivo. Manifestación en Madrid

Por Susana Rioseras

Este año ha sido complicado de nuevo, por no decir imposible, convocar una manifestación del 8 de marzo, unitaria y de izquierdas, a nivel local, que se abanderara bajo el término feminista.

Un primer cartel que pretendía ser confluyente y con explícita alusión a la reivindicación de la lucha feminista en su titular, ha sido finalmente sustituido por otro selectivo y donde el término feminista, no aparece visible como lema en ningún rincón. Postura similar, ha sido la consensuada con el comunicado, en el que aunque se han respetado las reivindicaciones feministas, no aparece la alusión a la lucha “feminista” de forma clara, ni títulos, ni subtítulos, ni en mayúsculas, ni minúsculas, más que como autodenominación de un grupo concreto o movimiento a sumar dentro del resto.

¿Por qué sigue existiendo esa resistencia consciente e inconsciente desde nuestras izquierdas a explicitar el término “feminista”?, ¿Por qué cierto “postureo” al conmemorar el 8 de marzo de forma pública continúa, a estas alturas, observándose con desconfianza desde muy diversas críticas feministas, a las que les parece, en ocasiones, un tanto hueco y puntual (e incluso oportunista), tanto desde las derechas como las izquierdas, en muchos contextos?, ¿Por qué ese énfasis en borrar la palabra “feminista” de los lemas, incluso el único día del año que conmemoramos conjuntamente la lucha feminista?

En nuestra formación ideológica establecemos prioridades y especializaciones, hay quienes desde una reivindicación eterna de la necesidad , cada vez más urgente, de superar la amnesia general ante la falta de conciencia de clase, (cuestión que nos acarrea, no pocas, discusiones en nuestros círculos de debate feminista), intentamos trabajar no solo el 8 de marzo, sino los 364 días restantes, en formarnos en el inabarcable corpus teórico feminista, (corpus ya ampliamente reconocido como especialidad en el academicismo investigador reglado), para llevarlo a la práctica en el debate de las luchas de género y antipatriarcales, en todos los contextos .

(Al igual que desde otras ciencias sociales, es necesaria una mínima especialización teórica e investigadora, por ejemplo en cuestiones medioambientalistas específicas que luego se aplicarán en la igualmente urgente lucha y la praxis ecologista).

Una base teórica feminista poco o nada leída, analizada y sobre todo muy poco debatida desde gran parte de la izquierda y los movimientos sociales de base, que históricamente han optado por mantener como secundaria respecto a otras luchas , especialmente respecto a la lucha obrera y de clase trabajadora. Aún resuenan las voces de los líderes históricos de la izquierda, expulsando de sus filas a no pocas feministas, al grito de que “una vez conseguidas la abolición de las clases sociales, la igualdad y la justicia social, el patriarcado caerá solo” , sin darse cuenta de que es el patriarcado la base del capitalismo, entendido como explotación social y de recursos, y que al contrario que este, el patriarcado, sí es interclasista. Por ello el surgimiento de tan diversas luchas feministas desde muy diferentes contextos y épocas. (…Shulamith Firestone ya escribió bien joven “La Dialéctica del sexo” allá por los años 70´s!)

Much@s entendemos el feminismo como inclusivo, transversal, desde una clara conciencia de clase, anticapitalista y ecofeminista, basado en el respeto a la diversidad…y un montón de adjetivos más que podría añadir, pero sobre todo desde el reconocimiento comprometido a la lucha y praxis histórica feminista.

Debemos procurar unas izquierdas en que no nos consideremos solo a ratos “feministas”, sino que incorporemos su praxis diariamente a nuestras visiones transversales en el resto de luchas necesarias, como la obrera, de clase, ecologista, antirracista, internacionalista…etc.

