Por Entrepueblos Castilla y León
El jueves 3 de marzo hemos recibido la noticia del asesinato de una amiga. ¡La han asesinado mientras dormía, mientras soñaba nuestros mismos sueños!
La enorme generosidad de Berta Cáceres en el compromiso rebelde, solidario, activista, feminista, la había llevado a ser una de las voces más claras y valientes en la defensa de los pueblos indígenas, campesinos, de las mujeres, de todos los sectores sociales más desfavorecidos y de la naturaleza. Sin duda perdemos uno de los referentes éticos más queridos en nuestro caminar en la solidaridad internacional.No podemos decir que haya sido una sorpresa. Especialmente desde el golpe de estado de 2009 en Honduras, Berta estaba en el punto de mira del crimen organizado por quienes no tienen ningún escrúpulo en anteponer sus beneficios, la especulación y sus privilegios a los derechos de los pueblos y a la sostenibilidad de la vida; el crimen organizado desde las cloacas del poder económico y político; el crimen organizado desde un sistema de acumulación, despojo y depredación que amenaza la soberanía y los derechos de todos los pueblos, que amenaza la vida.
Berta era la coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y desde ahí era una de las voces en la primera línea de la defensa de los derechos del pueblo lenca en defensa de su territorio frente a las multinacionales.Con Berta coincidimos en diferentes coordinaciones internacionales de movimientos solidarios. Con Berta hemos intentado seguir de cerca su lucha y la de su pueblo.
En uno de estos encuentros nos ofreció una larga entrevista, realizada durante la acción convocada por el Movimiento de Mujeres por la Paz y contra la Guerra delante de la base militar norteamericana de Palanquero en Colombia, en agosto del 2010, registrada por Mª Jesús Pinto, de la que extraemos hoy un fragmento recogiendo el mensaje seguro que hoy nos enviaría.
¡Hasta siempre Berta! seguiremos cuidando, caminando y soñando tus sueños.
¿Quién era Berta Cáceres?
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Berta Cáceres, líder indígena hondureña, defensora de los derechos de la comunidad Ienca y de los movimientos campesinos coordinadora del Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras (COPINH), ha sido asesinada en la madrugada del jueves 3 de marzo, por unos desconocidos que accedieron a su vivienda.Llevaba años luchando por los derechos indígenas y medioambientales, contra los abusos de empresas transnacionales en su país y y denunciando asesinatos y amenazas de activistas.Berta mantenía su lucha a pesar de las constantes amenazas, siendo una destacada e inspiradora luchadora a nivel regional y continental, en defensa de la justicia social y ambiental,en particular en la resistencia frente a los megaproyectos mineros e hidroeléctricos.Además de identificar con toda claridad a los tratados de libre comercio como parte de un mismo engranaje que asegura la impunidad de las empresas transnacionales, Berta luchó por la salud, por la tierra y contra el patriarcado y la violencia.En abril de 2015 Berta Cáceres recibió el premio Goldman, uno de los más prestigiosos del mundo en temas ambientales, otorgado por su colaboración en la defensa del territorio lenca amenazado por la violencia y las consecuencias nefastas de la construcción del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, de la transnacional china Sinohydro y la empresa hondureña Desarrollo Energético Sociedad Anónima (DESA).El pueblo lenca llevaba años denunciando la vulneración del derecho al agua como fuente de vida y de cultura frente al hostigamiento de empresas, paramilitares y gobierno.
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Berta Cáceres era madre de cuatro hijas y tenía medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por lo que debía gozar de protección especial por parte del gobierno hondureño. Empero, Berta ha sido asesinada por un Estado que resguarda los intereses del capital local, de las empresas trasnacionales que han querido adueñarse de los territorios y de los bienes comunes; su lucha a favor de la vida, de las personas más necesitadas, provocó que en varias ocasiones fuera llevada a juicio y que fuese perseguida y amenazada.