No queremos seguir dejando fluir eufemismos como el de “la emancipación de la mujer”, que tanto se sigue usando en círculos de debate marxista, aún hoy en la actualidad, el de “lucha de la mujer”, o el de “ lucha de la mujer trabajadora”, que tanto éxito tiene en contextos sindicalistas, anarquistas, anticapitalistas…etc., para obviar con un inconsciente pero histórico empeño “lucha feminista” como concepto, al que en muchas ocasiones, cuando por fin se nombra, se apellida críticamente como “feminismo institucional o conservador” para deslegitimar aún más el término, ese que se evita utilizar a toda costa en su amplia significación. Logrando así invisibilizar la “lucha feminista” e ignorar su demostrada capacidad de transformación y resignificación.

Por otro lado y paradójicamente, en los últimos tiempos de transformación social, también, se enarbola la autodenominación de etiqueta “feminista”, (dada la imposibilidad de su ocultación total), con demasiada facilidad, desde contextos de izquierda en los que jamás se han leído un libro escrito por una feminista, se reparten carnets de feminismo auténtico. Hecho contrapuesto al de la apropiación e instrumentalización del termino “feminista” desde la derecha del capital y el unipensamiento, que descontextualiza, desideologiza, se apropia y convierte en una caricatura la ignorada lucha del movimiento feminista histórico. En el punto medio, nuestras socialdemocracias, igualmente compran las reivindicaciones feministas para venderlas periódicamente, en paquetes de aplicaciones de medidas neoliberales, que legitiman a cambio de un puñado de leyes progresistas, mal aplicadas y peor asentadas. (Reconociendo siempre también, que gracias a esa lucha interna de no pocas feministas que hicieron tantos esfuerzos con la legislación, la vida cotidiana inmediata de muchas mujeres de varias generaciones en nuestro país y contextos cercanos, aunque no sean logros permanentes, ha mejorado sustanciosamente en derechos básicos ampliables a toda la sociedad y que aún queda todo un camino por continuar y asegurar…).

También desde el imperialismo estadounidense, al que pertenecemos en este país, (con más bases de la OTAN que ningún otro en Europa), en demasiadas ocasiones, se utiliza de legitimación, la violación de los Derechos Humanos de las mujeres y las reivindicaciones feministas en ciertos países, como excusas para desestabilizar e intervenir, invadir y apropiarse de sus recursos. Invasiones, provocadas únicamente por cuestiones económicas y geopolíticas de los intereses norteamericanos y europeos, en contextos que previamente se han tachado culturalmente de machistas, atrasados y bárbaros, y que curiosamente tras las invasiones e implantación de las supuestas “democracias occidentales”, dejan a miles de mujeres supervivientes con un “burka” o similar, y sus derechos elementales mucho más vulnerados (Afganistan, Irak, Libia, …ahora Siria…etc.). O recientemente, la instrumentalización de la violencia contra las mujeres, como estrategia, ante la opinión pública, de criminalización de refugiad@s, a nivel europeo.

Debemos como izquierdas, dotarnos de las herramientas necesarias y sobre todo escuchar y leer, las voces feministas más implicadas, tanto a nivel teórico como práctico, en la lucha social, para que esas herramientas sean de aplicación transversal.

Llamar a la lucha y a los movimientos feministas por su nombre y saber mínimamente a nivel ideológico, de qué estamos hablando.

Debemos igualmente reconocer nuestras deudas y errores históricos con el feminismo, incorporando en nuestras agendas, un conocimiento y reconocimiento a las lúcidas aportaciones realizadas hoy e históricamente desde el feminismo, desenmascarando la cara más criminal del patriarcado heterocapitalista, que están ofreciendo alternativas muy coherentes desde la economía feminista, la historiografía, el ecofeminismo, las teorías de género, identidades, antipatriarcado, luchas transversales…etc.

En el 8 de marzo, por supuesto, desde las izquierdas debemos recodar, una vez más, qué fecha es y por qué se conmemora, hay que recordar que también somos trabajadoras, anticapitalistas, ecologistas, internacionalistas…etc., pero sobre todo, hay que procurar hacer convocatorias conjuntas nítidamente feministas e inclusivas.

Por lo menos el único día al año dedicado a homenajear su lucha. El resto de días ya recordaremos también la necesidad del resto de luchas sociales.

A ver si lo logramos al año que viene, como en las convocatorias de Madrid, Barcelona y muchos otros contextos cercanos!

El 8 de marzo será feminista e inclusivo, o no será…

3 comentarios

  1. creo que el articulo mezcla churras con merinas y dice akguna cosa que simplemente no es verdad. En él dice que ojalá algún dia podamos hacer en Burgos una mani unitaria!!!!! Hasta donde yo veo la mani de hoy es bastante unitaria; hay desde ecologistas, sindicatos como CGT, feministas, la gente de IZAR o la de CJC, bstante diversidad por lo tanto. Según tengo entendido solo se ha descolgado tu grupo, Susana, Hypatia, y POdemos. Por supuesto que faltan muchos y que el discurso podría ser mejor, aunque también podría ser peor.
    lo verdaderamente lamentable es que ha habido peleas draconianas entre quienes no queríais que las organizaciones figuraran públicamente y quieres lo han impuesto como condición “sine qua non”. Eso sí es patético; el feminismo es plural y lo ponen en marcha tanto quienes lo hacen desde organizaciones de izquierdas, desde el sindicalismo oombativo o desde grupos exclusivamente feministas. cabemos todos y todas; dejemos de repartir carnets; en la práctica nos vemos…o no

    • El artículo evita con toda la intencionalidad, mencionar colectivos y hacer alusiones personales, de hecho su responsable pertenece al menos a dos de las organizaciones de las que firman la convocatoria final y ha colaborado con la mayoría de ellas en muchas ocasiones, e igualmente reconozco párrafos de su comunicado, escritos y debatidos con voz propia y la de compañeras. Solo pretende ser una reflexión autocrítica, como bien reza su subtitulo, desde las izquierdas y los feminismos, invitando igualmente a reflexionar colectivamente la causalidad por las movilizaciones conjuntas desde la izquierda del 8 de marzo en los contextos de países cercanos hace ya tiempo que es convocado y liderado por grupos feministas y seguido por el resto de colectivos, tendencia que poco a poco se va implantando en nuestro país, en la mayoría de contextos. Se trata de el día que se conmemora la lucha feminista, al menos ese día, se ceda la voz y visibilidad a los colectivos feministas y el resto, por una vez escuchen…tarde o temprano será así en todos los sitios, por las deudas históricas a las que nos referimos y sino al tiempo… Lastima las energías y desencuentros que nos dejamos por el camino imponiendo criterios en contra de estas dinámicas, en vez de escuchar y observar a nuestro alrededor… Como bien nos cuentan desde “el tornillo” con su ironía habitual: http://especiales.publico.es/publico-tv/el-tornillo/554059/el-tornillo-4×06-el-8-de-marzo-ii

    • Además de lo dicho, por otro lado, el articulo solamente habla de “unitario” en el primer párrafo, refiriéndose a la imposibilidad de “convocar una manifestación del 8 de marzo, unitaria y de izquierdas, a nivel local, que se abanderara bajo el término feminista”. En el resto del texto se alude claramente al término ” inclusividad” -como objetivo deseable- y a hecho pasado, la realidad es que por muy satisfech@s que estén algun@s por haber visibilizado a sus colectivos en la manifestación del 8 de marzo y haber completado así, una de sus principales actividades feministas anuales, la triste realidad constatada, es que la convocatoria local nisiquiera se ha hecho extensible a grupos burgaleses que trabajan desde hace años exclusivamente desde las reivindicaciones feministas y que compañeras del feminismo histórico de la ciudad, que intentaron confluir, finalmente no han asistido a la manifestación de ayer este año, conscientemente, por no sentirse representadas. Para mi eso es un fracaso enorme, por el que creo que debemos reflexionar conjuntamente, para tomar nota en el futuro. Y por supuesto cuando queráis lo debatimos con argumentos, que de eso se trata en este texto y la lucha.

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